De entrada, considerando que Andrés Manuel López Obrador es invencible y por ósmosis la zacatecana ya ganó en las urnas la silla embrujada del palacio de gobierno de Xalapa. Casi casi como dijera aquella, “Aquí mando yo”.

2) Por añadidura y al lado del triunfalismo, la soberbia. El autoritarismo. La autocracia. Seis años en que se siente y cree “la mamá de los pollitos”. Una zacatecana gobernando a ocho millones y cacho de habitantes. Sobre todo, imponiendo su ley a las tribus políticas opositoras.

3) Además, y al lado del triunfalismo y la soberbia, el despotismo. El despotismo ilustrado como describían los sociólogos en el siglo pasado y antepasado y antepasado. “Hay días cuando me siento dios” exclamaba Calígula sin pudor alguno. Los emperadores Julio César y Octavio repartiéndose a Cleopatra en sus períodos de gobierno.

4) El anuncio manifiesto de que ya ganó en las urnas. Y ahora, todos están obligados a rendir culto. ¡Ay, el culto a la personalidad!

5) Pero de igual modo, el menosprecio al candidato opositor dejándolo con la mano tendida (casi casi los estudiantes del movimiento del 68 plantando al presidente Gustavo Díaz Ordaz) bien tendría otro significado: la candidata de López Obrador está consciente de que ya perdió las urnas. Primero, de que el candidato opositor escaló en las encuestas. Segundo, la emparejó. Y tercero, la rebasó. Entonces, ella misma se da importancia.

6) Nadie dudaría de que el desprecio de la zacatecana al peroteño implica un posible regaño, llamada de atención, de AMLO, el presidente. Más cuando ella tiene el aparato gubernamental de Veracruz “a sus órdenes, jefaza”.

7) El desdén de la zacatecana testimonia de igual manera una molestia, una irritación, un coraje político, social y electoral en contra del góber precioso de la Cuarta Transformación en Veracruz. Simplemente, su desgobierno, su mal gobierno, su gobierno ineficaz e ineficiente, le sigue minando posibilidades de ganar.

8) Más si se considera que en los cuatro puntos cardinales existe, palpita y vibra una especie de “Pepemanía”. “Todos somos Pepe” es el lema, el estandarte, la bandera, de un grupo social y político integrado por ahí.

9) La arrogancia de la zacatecana anuncia la crónica de un posible sexenio en la tarea de gobernar. “Estás conmigo o estás contra mí”.

10) La candidata obradorista dejó clara su estilo personal de ejercer el poder. Ningún sentido ni significado le representa la tolerancia, la mesura y la cordura. Tampoco, claro, la diplomacia. Para ella, aquella frase bíblica de que en política ha de aprenderse “a tragar sapos” es ajena.

11) El desdén de la zacatecana también estaría relacionado con las denuncias penales en su contra en la Fiscalía General de la República. Más porque aun cuando fueron interpuestas por el empresario Arturo Castagné Couturier, también el candidato opositor las puso en el palenque de la FGR.

12) La candidata está encabritada. Primero, con la exhibida como coleccionista inmobiliaria por Arturo Castagné. Incluso, con escrituras públicas. Y segundo, porque ha quedado como una política bajo sospecha, acusado, vaya, de enriquecimiento ilícito y corrupción. Más en el tiempo inmaculado y sacrosanto de la purificación moral y la honestidad valiente y que de seguro también tendría, tiene, molesto, irritado, a AMLO, el presidente. Y más cuando ella y su gente han señalado al candidato opositor de estar atrás de Castagné. Entonces, en ningún momento pudo contener la rabia el sábado 27 de abril antes de las 6 de la tarde en Xalapa para el debate y dejó a su adversario con la mano tendida.

13) Además, su desdén resbalando en cascada y en la ladera entre uno que otro político de la 4T. Desde el diputado Juan Javier Gómez Cazarín hasta Esteban Ramírez Zepeta. Los dos, lanzando su diccionario de adjetivos calificativos ofensivos en contra del candidato opositor. El estilo de ejercer el poder de los prohombres de la Cuarta Transformación en Veracruz a base de epítetos. Claro, sus neuronas y cultura política y social, apenas, apenitas, les da para. Ante la falta de argumentos, los agravios y las ofensas. Las cañerías sucias, hediondas, de la política.

14) La zacatecana engreída con su carrera política meteórica en el obradorismo. Diputada federal. Senadora. Secretaria de Energía. Aspirante a la jefatura del Poder Ejecutivo estatal. Mirándose ya (ajá) como la primera gobernadora en la historia local después de 78 (setenta y ocho) mandatarios y que, bueno, nunca pudieron, entre otras, Lilia Berthely, Irma Cué y Gloria Sánchez Hernández. Menos, mucho menos, las soñadoras priistas Carolina Gudiño Corro y Elizabeth Morales, ahora en la cancha del PT, filial de MORENA. Así, tal cual, la zacatecana se siente y cree “parida por los dioses” y por eso la altivez minutos antes del debate sabatino en Xalapa.

15) Engreída, a la zacatecana le valen las denuncias en la Fiscalía General de la Republica. Uno, el Fiscal Alejandro Gertz Manero es obradorista. Dos, la zacatecana es obradorista. Tres, el góber es obradorista. Entonces, nada fácil el manipuleo de los expedientes en contra. El desdén sabatino en Xalapa llega a la metrópoli. Y/o en todo caso, es consecuencia natural.

16) En el tiempo de la liberación femenina, la candidata se victimiza. Se hace aparecer como objeto y sujeto de un acoso político y mediático de su adversario y sus huestes. Nada llega a las neuronas, el corazón y el hígado de la población como mostrarse como víctima. Más cuando Veracruz es campeón nacional en feminicidios. Femicidios que es violencia con el asesinato de mujeres. Pero de igual, feminicidio que es psicológico y psiquiátrica, social y moral.

17) Está claro que nada se gana en la vida con la soberbia, el menosprecio y la altivez. Pero, bueno, hay quienes, mesiánicos, lo siguen creyendo. Mesiánico Venustiano Carranza y lo asesinaron. Mesiánico Álvaro Obregón y lo mataron. Mesiánicos Antonio López de Santa Anna, Porfirio Díaz Mori y Victoriano Huerta y terminaron exiliados.

18) La zacatecana quedó como una mujer impulsiva, rencorosa y vengativa. Así, tal cual, le ha funcionado la vida pública. Y, claro, le ha redituado. ¿Igual, igualito es, será su gabinete estatal si gana en las urnas?

19) El triunfalismo, vaya, se extiende al núcleo familiar. El esposo, destapándose en Acayucan en junta ganadera como funcionario en la secretaría de Desarrollo Agropecuario. Además, ofreciendo apoyo oficial. Y con muchos meses de anticipación.

20) Una prueba del temperamento de la zacatecana quedó exhibida con el caso Éric Patrocinio Cisneros Burgos, y a quien impuso como secretario General de Gobierno de Cuitláhuac García, pero luego luego asomó su obsesiva obsesión por la candidatura guinda y marrón a la gubernatura y, ni modo, fue lanzado del paraíso donde sigue refundido. El infierno como destino. Nahle, la jefa máxima.