Entonces fue nombrando a uno por uno de los alcaldes con todo y el municipio correspondiente y les pidió que conforme fueran citados se pusieran de pie.
En la elite panista, perredista y amarilla presente hubo euforia. “Ya ganamos” dijo uno de ellos.
Se trata de la última adquisición, más que del candidato, del padre, el gobernador Yunes, pues está claro, primero, que es el coordinador general de la campaña del hijo.
Y segundo, a todos les queda claro que la elección del 1 de julio será un plebiscito.
Si gana el hijo, ganará el padre.
Y si el hijo pierde será una derrota, la gran derrota del padre; más, mucho más, por ejemplo, que su derrota en 1997 cuando perdió 107 alcaldí­as como presidente del CDE del PRI de Patricio Chirinos.
Y tal derrota pesarí­a más, incluso, que su derrota en el año 2004 cuando fue coordinador de la campaña de su examigo, el expanista Gerardo Buganza Salmerón.
Y más que su derrota en el año 2010 ante el priista Javier Duarte, a quien ahora tiene preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México.
Por eso el padre está operando como reloj suizo cada uno de los episodios y caminos y capí­tulos de la jornada cí­vica del hijo.
Atrás de la renuncia de los veinte alcaldes desertores del PRI y MORENA sólo hay un nombre: se llama Miguel íngel Yunes Linares, el operador polí­tico y electoral del hijo.

DANTE, EL GURÚ

Otro momento estelar de la encerrona dominical en el WTC fue el siguiente:
Dante Delgado Rannauro, el gurú del Movimiento Ciudadano y del Frente por México, tomó la palabra para expresar que su MC estaba con Yunes Márquez.
Entonces, entre el auditorio una mujer levantó la mano y Dante le cedió la palabra.
Y la señora se lanzó contra Dante reprochándole cositas de su cuatrienio como gobernador; la disputa por un terreno que según la señito le arrebató en Córdoba.
Y ante la sorpresa de los jefes tribales del PAN, PRD y MC, Dante le pidió que subiera al estrado y tomara el micrófono para que todos la escucharan.
En un principio la señora se negó, pero ante la insistencia de Dante y el susurro de la militancia la señora subió a la pasarela.
Y la señora habló y habló y habló y luego Dante le reviró y le reviró en un ejercicio, digamos, pleno de la libertad y quizá de la democracia.
Dante fue la sorpresa.
“Es un polí­tico con muchas tablas” dijo un panista encumbrado.
Y además, con mucha entereza, añadió.

CANDIDATOS EN EL CARRIL ELECTORAL

El 29 de abril inició la campaña del cuarteto de candidatos al trono imperial y faraónico y “El chiquis” habrí­a anotado jonrón con casa llena con los veinte presidentes municipales afiliados a su causa partidista, además de Dante como “torero en tarde de luces”.
Pero el politólogo Carlos Ronzón Verónica dice que constituyó un error que “El chiquis” invitara al arranque de la campaña a Ricardo Anaya y Dante Delgado, porque era la fiesta de la quinceañera y de pronto, zas, llegaron dos barbies.
Y las barbies se quedaron con “hacha, calabaza y miel”.
Y en contraparte, el candidato priista, Pepe Yunes Zorrilla, inició campaña en su pueblo, Perote, donde hace más de veinte años fue alcalde, y llenó el auditorio con unas diez mil personas.
Y lo importante, dice el profe Ronzón, es que los asistentes eran gente de la región, y como es una zona geográfica frí­a, Pepe conectó con la gente y se desbordaron en su entusiasmo aplaudiendo y gritando vivas como si fueran población del trópico.
En cambio, el candidato de MORENA, el PT y PES comenzó en Xalapa con una caminata donde la estrella de la pasarela fue Ana Guevara y Cuitláhuac Garcí­a, igual que cuando acompaña a AMLO, quedó reducido a una simple dama de compañí­a.
Incluso, refiere el maestro, sin las botargas que llegaron al paseo de Los Lagos, de Xalapa, Cuitláhuac nada habrí­a significado en el carril mediático.
Las botargas que el representante de AMLO en Veracruz tuvo en su ceremonial lo salvaron.
De la candidata a la gubernatura, la exmilitante de MORENA, diputada local con permiso, Ronzón describe su seriedad de la siguiente manera:
A: Cuando llegó al Congreso se llamaban Mí­riam Judith González Sheridan.
B: Luego comenzó a llamarse Judith González Sheridan.
C: Después, Judith Sheridan.
D: Más tarde, July Sheri.
E: Y ahora es July, a secas.
Tal cual, la transformación de Anilú Ingram Vallines, quien antes se llamaba Ana Guadalupe, queda reducida a una simple caricatura.
Lo malo de “El chiquis”, dice Carlos Ronzón, es que la cuota de “acarreados” por cada secretarí­a del gobierno del Estado fue de veinte burócratas, lista en mano que les pasaron en el dren B de la Colonia Carranza.