Huérfanos de la violencia
I (La SEV, su esperanza)
Por lo pronto, 749 (setecientos cuarenta y nueve) niños huérfanos por el tsunami de violencia (feminicidios y tiradero de cadáveres) en Veracruz han levantado la mano.
Solicitan una beca a la secretaría de Educación del profe Zen.
Y, bueno, pareciera que se las darán por vez primera y hacia finales del quinto año del sexenio.
Luis Velázquez
Una parte, niños de escuela primaria.
Adolescentes de secundaria.
Chicos de Bachillerato y universidad.
¡Hosanna, hosanna!
Con todo, caray, y que la beca es de cinco mil pesitos.
Pero, vaya paradoja, cinco mil pesitos como pago único, único, único, en el transcurso de un año.
El gobierno del Estado, ya se sabe, está muy gastado.
Y, bueno, digamos, hace lo que puede.
Una beca de cinco mil pesos que de por sí otorga ya y desde hace ratito a otros estudiantes.
Un dinero para pagar la inscripción en una escuela.
Y comprar el uniforme.
Caray, la misericordia es tanta que hasta los hijos de trabajadores de la información secuestrados, desaparecidos y asesinatos en Veracruz también los recibirán.
Y por vez primera.
Hijos huérfanos desde el año 2011, el primero del sexenio de Javier Duarte, cuando iniciara el tiradero de cadáveres de reporteros de norte a sur y de este a oeste del Estado jarocho.
Todos ellos, quedados a la deriva económica y desamparo social desde cuando el padre, la madre, fueron ejecutados.
Aun cuando el Veracruz ensangrentado continúa inevitable.
Más, mucho más dinerito gasta, por ejemplo, el diputado local, Juan Javier Gómez Cazarín, jefe máximo de la JUCOPO, Junta de Coordinación Política de la LXVI Legislatura, en medios, unos 20 millones de pesos anuales según reporte del periodista Noé Zavaleta.
Con los 5 mil pesitos anuales y en pago único a los niños huérfanos por el tsunami de la violencia jarocha, el profe Zen acalla el remordimiento social y se inmola y purifica en el palenque público como un hombre, un político, un profe, generoso y solidario.
“Ta’gueno”.
II (Limosnita de Zenyazen)
Los padres de los niños huérfanos fueron secuestrados, desaparecidos (y desaparecidos así nomás) y asesinados y quizá sepultados en fosas clandestinas y/o en todo caso, destazados y arrojados a un río, una laguna, un arroyo, el Golfo de México.
Rara, extraordinaria ocasión la Fiscalía General ha hecho justicia pronta, rápida y expedita.
Y la impunidad, la Señora Impunidad, sigue vigente.
De pronto, del gabinete legal y ampliado una voz se levanta y en la SEV y anuncia la beca para los niños y adolescentes y chicos huérfanos.
Casi casi una limosnita.
Un pancito para las personas con hambre.
Una morrallita para que los niños huérfanos (y los tíos y los primos y los abuelos con quienes viven) estén conscientes de la inmensa generosidad solidaria de las tribus gobernantes de MORENA, la 4T, la purificación moral y la honestidad valiente.
¡Hosanna, hosanna!
Habría de preguntar, por ejemplo, y entre otras cositas, el gasto mensual (y/o anual) de Zenyazen Escobar en los medios para que le tiren incienso a su paso.
Incluso, y hasta para publicitar su tiempo en silla de ruedas, andadera y bastón.
El nuevo Padre de la Patria jarocha.
¡Te queremos, Zenyazen, te queremos!
¡Ay, una bequita de cinco mil pesos anuales y como pago único!