Pero más aún, de acuerdo con las versiones (que uno se resiste a creer), la diputada local Ana Guadalupe Ingram lanzó a sus hordas cibernéticas en contra de la reportera para el descrédito y el desprestigio en las redes sociales, antiguas rivales como fueron por la curul; pero más aún, viejas amigas que llegaron a conocerse como la palma de su mano… Es más, según las versiones, el secretario General de Gobierno, Érick Lagos Hernández, también lanzó a sus tribus en contra de la reportera… Serí­a el caso, por ejemplo, de uno de sus amigos, empleado en la Junta de Mejoras, con las iniciales en su nombre de I de Ignacio y A de Ayala, quien en un accidente automovilí­stico, en estado de ebriedad, perdiera un pie y, bueno, ahora, lo utilizó para defender la causa de Burela López… Ni se diga, por supuesto, la rudeza innecesaria de la dirección de Comunicación Social (¡salud, Alberto Silva Ramos!) manejando a los texto-servidores en contra de la colega, alumna que también fuera, igual que Burela, en la facultad de Comunicación UV… En todo caso, el gobierno del estado ha bajado a los lavaderos, violentando el Estado Derecho desde el momento en que se puso a litigar en los medios…

BALAUSTRADAS: Del otro lado, también los Yunes azules han litigado en la prensa… Pero, bueno, a la luz de la jurisprudencia, por más columnas polí­ticas que puedan escribirse a favor o en contra, nada cuenta, más que, se entiende, la razón del derecho… Sin embargo, ha ocurrido de otra forma… Por eso, una vez transcurridas las semanas quizá convendrí­a, en nombre de la legalidad, más, mucho más allá del hí­gado, la alteza y la grandeza de miras… Y más en un Veracruz tan revuelto y turbulento, donde hay demasiados frentes sociales, económicos, educativos, laborales, de salud y de seguridad abiertos… Por un lado, la indemnización a los familiares La grandeza humana, moral y ética del gobernador de Veracruz pudiera expresarse si dejara en libertad a Marí­a Josefina Gamboa, previa indemnización a los familiares de su ví­ctima, José Luis Burela López de la ví­ctima para que de acuerdo con la ley se cumpla con lo establecido en el Código Penal, a menos que a estas alturas esté cumplido tal precepto jurí­dico… Y por el otro, la estatura moral y ética, social y polí­tica, del gobernador para, en todo caso, una dispensa a la reportera para alcanzar su libertad, pues la serenidad polí­tica aconseja que si la prudencia deja de existir en una parte, en la otra habrá de darse… Y en ningún momento, negociando para que deje de escribir, sino por el contrario, por una actitud generosa de un polí­tico con visión de Estado, pues el polí­tico en ningún momento vive solo de la imagen pública construida en la prensa escrita, hablada y digital… Al contrario, vive y se proyecta, y de forma sustancial, con los hechos y los resultados de cada dí­a en sus acciones y decisiones… También, por supuesto, la imagen pública se erige con el trabajo de todos y cada uno de los secretarios y subsecretarios y directores y jefes del gabinete, todos en conjunto… De igual manera, de la imagen que en el trato cotidiano le crean y prolongan los suyos, el ambiente familiar, legal y ampliado como dicen…

ESCALERAS: En el transcurso del sexenio se han vivido y padecido dí­as apocalí­pticos… Por ejemplo, el secuestro y la muerte de los diez reporteros y fotógrafos… La desaparición, hasta la fecha, de cuatro periodistas de la fuente policiaca… El exilio de otros más… Veracruz, proyectado como uno de los peores rincones del mundo para el gremio reporteril… Algunas ONG ocupadas y preocupadas por el destino de los trabajadores de la información, entre ellas, Reporteros Sin Fronteras, Artí­culo 19, Reporteros de a pie, la Comisión de Periodistas de Washington , y otras más… Ahora mismo, la cadena Aljazeera, la más prestigiada del Medio Oriente, envió a un trí­o de reporteros y un camarógrafo para un recorrido por el Veracruz polvoriento… Por eso, la visión de Estado y la alteza de miras del gobernador en el caso de la reportera privada de su libertad… Más, mucho más ganarí­a en la dimensión humana, social y polí­tica… Desde luego, con toda la fuerza polí­tica, jurí­dica y policiaca del Estado, muchas cositas pueden armarse, entre ellas, la noche más larga de Veracruz que significaron, por ejemplo, los sexenios de Agustí­n Acosta Lagunes y Patricio Chirinos; pero también, la aplicación justa de la ley, simple y llanamente, la interpretación justa de la ley… Más, mucho más se gana en un Veracruz necesitado de concordia y pacificación… Hablarí­a de un gobernador con grandeza moral…