El duartista impoluto
•De la generación fidelista en el poder sexenal, Salvador Manzur Díaz caminó en la ciénaga y, a diferencia de los otros, salió ileso
•En BANOBRAS ha entregado créditos a 80 presidentes municipales y ha puesto la primera piedra de obras de infraestructura
Salvador Manzur Díaz, exsubsecretario y secretario de Finanzas, exalcalde, exdiputado federal, vive hoy los días más plenos como delegado federal de BANOBRAS.
Lejos de las pasiones políticas desordenas y borrascosas, lejos de la puntilla sórdida de los medios, lejos de las intrigas y las envidias, se encarga, entre otras acciones
Luis Velázquez
del financiamiento a los presidentes municipales para realizar obra pública en sus pueblos.
Tal cual, licenciado en Economía, cumple al pie de la letra con su vocación original. Las finanzas. La planeación administrativa.
Días felices.
Pero, también, de reflexión política.
Camina Veracruz de norte a sur y de este a oeste.
Autoriza créditos y les da seguimiento.
Acepta invitaciones de los alcaldes para poner la primera piedra en la infraestructura municipal.
Incluso, al lado de los ediles ha cortado el listón a la obra terminada.
A la fecha, ha autorizado créditos a unos 80 municipios, lo que significa un buen récord.
Así, transcurren sus días.
Pero, además, en la lectura y el estudio de una maestría.
Haciendo ejercicio con disciplina y rigor todos los días para mantenerse casi casi flaco. Ya le llaman “El flaco de oro”.
Y por supuesto, la convivencia familiar.
COMPADRE CON BAJO PERFIL
Días intensos vivió en otros tiempos hace más de una década cuando aterrizó en Xalapa como parte de la generación fidelista.
Incluso, fue meteórico su despegue político.
En menos de un sexenio, subsecretario de Finanzas, diputado federal y presidente municipal de Boca del Río.
Luego, terminó de alcalde y pasó a la Secretaría de Finanzas, donde antes despachaba al lado de Javier Duarte titular del área.
De aquellos días tormentosos y revueltos quedó lo más importante: la química, el karma, la buena vibra con Duarte, su compadre, a quien igual que antes; pero ahora lejos de las candilejas, frecuenta.
Pero, además, en medio de la discrecionalidad absoluta, a diferencia, por ejemplo, de Adolfo Motita, quien alardeaba de hablar, decía, 20 veces al día con el góber, y del contralor Ricardo García Guzmán, declarado así mismo como un político impoluto con todo y su pasado de cacique huasteco, y que apantallaba a todos diciendo que una vez a la semana desayunaba, comía o cenaba, según el tiempo y las circunstancias, con el góber.
Manzur, por el contrario, es el compadre con un bajo perfil, y ahora, quizá, acaso, con más trascendencia que antes cuando las pasiones del poder se han diferido para otros tiempos, que los habrá, sin duda.
LEJOS DE LA LUMBRE POLíTICA
El delegado federal de BANOBRAS tiene otro plus en su favor: nunca, jamás, ha sido involucrado en la fama pública de la generación fidelista (Érick Lagos, Jorge Carvallo, Adolfo Mota, Alberto Silva, Gabriel Deantes, Édgar Spinoso, los más trascendidos) de un enriquecimiento inexplicable, un daño patrimonial, un peculado, un desvío de recursos con sentido patrimonialista.
Mientras ellos, por ejemplo, están en el ojo del huracán con ranchos, ganado, terrenos, residencias, departamentos frente al Golfo de México, y hasta aviones y flotilla de trailers, Manzur caminó por aquel pantano “y salió ileso”.
Quizá es discreto y hábil. Pero al mismo tiempo, y como reza el dicho popular, “ni el amor ni el dinero pueden ocultarse”.
Y, por tanto, frente a los otros, en once años como parte de la elite política la lumbre no le ha llegado y es ganancia.
SEGUIR EMPUJANDO LA CARRETA
En una parte del camino tuvo un resbalón político en los tiempos del Pacto México, y ni hablar, ante las presiones políticas del CEN del PAN y PRD, atrás todos ellos de posiciones, fue expulsado del paraíso duartista.
El compadre quiso y cabildeó lo suficiente para que luego fuera nombrado presidente del CDE del PRI, pero las presiones del altiplano fueron superiores.
Y se disciplinó.
Sacrificado, tuvo la entereza y madurez suficiente para enfrentar los hechos y circunstancias y nunca, jamás, fue derrotado, pues mantuvo el estado de ánimo, la serenidad y la buena vibra para seguir empujando la carreta.
Y es que, bueno, la filosofía política enseña que las derrotas enseñan más, mucho más, que los éxitos y templan las almas y los espíritus.
POSDATA: Antes que Interjet, propiedad de Miguel Alemán Velasco, la aerolínea Volaris, de Pedro Aspe Armella, secretario de Hacienda con Carlos Salinas, obsequiará boletitos de avión a los jarochos para que aprendan a volar… En un primer paquete ha dispuesto 6 mil boletos que serán entregados hoy viernes y sábado en el zócalo, por si usted desea formarse en la hilera… Incluso, copiando el modelo de Andrés Manuel López Obrador para repartir candidaturas a diputados federales, Volaris regalará los boletos de acuerdo con la tómbola…
El Anacoreta 27 Feb, 2015 - 14:08
Maestro, no se haga esto, es triste ver que alguien de la talla de usted se preste a adular y dar coba (supongo que no a tÃtulo gratuito) a esta clase de sátrapas enemigos del pueblo y de la democracia. Este señor al que usted dedica esta apologÃa, no es más que un pillo de siete suelas, un vulgar ladrón que se atreve a desviar recursos destinados al apoyo de los ancianos para satisfacer apetitos de poder, "resbalón polÃtico" ni qué mis polainas. Dice usted que este señor "nunca jamás ha sido involucrado en un enriquecimiento inexplicable", lo cual es completamente falso, y usted y todos lo sabemos, el señor es asquerosamente millonario.
Está usted en la plenitud de su carrera y de su vida, no soy quién para decirle qué debe o no debe hacer con su pluma, pero como lector asiduo suyo, me atrevo a pedirle que sopese si vale la pena, a estas alturas, poner en juego su reputación, su credibilidad y su autoridad moral a cambio de unas monedas o una chambita para su hijo.
Respetuosamente, un lector que lo considera una de las mejores plumas de Veracruz.