Uno. La sucesión para elegir a los candidatos a diputados federales y gobernador en el año 2016 está ultra contra súper adelantada.

Y, bueno, tal ocurre cuando hay vací­os de poder.

Es más, en su momento, el pastor legislativo, el cacique magisterial desde hace 33 años, Juan Nicolás Callejas Arroyo, y también el obispo Eduardo Patiño Leal, pidieron, rogaron, clamaron, a los actores polí­ticos se frenaran con la sucesión a gobernador.

Y nadie hizo caso.

Y es que para entonces, tanto “Los niños infieles”, es decir, la gente de Duarte, como los senadores de Veracruz, se habí­an metido en el ojo del huracán y así­ han seguido.

Dos. Con tales hechos y circunstancias, el góber dice que entre los acelerados… están “los polí­ticos desesperados” con la curul federal y la silla del palacio de gobierno que, por cierto, Eufemio Zapata, el hermanito de Emiliano, creí­a que era una simple silla de montar.

Así­, entre los desesperados, Duarte quiso referirse, sin pronunciar su nombre, a Miguel íngel Yunes Linares, quien ha buscado la gubernatura en tres ocasiones.

Pero también a Dante Delgado Rannauro, quien la ha buscado en dos ocasiones.

Y nada.

Tres. El góber también habló de que hay “soñadores de siempre que se destapan desde hace años”.

Y, bueno, en el 2010, se destaparon Yunes Linares, Dante Delgado, Pepe Yunes Zorrilla, Héctor Yunes Landa y Gerardo Buganza Salmerón, alias, “El Buga”.

Y en el 2004 se destaparon Yunes Linares, Dante Delgado, Héctor Yunes y Gerardo Buganza.

Y en 1998, Yunes Linares.

Ellos, pues, serí­an, en la lógica del góber, “los soñadores de siempre”.

Y cuatro. Por eso mismo, Duarte, quien llegó a la silla antes, mucho antes que todos ellos, que por cierto iniciaron antes, mucho antes que él en polí­tica, dijo en Córdoba, donde tanto le gustan las tortas de “La rielera”, que él, como jefe del Poder Ejecutivo, “ve los toros desde la barrera”™”™.

“Y por tanto, sabe, está consciente, seguro, de que en polí­tica rara, excepcional ocasión, llegan al trono “los desesperados” y ”˜”™los soñadores de siempre”™”™.

Claro, en la lógica de Dante Delgado, un soñador debe “tirar a la luna”, consciente de que nunca llegará; pero de todos será quien más lejos llegue.

Por eso, Dante sigue tirando a la luna del palacio de Xalapa, donde ya despachó en un cuatrienio, luego de Fernando Gutiérrez Barrios; pero donde quiere llegar de nuevo por la ví­a electoral, y máscon la espinota que trae clavada desde su estancia en el penal de Pacho Viejo.

Y más porque nunca olvida que en el año 2004, con todo y su pasado donde quedó como ví­ctima del odio de Ernesto Zedillo, Patricio Chirinos y Miguel íngel Yunes Linares, obtuvo un millón de votos en las urnas… camino a la gubernatura.

ESPERAR EL MOMENTO POLíTICO

Es más, entre los desesperados y soñadores Duarte también habrí­a enviado un mensajito a su padre putativo, tlatoani, maestro y gurú, Fidel Herrera, el góber fogoso y gozoso.

Y es que si Duarte habló de los desesperados y soñadores, la desesperación del mundo polí­tico se englobarí­a en la iniciativa de la bancada del PAN y PRD en la LXIII Legislatura para achicar la gubernatura a dos años, todo, a partir de un cabildeo zorruno del fogoso.

Y un cabildeo zorruno del fogoso, porque han “medido el agua a los camotes” y saben que ninguno de los llamados “Niños infieles” (Érick Lagos, Alberto Silva, Jorge Carvallo y hasta Adolfo Motita, el Enrique Rébsamen del siglo XXI en Veracruz) son vistos con simpatí­a en la encuesta para suceder a Duarte.

Y por tanto, el fogoso inventó tales iniciativas para desalentar a los senadores priistas, Pepe Yunes y Héctor Yunes a una gubernatura de dos años y continuar soñando con la de 6, hacia el año 2018, cuando Enrique Peña Nieto vaya de salida y exista candidato presidencial y, cuando, quizá, acaso, las circunstancias hayan mudado.

Y, bueno, la desesperación del fogoso se entiende a partir del Maximato que igualito que Antonio López de Santa Anna, Porfirio Dí­az Mori y Plutarco Elí­as Calles desea imponer en Veracruz como el factótum.

Así­, para Duarte, ni los desesperados ni tampoco los soñadores acelerados podrán llegar.

En todo caso, llegará aquel que como él también vea “los toros desde la barrera”.

Es decir, el polí­tico sereno, prudente y tolerante que espere el momento polí­tico.

Pero ni hablar, “los demonios ya están sueltos” y encarrerados en el carril nadie los ha podido frenar ni tampoco los detendrá…