Descrédito jarocho
Ella se llamaba Isabel Castillo Hernández y tenía treinta años de edad. Vivía en el ejido Mata del Gallo. Y para vivir vendía piña en el centro de Paso del Macho.
El 12 de octubre desapareció hacia las 5 de la mañana. Había salido de su vivienda para estar lista en la cabecera municipal hacia las 6 de la mañana para la vendimia.
Luis Velázquez
Durante 5 días, la familia la buscó. Incluso, recurrieron a las redes sociales.
Cero pistas. Nadie la vio aquella mañana.
Entonces, 5 días después, el jueves hacia las once horas, unos vecinos miraron un cuerpo sin vida en la parte trasera del edificio del ingenio.
Era su cadáver.
Huellas de violencia. Torturada. Varios impactos de bala en el cuerpo.
Vendía piña para llevar el itacate y la torta a casa. Era su fuente de trabajos, regular, baja, precaria.
Y por eso, ha de significarse la barbarie y la saña con que los malandros siguen asesinando mujeres, pues ni modo de anticiparse a los hechos y decir, por ejemplo, y como siempre, que se atravesó la violencia intrafamiliar.
Una más en la historia sombría, siniestra y sórdida de un Veracruz con un par de Alertas de Género y que, todo indica, de poco sirven, por más y más que algunas ongs cabildeaban otra Alerta.
Veracruz, aseguró la Diócesis de Orizaba y luego el Sistema Nacional de Seguridad Pública, en el primer lugar nacional de feminicidios.
Y luego de Ciudad Juárez en el primer lugar como ciudad, Xalapa, la capital, la sede de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, en segundo lugar, como nunca antes el descrédito para la llamada Atenas Veracruzana en el siglo pasado.
El paraíso jarocho convertido en un infierno eterno donde el "Veracruz se antoja"..., (vaya ocurrencia de la secretaría de Turismo), infierno para siempre.
En los cines locales transmiten un anuncio de la Secretaría del Medio Ambiente donde aparecen los rincones privilegiados de Roca Partida.
Una pareja con su hija en brazos miran el Golfo de México, el mar, el cielo, el sol, la montaña, el valle, los árboles y las gaviotas volando en el cielo. El padre, lleno de amor y fervor patrio, dice a la hija:
"Todo esto es tuyo".
¿Mío? pregunta la niña. Y el padre le dice:
"Sí, hija, tuyo, y debes cuidarlo".
Más ridícula y absurda... no pudo ser la secretaría estatal.
Además, pobre imaginación de quienes autorizaron el anuncio.
Ni así puede olvidarse el Veracruz feminicida.
Ganas de hacerse tontos.
¡Payasos!
SAÑA Y BARBARIE
En el infierno llamado Veracruz, la solución ya está dado con las autodefensas y las guardias comunitarias y los vecinos organizados.
La última muestra fue el jueves 17 de octubre en la ciudad de Veracruz, en la colonia Miguel Alemán.
Los vecinos detuvieron a un tipo de 32 años de edad quien intentó abusar de una menor.
Primero, el abuelo de la menor de edad lo enfrentó a golpes. Y luego enseguida, los vecinos se unieron con su fuerza física para someterlo.
¡Vaya madriza!
Fue la tarde del jueves en las calles Nautla e Ignacio Allende Norte.
Solo así. No hay de otra.
Y más por ejemplo, cuando el miércoles 16 de octubre, en San Rafael, tres hombres armados sacaron de su vivienda en el poblado María de la Torre a la señora Samantha Berenice, de 31 años, esposa de un Policía Federal, y se la llevaron.
Y luego, fue encontrada sin vida a orilla del camino del poblado Potrero Nuevo.
Vengarse así de un Policía Federal es la peor barbarie. Toda la saña del mundo. Y la perversidad.
Es el Veracruz que estamos viviendo y padeciendo.
La masacre en el territorio jarocho es peor que el Cualicanazo.
SILENCIO DE LOS DIPUTADOS LOCALES
Una mujer de unos 25 años caminaba en una calle de la colonia Teresa Morales en Coatzacoalcos.
Eran las 16:30 horas del miércoles 16 de octubre.
Ella iba sola.
De pronto, apareció un malandro. Y le disparó. Y la mató. Y huyó.
¡Ah, bendito Dios!, la policía investiga.
¡Hosanna, hosanna!
Cada asesinato de mujer hace olvidar el anterior y el anterior y ante la manifiesta incapacidad de la secretaría de Seguridad Pública para garantizar el Estado de Derecho, la Fiscalía también compite.
En tanto, los cincuenta diputados locales, callados. Quizá cuando van más de 250 mujeres ejecutados, ya se acostumbraron a la muerte violenta y la miran como si nada.
Y las O.N.G. ocupadas de los feminicidios, en silencio.
Y por más y más que las elites eclesiásticas levantan la mano, más, mucho más impresionante el silencio de los cristianos evangélicos.
Ellos, claro, están felices. El gobierno federal ya les otorgó en concesión una televisora nacional para redimir al país del mal, y de postre, son los encargados de promover la Cartilla Moral.
"NI LLORAR ES BUENO"
Ni hablar, y como dice aquella vieja canción, "ya ni llorar es bueno".
Tampoco queda solo ponerse a rezar como ha dicho el arzobispo de Xalapa.
Ni menos esperar, como anunciara muy pomposo el presidente municipal de Coatzacoalcos, militante de MORENA, que hablaría con los narcos para convencerlos de portarse bien.
Hemos, entonces, de vivir para sobrevivir en un virtual Estado de Sitio, en un virtual Toque de Queda, para evitar, digamos con optimismo, que un mismo día, como sucedió el miércoles 16 de octubre, tres mujeres fueran asesinadas.
También, claro, podríamos resignarnos pues con Jorge Wínckler Ortiz como Fiscal "sucedían cosas peores", aun cuando, y por fortuna, ya fue destituido.