Ahora, el Movimiento de Renovación Moral, MORENA, como la Virgencita de Guadalupe, ha lanzado al PAN del palacio y serán seis años para, digamos, anidar la posibilidad de una transición.
De entrada, la democracia electoral que ya fue lograda.
Pero la democracia electoral también significa la democracia social (la terrible y espantosa desigualdad).
La democracia económica (6 de los 8 millones de habitantes en la pobreza y la miseria).
La democracia educativa (600 mil personas de 14 años de edad en adelante analfabetas, un millón de paisanos con la educación primaria incompleta, otro millón con la secundaria a medias y 600 mil personas con el bachillerato inconcluso).
La democracia de salud (un Veracruz donde los enfermos en las regiones indí­genas, por ejemplo, son trasladados a pilonchi de su comunidad al pueblo más cercano con centro de salud y hospital modesto y mueren en el camino).
Y la democracia en seguridad pública (en una entidad federativa donde siguen matando a niños y que ha ocupado los primeros lugares nacionales en feminicidios).
De nada sirve que un partido polí­tico gane a los otros la silla embrujada del palacio para reinar y dominar durante seis largos y extensos años si se cambia para seguir igual o peor, como hasta el momento está demostrado luego de que 75 gobernadores han pasado por el mandato constitucional.
Cuitláhuac Garcí­a Jiménez y el gabinete legal y ampliado son la nueva generación en el poder público y dentro de seis años se verá si trascendieron en la historia local garantizando a la población el paraí­so terrenal.
Y el paraí­so terrenal significa cosas fundamentales y sencillas y comunes de la vida como un empleo seguro y pagado con justicia social, calidad en la educación, la salud y la seguridad para la familia y la vida plena.

PUEBLO RICO, GENTE POBRE

La radiografí­a social de Veracruz siembra el desencanto y el desaliento.
Pueblo pródigo en recursos naturales, habitado por gente pobre y la miseria.
200 familias concentran el 60 por ciento de la riqueza estatal con Carlos Slim jarochos.
Un millón de habitantes sólo hacen dos comidas al dí­a, y mal comidas, por la jodidez en que viven atrapados y sin salida.
Las ciudades Veracruz, Xalapa y Banderilla ocupan los primeros lugares estatales en marginación social.
Uno de cada tres jefes de familia lleva la torta a casa con los ingresos obtenidos del changarro de fritangas en la ví­a pública.
Los cafés están llenos cada dí­a de clientes, pero al mismo tiempo, en cientos de colonias populares, y ni se diga, en las regiones indí­genas y campesinas reina la precariedad, los olvidados de Dios que les llamaba Luis Buñuel, los condenados escribirí­a Franz Fanon.
Un millón de paisanos han emigrado y sin papeles a Estados Unidos dado el fracaso de la polí­tica económica para empujar la creación de fuentes de empleo tantos en las zonas excluidas como en las suburbanas y urbanas.
De cada cien niños egresados de la escuela primaria únicamente diez llegan a la universidad y sólo uno se titula.
Los niños se duermen en el pupitre en el salón de clases en las zonas indí­genas por la alta desnutrición y anemia.
Veracruz, en el primer lugar nacional de infanticidios y feminicidios y la vida todos los dí­as pendida de alfileres, expuesta y temerosa de un secuestro, una desaparición, un asesinato y un asalto.
Hay empleos, cierto, para una parte de la población, pero la mayorí­a con salarios de hambre mezquinos y de hambre, además de un trabajo inestable donde a la primera de cambios el trabajador es despedido y sin liquidación.
Las universidades, sin ningún control en la expedición de RVOE, siguen ofertando las carreras tradicionales y saturadas en el mercado regional y, por tanto, están convertidas en fábricas de desempleados.
Así­, las elites panistas festinaron en el año 2016 que lanzaron al PRI del palacio de Xalapa y este primero de julio, las cúpulas de MORENA fueron felices porque lanzaron al PAN.
Pero en el fondo, el riesgo de que la democracia electoral quede una vez más en una simple alternancia en el poder sin madurar en una democracia social, económica, educativa, de salud y de seguridad.

AMLO PREDICA DESDE EL PÚLPITO

Desde el púlpito, AMLO, el presidente electo, predica la homilí­a retratando al México, y por añadidura, al Veracruz que vendrá.
Igual que sus antecesores, el primer tabasqueño que será presidente, también Cuitláhuac Garcí­a, predican el mundo nuevo que pronto se instalará en el paí­s para crear y recrear una república amorosa donde el objetivo número uno será la felicidad terrenal para todos a partir de los satisfactores básicos.
Incluso, hay quienes también han adoptado el discurso bí­blico de que para vivir felices sólo necesitan dos mudas de ropa, dos pares de zapatos y un catre y una hamaca para dormir.
Y, claro, jugar béisbol los dí­as sábado o domingo para cohabitar con la familia y los amigos.
El tiempo por venir será la mejor respuesta. Ya veremos si el triunfo electoral de MORENA en Veracruz se traduce en una transición democrática o se queda en un vulgar, ramplón y barato triunfalismo en el poder de un partido polí­tico por otro, donde quienes llegan se declaran de antemano ángeles de la pureza.