Que ellos estaban en el pueblo en una casa y salieron a comprar galletas trepados en una motocicleta y que desde par de camionetas los embistieron.
Que ellos huyeron y que al toparse con un retén en ningún momento se detuvieron.
Y ni modo, fueron perseguidos.
Que el profe y la estudiante fueron los primeros en disparar a los Policías Ministeriales según arguyera el góber de la 4T.
Que los Ministeriales los rafaguearon y los mataron de acuerdo con la familia y los vecinos y los amigos.
Que los familiares en marcha de protesta en Córdoba reclamando justicia.
Que la sección 56 del SNTE también levantó la mano exigiendo justicia.
Que ahora el góber defiende a los policías cuando, caray, en todo caso, es asuntito de la secretaría de Seguridad Pública y/o de la Fiscalía General.
Fue el sábado 1 de abril y desde entonces, el par de versiones circulan en el pueblo y han trascendido, incluso, a nivel nacional.
La periodista Azucena Uresti, dedicando cinco minutos al caso en su programa televisivo en Milenio.
La palabra del góber contra la palabra de la familia.
Mientras, trío de policías ministeriales (Luis, Víctor Enrique y Crispín N.) fueron detenidos y sentenciados a dos años de prisión preventiva por presuntos actos de extorsión en Tezonapa a los empleados de una funeraria a quienes pedían veinte mil pesitos.
Y en Tezonapa la protesta frente al palacio municipal de ciudadanos de a pie inconformes con los presuntos abusos de policías de la secretaría de Seguridad Pública y la Fuerza Civil y quienes que cachetean y roban carteras a los vecinos.
Y, claro, la advertencia atroz de que si por el pueblo ven a una patrulla policiaca le prenderán fuego.
Por fortuna, en Poza Rica apareció el hijo de un reportero que secuestrado por unos policías ministeriales y que sirviera para que de nuevo el góber defendiera a sus polis.
Un Veracruz, primero, destripado en la confianza que la autoridad ha de alentar con la población.
Y segundo, porque de acuerdo con el Estado de Derechos los policías han de garantizar la seguridad en el diario vivir y están en el palenque público bajo acusaciones y sospechas.
Y tercero, porque si los policías (y agentes de Tránsito) son el primer contacto del buen gobierno con la población electoral, caray, el cortocircuito del gobierno de Veracruz con la población.

II (La palabra del góber contra la palabra de las víctimas)
El caso más duro y rudo en Naranjal.
Simplemente, la palabra de la familia del profesor y la estudiante que perdieran la vida contra la palabra del gobernador.
Unos, claro, con la familia, víctimas que se sienten.
Otros, con el góber.
Los padres del maestro y la alumna llenos de coraje social y de indignación crónica evidenciando la palabra del señor Cuitláhuac García Jiménez.
Incluso, hasta la sección 56 del SNTE y en donde el profesor tenía una cartera sindical.
En medio, las grandes dudas.
¿Por qué los Ministeriales intentaron detenerlos?}
¿Por qué el profe y la estudiante andaban armados?
¿Por qué el maestro y la chica huyeron en la moto?
¿Qué razones de peso y con peso tenían el profe y la alumna para dispararles?
¿Por qué los policías ministeriales contestaron al fuego?
¿Por qué los siguieron persiguiendo?
¿Por qué los ministeriales obstruyeron a la Cruz Roja?
Mucho, demasiado se duda que los ciudadanos de a pie, población electoral que ha de sufragar en las urnas (como se espera) crean en la palabra del góber obradorista.
Y por eso mismo, una cosita es que el góber asegure en conferencia de prensa que el profe y la estudiante dispararon a los ministeriales.
Y otra cosita, mil, dos mil, tres mil años luz de distancia que aporte pruebas concretas y específicas, testimonios de que así, tal cual, ocurriera.
Otra cosita, claro, es que el informe policiaco sostenga la misma versión del góber.
Y otra cosita es que la familia se mantenga firme, inalterable, en su postura, versión en la que ellos creen con entereza.

III (El peor enemigo de Cuitláhuac es Cuitláhuac)
Hay la percepción que desde que tomó posesión el gobernador tiene un conflicto interno que lo lleva a rafaguear a la mayoría poblacional.
Por lo regular, su discurso y declaraciones en contra de los sectores sociales.
Casi casi como si el sexenio fuera un ajuste de cuentas.
Desde luego, ninguna duda de que entre los suyos, en corto, con los amigos, cuates hasta la muerte, la buena vibra, el mejor karma.
Pero con el grueso de la población, un cortocircuito social.
El poder gubernamental para revirar a todos porque como asegurara la senadora Gloria Sánchez existiera un Complot (Complot Mediático, dijo) para derrocar al jefe del Poder Ejecutivo estatal.
Y es que pareciera que el góber por todos lados cree y siente que tiene enemigos y adversarios.
Entonces, sus palabras lejos, demasiado lejos, de la concordia política y social.
Un sicólogo diría que el peor enemigo de Cuitláhuac García es Cuitláhuac García.
Y desde luego, y como siempre ocurre en toda vida humana, únicamente alcanza la felicidad y la dicha bailando salsa, huapango y danzón y comiendo chicharrones en la vía pública con la Fiscal General y andando en bicicleta dando la bienvenida, ajá, a la Semana Santa.
Por eso el fuego cruzado, ajá, en Naranjal.
Y aun cuando en otros momentos estelares ha defendido, por ejemplo, a su secretario General de Gobierno y a su secretario de Educación y a su Fiscal General, ahora también “tira espada en prenda” por los Policías Ministeriales, ángeles de la pureza.