Fernando Yunes Márquez tomó posesión como presidente municipal de Veracruz en el castillo de San Juan de Ulúa.
En Ulúa, Antonio López de Santa Anna encarceló a Benito Juárez García y Melchor Ocampo, y luego los exilió a Cuba y Estados Unidos.
Ahí estuvo preso Chucho El Roto y de donde, afirma la leyenda, pudo fugarse con todo y las mazmorras vigiladas por soldados.
De acuerdo con la leyenda, ahí solía dormir de vez en vez cuando le agarraba la noche, como a los pajaritos, “La Llorona”.
Desde el castillo de Ulúa, los soldados porfiristas arrojaron al Golfo de México los cadáveres de los trescientos obreros textiles asesinados en Río Blanco en una huelga el 7 de enero del año 1910.
La gran cárcel privada de Porfirio Díaz para castigar a los disidentes, trasladados, incluso, desde el norte del país.
Claro, desde el castillo de Ulúa, la defensa de la dignidad nacional ante la invasión norteamericana.
Los niños héroes de la Escuela Naval.
Ahora, mañana domingo, 19 de febrero, en Ulúa, el presidente de la república, AMLO, en junta cumbre con legisladores de Estados Unidos para hablar, bendito el Ser Superior, sobre migración y seguridad.
Una cumbre más con el mismo objetivo.
Mientras, en la república que ni es amorosa ni tampoco humanística, más de ciento veinte desaparecidos, de los cuales más de siete mil en Veracruz.
Y Veracruz, campeón nacional en feminicidios, secuestros y extorsiones.
Y los carteles de la droga en su momento estelar, igual, igualito, que en otros sexenios.
Y la migración en su más alto decibel.
Vaya antecedente explosivo:
En el año 2022, Estados Unidos repatrió a más de ciento veinte niños indígenas originarios de Soledad Atzompa, en la sierra de Zongolica.
Treinta millones de paisanos en EU, la mayoría huyendo de la miseria, la pobreza, la jodidez, el desempleo, el subempleo y los ultra contra súper jodidos salarios mínimos y que, bueno, aun cuando el obradorismo los ha incrementado, la pesada carga arrastrada desde sexenios anteriores en la materia sigue causando peores estragos.
Tan sólo de Veracruz un millón de paisanos y quienes, caray, continúan migrando cada semana al país vecino.
Hombres, mujeres y niños.
Los mexicanos que en EU, aseguraba el panista Vicente Fox Quesada, desempeñan “los trabajos que rechazan los negros”.
Además, de la feroz persecución de la policía migratoria de EU.
Y, claro, ni se diga México como el peor paso para los migrantes de América Latina con sus carteles y cartelitos, polleros y policías migratorias, federales, estatales y municipales.
Además, de los Mara Salvatrucha.
Con Porfirio Díaz Mori inició la migración de México a Estados Unidos, tiempo cuando el gobierno norteamericano construyó el ferrocarril en la frontera sur.
Desde entonces, ha aumentado de manera irrefrenable, simplemente, entre otras cositas, porque el gobierno es incapaz de alentar la creación de empleos en las regiones indígenas, campesinas, suburbanas y urbanas de la nación.

AMLO, LÍDER MUNDIAL

El Síndrome Luis Echeverría ya pegó a AMLO.
Por ejemplo, y entre otras cositas, teniendo al presidenciable Marcelo Ebrard Casaubon, secretario de Exteriores, como puente de plata, AMLO sueña con el liderazgo en América Latina y en el mundo.
Su feroz crítica a la ONU, Organización de las Naciones Unidas, y a la OEA, Organización de los Estados Americanos, como obsoletas.
La defensa a ultranza de Cuba y Venezuela, y en donde Hugo Chávez, QEPD, y Nicolás Maduro llevan más de veinte años de “dictadura perfecta”.
El silencio indicativo y significativo guardado ante las tropelías del ex sandinista puro, Daniel Ortega, el nuevo Anastasio Somoza de Nicaragua.
La intromisión en Perú considerada así por la presidenta.
La carta a la ONU ofreciendo el secreto más eficaz del mundo para acabar con la guerra en el planeta, a partir, entre otras cositas, de la guerra de Vladimir Putin, de Rusia, contra Ucrania.
La propuesta, incluso, para que el Papa Francisco Primero formara parte de una elite avalando su plan estelar contra la guerra.
Y en el mes de abril, la cumbre con diez presidentes de América Latina para solucionar ya, ya, ya, la inflación, y que como se sabe, ahora se debe a cuestiones internacionales, entre ellas, la guerra de Rusia y Ucrania.
La cumbre con los legisladores de Estados Unidos en el castillo de San Juan de Ulúa para solucionar de un vez por todas la migración y la inseguridad, encartada, digamos, en la estrategia para el liderazgo continental y en el planeta.
Nada, entonces, de refundirse en su rancho en Chiapas, “La chingada” luego del mandato presidencial.
Y si Echeverría ni tampoco Carlos Salinas brincaron al escenario mundial, AMLO, digamos, en la antesala del cosmos.
De Macuspana al Distrito Federal y el Palacio Federal y el mundo.
Lo que la expropiación petrolera nunca pudo dar a Lázaro Cárdenas, AMLO sopesando y midiendo su fuerza política en los cinco continentes.