Y si el Congreso local escucha el clamor popular.

Si el Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS) y la Comisión de Vigilancia del Congreso tienen voluntad polí­tica para revisar, documentar y sustentar la protesta.

Si también en Los Pinos y el gabinete polí­tico del peñismo abre la puerta a la inconformidad social.

Y es que mientras tales candados estén cerrados, los inconformes podrán llegar a diez manifestaciones y todo el desgaste fí­sico, social y espiritual habrá sido en vano.

Los contestatarios se basan en los siguientes hechos y circunstancias:

Uno. La represión policiaca del 9 de julio en Chalchihuapan, que originó la muerte de un adolescente, José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo, y 40 heridos de gravedad, cuando, se dijo, fueron utilizadas balas de goma, a tono con la llamada Ley bala.

Dos. La inconformidad con el resolutivo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de que en ningún momento, a partir del crimen del menor, fue planteado un juicio polí­tico en contra del góber.

Tres. El rechazo popular a varios proyectos del góber, entre ellos, la privatización del agua potable y el cierre de las oficinas de Registro Civil en las juntas auxiliares.

Cuatro. El hartazgo ciudadano de las acciones unilaterales de Moreno Valle, como por ejemplo, el respaldo para instalar un gasoducto en las faldas del volcán Popocatépetl.

Cinco. El cabildeo para expropiar de terrenos para construir un parque temático en San Andrés y San Pedro Cholula.

Sexto. El rechazo a la remodelación del Parque Ecológico de la capital, “que pone en riesgo un aviario con ejemplares de 200 especies” (La jornada, Mónica Camacho, 19 de septiembre, 2014).

A lo anterior, habrí­a de unirse el gasto mediático en la prensa local y defeña que el góber poblano tiene como parte de su campaña de aspirante presidencial del PAN en el año 2018, reproduciendo el modelo del panista Vicente Fox que de Guanajuato brincara a Los Pinos.

Tan es así­ que, por ejemplo, la quinta marcha de unas 13 mil personas se detuvo frente a las oficinas de TV Azteca Puebla para denunciar el cerco informativo alrededor de Moreno Valle, y por tanto, el blindaje mediático.

EL SILENCIO DE LOS YUNES AZULES

Con todo, en ninguna otra entidad federativa del paí­s los ciudadanos organizados se han levantado en contra del góber, y aun cuando están irritados (casos Michoacán, Tamaulipas, Oaxaca, Guerrero, Morelos y Sonora), por ahora están cruzados de brazos, esperando quizá, acaso, el momento oportuno.

En Puebla, y como es natural, el gabinete de Moreno Valle dirá que alguna mano está meciendo la cuna como por ejemplo, serí­a el caso del góber precioso, En Puebla ya van cinco marchas ciudadanas exigiendo la renuncia del gobernador Rafael Moreno Valle, mientras en otras entidades federativas del paí­s solo se reducen a la denuncia mediática para ver, digamos, si quedan con una ganancia… Mario Marí­n, quien desde el fin de su sexenio se ha mantenido lejos, sobre todo, porque saliera con el descrédito por delante.

Serí­a el caso de Gabino Cué en Oaxaca, donde sus adversarios priistas, Ulises Ruiz y el broncudo José Murat Casab, el gran constructor del fidelazgo con El oaxaco, desaparecido hasta la fecha, le estarí­a armando un desaguisado, por ejemplo, a través de los profes de la CNTE.

Es el mismo caso de Veracruz, donde los Yunes azules cumplen tres años con casi 10 meses rafagueando al góber padrí­simo, sin que su bombardeo haya repercutido más allá de una aislada y efí­mera incidencia mediática, además de que pronto, zas, todos ellos (el senador, el alcalde y el desempleado) se hayan sumido en el silencio, lo que resulta extraño y raro, pues su tesitura es de peleadores callejeros.

De ahí­ pa”™lante, y más allá de la protesta colectiva de los familiares de los desaparecidos para que regresen a casa vivos y sanos, ninguna marcha ha sido organizada para reclamar, como en Puebla, la renuncia del góber.

Y eso, en medio del paí­s revuelto, turbulento y revolcado que estamos viviendo… es ganancia.

EL GÓBER PADRíSIMO COMO EL CUENTO DE TITO MONTERROSO

En el transcurso del sexenio, algunas voces enervadas se han levantado solicitando la renuncia del góber de Veracruz en la declaración mediática.

Pero tal es insuficiente y ha sonado como a una medida de chantaje, pues en ningún momento han interpuesto una demanda penal ni tampoco solicitado un juicio polí­tico a través de algún grupo legislativo.

Y, sin embargo, muchos meses después, casi terminando el cuarto año de gobierno, el góber padrí­simo ahí­ sigue, sin que nada lo destrone, ni siquiera, vaya, aquellos señalamientos del 16 de septiembre en la comparecencia con la prensa de la fuente oficial.

Es más, a estas alturas, las elites polí­ticas ya están pensando en sus candidatos a gobernador, jugando, incluso, con el escore, como en el caso de las bancadas del PAN y PRD rojas en la LXIII Legislatura, que han planteado achicar el periodo constitucional de seis a dos años, al grado, además, de que sean los diputados locales quienes nombren al gobernador y su gabinete en un modelito a modo de lo que han llamado un gobierno de coalición.

El góber padrí­simo, pues, como el dinosaurio de Tito Monterroso…

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