y por último Flavino, y los cuatro le repetí­an como sonsonete el mismo estribillo… Después dejaban reposar la inquietud en el cerebro del gobernador, y una vez más arremetí­an hasta lograr el objetivo…Tal cual fueron extendiendo su influencia, como un aura, como un karma, alrededor del góber, y si, bueno, Carlos Brito nunca pudo amarrar la candidatura priista a gobernador se debió, quizá, acaso, a otras razones polí­ticas, entre ellas, a que Agustí­n Acosta Lagunes, subsecretario de Hacienda y Crédito Público, habí­a cooptado por completo a una hermana del presidente José López Portillo y por ahí­ vino la nominación…

ROMPEOLAS: Con Javier Duarte, observa el politólogo egresado de la Universidad Complutense, de España como alumno presencial, en ningún momento por correspondencia, el operativo está armado por los siguientes funcionarios: Érick Lagos Hernández, secretario General de Gobierno… Jorge Alejandro Carvallo Delfí­n, secretario de Desarrollo Social… Adolfo Mota Hernández, secretario de Educación, quien alardea de que cada dí­a habla con Duarte, mí­nimo 20 veces, pues le consulta todas sus acciones de gobierno, La población electoral de Veracruz sufragó por Javier Duarte para gobernador, en ningún momento para reelegir a Fidel Herrera y, por tanto, Duarte está obligado a la integridad polí­tica entre ellas, por ejemplo, la estrategia de los Frutsis y Pingí¼inos… Alberto Silva Ramos, director de Comunicación Social… El Contralor Ricardo Garcí­a Guzmán, quien se precia de que desde el inicio del sexenio desayuna, come y/o cena, según las circunstancias, una vez a la semana con Duarte, y por tanto, hay tiempo suficiente para rodearlo, sopesar hechos, medir y calcular operativos, calcular daños y actuar… El procurador de Justicia, Luis Angel Bravo Contreras, calificado como el más implacable e impecable… Y el defeño Arturo Bermúdez Zurita, secretario de Seguridad Pública… Pero además, y como los cables están cortados entre la mayorí­a de los secretarios pues todos están obsesionados con que son los mejores, cada uno opera en forma unipersonal para adueñarse de las neuronas y el corazón y el hí­gado de Duarte atrás de sus ambiciones desmedidas por el poder polí­tico, que significa en pocas y contundentes palabras, el billete… Y, además, el billete fácil… En ningún caso, habrí­a de observar, se trata del cumplimiento de una gran vocación social, implacable e impecable, sino por coleccionar más y más poder polí­tico, y más ahora de cara a lo que se ha llamado la mini/gubernatura, es decir, la jefatura del Poder Ejecutivo durante dos años…

ASTILLEROS: Quizá en la lista de los anteriores rodeólogos existan otros nombres, en igualdad de cargo público, digamos, secretarios, y/o con menor rango, de subsecretarios para abajo, por ejemplo, diputados locales, que también hayan entrado desde tiempo atrás a la gran batalla neurológica por Duarte… Y más si se considera que el góber padrí­simo es un polí­tico padrí­simo con sus amigos, a quienes absuelve de los pecados, los errores, las incapacidades y las negligencias en la tarea de gobernar… Y, bueno, y como el mundo polí­tico sabe, la mayorí­a de los rodeólogos (Lagos, Carvallo, Mota y Silva, por ejemplo) son más fidelistas que Javier Herrera Borunda… Es más, entre ellos mismos aseguran que el más fidelista de todos es el secretario de Gobierno, quien adoptó como tema central de vida la identidad de Fidel Herrera, como si fuera un trasplante biológico y mimético, aun cuando le faltó la inteligencia y el talento; pero, según parece, lo rebasó en perversidad… De tal forma, pues, el góber fogoso mantiene rodeado a Duarte, cuya percepción ciudadana es que nunca, jamás, en los casi cuatro años de gobierno, su antecesor lo ha dejado ejercer la libertad, el don, la cualidad, el atributo, la garantí­a constitucional, la virtud más preciada en la vida… Por supuesto, todaví­a es tiempo de enderezar la nave, ahora cuando Lagos, Carvallo, Mota y Silva vayan de candidatos a diputados federales, y Duarte pueda nombrar con toda la libertad del mundo a los relevos, a menos, claro, que Fidel Herrera, con su sí­ndrome de Plutarco Elí­as Calles y Antonio López de Santa Anna juntos, se haya apropiado de toda la voluntad, la inteligencia, el aplomo y la firmeza de Duarte… Si así­ fuera, estamos a tiempo de que alguien obsequiara al gobernador la biografí­a de Lázaro Cárdenas del Rí­o, el único presidente (Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodrí­guez) que mandó al carajo a Plutarco Elí­as Calles y lo exilió en Estados Unidos… La población electoral de Veracruz sufragó por Javier Duarte para jefe del Poder Ejecutivo, en ningún momento votó para reelegir a Fidel Herrera y por eso, ante la historia, ante su conciencia y ante cada ciudadano, Duarte está obligado a la integridad polí­tica…