Y luego de ejercer el poder como un autócrata, derrotado en las urnas por el militar impecable de la batalla de Puebla contra los franceses, Porfirio Díaz Mori, simplemente salió huyendo de Palacio Nacional, temerosa, ajá, de un asesinato…

ROMPEOLAS: Originario de Xalapa, hacia el mes de diciembre de 1876, el mundo político opositor se le vino encima… Luego de la derrota electoral, todavía creyó, pensó, sintió, presintió, que podía recuperar el poder… Pero las derrotas de sus huestes en Tecoac y Tamaulipas lo pusieron en su justa dimensión… Y tomó conciencia de que todo estaba perdido… Más, cuando las tropas federales, que lo defendían, estaban ya con Porfirio Díaz… Entonces, simple y llanamente, salió corriendo, huyendo como un despavorido… Derrotado…

ARRECIFES: Y mientras Lerdo huyó al puerto de Acapulco para luego trepar a un barco con destino a Nueva York, su opositor, también derrotado por Díaz Mori, José María Iglesias, huyó de manera precipitada del viejo Distrito Federal al puerto de Manzanillo… Además, caray, perseguido por las fuerzas porfiristas, luego de que Iglesias, muy fanfarrón, rechazó una tregua, un pacto, con Díaz Mori… Iglesias llegó a Manzanillo y ahí tomó el vapor a San Francisco y en donde atracara a fines del mes de enero de 1877…

ESCOLLERAS: En Acapulco, mientras esperaba el barco para fugarse al país vecino, Lerdo recordaba parte de su discurso en el Congreso de la Unión asumiendo la presidencia de la república durante cuatro años… Desde aquí, dijo, “puedo contemplar a la República gozando en plena paz de los bienes que procura la libertad que garantiza la ley, que desarrolla la ilustración y que conserva el patriotismo de los pueblos”… Cosas, ironías de la vida: otro jarocho, Antonio López de Santa Anna, luego de once ocasiones presidente, también se exilió en un pueblito de Colombia… Miguel Alemán Valdés pasó del Palacio Federal al Consejo Nacional de Turismo… Y Adolfo Ruiz Cortines se retiró a la vida privada y vivió en el puerto de Veracruz donde unos amigos le regalaron una casita y vivió “con la medianía” de su jubilación jugando dominó en el café del Hotel Diligencias con los amigos de tarde en tarde…

PLAZOLETA: La historia de Lerdo está contada en el libro “Sebastián Lerdo de Tejada” del historiador Frank A. Knapp, editado por la Universidad Veracruzana, la secretaría de Educación Pública y el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México… Cosas de la vida: en momento estelar, Lerdo se adueñó de las neuronas, el corazón y el hígado de Benito Juárez… El gabinete legal y ampliado de Juárez le llamaba “genio del mal”… Y nunca hicieron mella en el indito histórico de Oaxaca pues tenía una confianza ciega, total, absoluta, irracional, en Lerdo…

PALMERAS: Pero de acuerdo con Eufemio Zapata, el hermano menor del Caudillo del Sur, Emiliano, la silla del palacio está embrujada… Y enloquece a todos los políticos que la ocupan… Incluso, hasta los lleva a levitar por mundos esotéricos… Caso Calígula (ya se sabe) cuando afirmaba que “hay días cuando me siento Dios”… Y Dios, con mayúscula… Dios celestial… En ningún momento dios terrenal… Sebastián tenía otro hermano… Se llamaba Miguel… Y aun cuando también fue amigo de Benito Juárez y presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, nunca alcanzó los estadios superiores de Sebastián…