Y aun cuando el duartista Jorge Yunis Manzanares, ex subprocurador de Justicia, publicó el doce de noviembre que Coatzacoalcos está en el cuarto lugar nacional como la ciudad más insegura del país, el secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado, se reunió con la elite empresarial y fue lacónico:
Desde hace 261 días, es decir, hace unos 8 meses, ningún secuestro ha sido registrado en Coatzacoalcos.

DOS. Extorsiones disparadas

Cero secuestros en 8 meses. Asesinados, claro, entre los carteles y cartelitos disputando Veracruz y el país, como el fuego cruzado en Xalapa, la capital, la noche del viernes12 de noviembre con tres civiles muertos y un policía, más tres policías heridos.
Subsisten las extorsiones. El otro negocito de la delincuencia organizada.
De acuerdo con las versiones, por aquí aparece un negocito, un comercio, un changarro, una empresa, luego luego les caen los malosos para establecer una cuota mensual que por el llamado “derecho de piso”.

TRES. Coatzacoalcos, un polvorín natural

El Observatorio Ciudadano de Coatzacoalcos y la estadística oficial de Seguridad Pública documentan, en efecto, que el oleaje de secuestros, vigente en otras latitudes geográficas del Estado jarocho, está en cero en el sur.
El trabajo conjunto de las policías estatales y municipales y de las fuerzas federales.
Allá, centrados y concentrados, pues, y como se sabe, el sur es puerta de entrada de la droga del sur al norte del país.
Y de los malandros. Y Coatzacoalcos, como puerto marítimo para la carga y descarga de la droga. Y las pistas clandestinas.
Y el negociazo de los migrantes.
Y hasta de caciques regionales con sus pistoleros y sicarios.

CUATRO. Seguir las pistas

El titular de la SSP de Veracruz cabildea.
Por ejemplo, su acercamiento con las cúpulas empresarias y el Consejo Coordinador Empresarial de norte a sur y de este a oeste.
En el trascendido, fortalecer las estrategias preventivas y de seguridad ciudadana.
Pero en corto, y de seguro, el intercambio de barajitas sobre pistas, señales, rastros, del oleaje de inseguridad.

CINCO. Reproducir el modelo sureño

Si en Coatzacoalcos iban 261 días sin secuestros hasta el once de noviembre, entonces, caray, insólito.
Pero al mismo tiempo, deseable que el mismo esquema, el mismo modelo, la misma estrategia sureña pudiera reproducirse en el resto del Estado jarocho.
Más, mucho más, centrarse, por ejemplo, en los municipios donde la desaparición forzada se multiplica y aparecen, por añadidura, más fosas clandestinas.
Y en los municipios donde los feminicidios ocupan los primeros lugares después de que López Obrador, el presidente de la república amorosa, reveló que los estados de México, Veracruz, Jalisco y Ciudad de México ocupan los primeros cuartos lugares nacionales.

SEIS. Promesa de por medio

La seguridad en la vida… con la creación de empleos constituyen los más graves pendientes del Estado jarocho.
Incluso, podrá la población electoral, los ciudadanos de a pie, seguir desempleados y, bueno, quizá, con ayuda familiar salir pa’lante.
Pero vivir con la pesadilla de un secuestro, una desaparición, una tortura, un asesinato, una decapitación, una fosa clandestina, significa la peor tragedia humana de que se tenga memoria.
En Coatzacoalcos, el secretario Hugo Gutiérrez Maldonado lo dijo de manera concreta y específica:
“Seguiré trabajando para consolidar a Veracruz como una de las entidades más seguras en el país”.