Los “Muertos de Hambre”
Estas horas eran para que el presidente de la república hubiera asestado el manotazo y despedido al jefe de la Oficina de la Presidencia, el millonario Alfonso Romo Garza, por llamar “muertos de hambre” a los ejidatarios del sureste del país.
Pero más aún, a los ejidatarios de Tabasco.
Luis Velázquez
Los llamó así en una rueda de prensa donde perdió los estribos (inverosímil en un hombre público, propio de muchos millonarios) y en donde hablando sobre los proyectos de reforestación y uso del agua, una empresa donde fue accionista, Enerall, fue denunciada por ser la mayor explotadora de agua y causar daños a un cenote, la vegetación y la fauna.
Entonces, el señor Jefe de la Oficina Presidencial descarriló. Se molestó y encabritó.
Y en su defensa apasionada y desorbitada casi casi se declaró el héroe histórico de la Cuarta Transformación, a la altura, digamos, de Lázaro Cárdenas del Río o Benito Juárez, y trepado en su macho se manifestó como un redentor.
Yo hice con mis inversiones, dijo, que las tierras de los “muertos de hambre” ejidatarios subieran de precio.
Luego, muy bragado, advirtió a la mitad del mundo y a la otra mitad que “no voy a renunciar”, cuando, caray, y en todo caso, nadie en el sistema político renuncia al chamán, sino el tlatoani mayor es quien decide.
Y en el caso, y mientras “averiguan”, y desde la mirada de la Cartilla Moral y la 4T y la purificación moral, Alfonso Romo ha de ser separado del cargo, si es que, desde luego, desea conservarse la autoridad ética y social del obradorismo.
Y es que si Romo se manifestó así expresa que igual, igualito, piensa, por más que, dice, vendiera sus acciones en la empresa Enerall y en otras más para dedicarse por completo a la política desde el lado de la izquierda y al lado de AMLO, el político de los pobres.
Y más inverosímil resulta que si, en efecto, vendiera sus acciones y rompiera también con sus intereses de clase.
Por menos, mucho menos, fue despedida la secretaria del Medio Ambiente cuando, se asegura, retuvo un vuelo aéreo por 4 horas.
Si AMLO desea mantener a Romo Garza en el cargo será a riesgo de su autoridad moral.
Y en todo caso, si así fuera, entonces que lo congele y le repita la frase memorable, imborrable y citable dicha a Vicente Fox:
“¡Ya cállate, chachalaca!”.
LA GENTE BONITA, GENTE VIP, AJAJí
Alfonso Romo pertenece a las doscientas familias que en el país son dueñas de más del 60 por ciento de la riqueza nacional.
Fue y es un hombre millonario. Quizá multimillonario, soñando, digamos, con figurar cada año en Forbes.
Pertenece, ajajá, a la gente bonita, la gente VIP, los inmaculados y puros.
Y en contraparte, si AMLO se posicionó en el país como un gran líder político, social y moral fue, entre otras razones, por su cercanía con “los muertos de hambre”, los pobres, los llamados “pobres entre los pobres”, los jodidos, los condenados de la tierra como les llamaba Franz Fanon, los olvidados de Dios según Luis Buñuel, los precaristas según el antropólogo Oscar Lewis, los excluidos como decía Ernesto “El che” Guevara.
Por esa misma razón, la apología excepcional de AMLO por los pobres “y los muertos de hambre”.
Y por eso misma, resulta insólito, primero, el nombramiento de Alfonso Romo como jefe de la Oficina Presidencial, pues los ricos ricos son y siempre pensarán, sentirán, actuarán y reaccionarán con esa mentalidad xenófoba y racista por más y más “golpes de pecho” que se den los domingos en misa.
Y es que muchos políticos de la dinastía guinda y marrón necesitan una trepanación en el cerebro y en el corazón antes de enaltecerlos con un cargo público como el caso, por ejemplo, del góber precioso de Baja California que ya tan pronto obsequió notarías a sus cuates y el góber precioso de Colima señalado de cuatriplicar su riqueza en menos de dos años.
CAMBIO DE PIEL
Una cosita es gobernar con dichos, digamos, inofensivos, como por ejemplo “Me canso ganso”, y otra, expresar su forma de pensar, su ideología, su naturaleza ideológica, su filosofía de vida llamando “muertos de hambre” a los ejidatarios.
Una cosita es el pitorreo como Paco Ignacio Taibo II con su “Se las metimos doble” cuando su nombramiento como director del Fondo de Cultura Económica, y otra es mostrar la concepción de vida con “los muertos de hambre”.
“No te preocupes, Rosario”, dijo Enrique Peña Nieto a Rosario Robles Berlanga, su ex perredista secretaria de Desarrollo Social y Desarrollo Urbano y ahora está presa sometida a un proceso penal.
“Tú estarás conmigo en el paraíso” dijo Jesús a Barrabás, el ladrón bueno, crucificados ambos en el Gólgota.
Y, bueno, ya se verá el destino inmediato de Alfonso Romo. Pero si conserva el cargo público ya es desde antier una mancha demasiado pesada en el viaje sexenal de la izquierda en el poder.
Antes, mucho antes de meterse a la política, sostiene AMLO, la autoridad moral.
Nunca Romo Garza ha convencido a la población electoral, menos, mucho menos, a “los muertos de hambre” de su cambio de piel.