Toca fondo Seguridad Pública
La secretaría de Seguridad Pública sigue tocando fondo. Y en caída libre. El asesinato de un par de jefes policiacos la semana anterior, más el fuego cruzado en Boca del Río, recrudece el mal karma. Palabras mayores cuando los carteles “se echan” a policías y jefes policiacos. Significa, de entrada, que si así va a las fuerzas del orden, la población electoral está más indefensa que nunca.
Luis Velázquez
El tiradero de cadáveres, todos los días. Llevamos 27 años con un Veracruz convertido en el reino de los narcos. Tierra fértil, paraíso terrenal, para todos ellos.
Y más ahora, mejor dicho desde Javier Duarte, porque la población civil está en la mira. Las fosas clandestinas. Veracruz, primer lugar nacional en feminicidios. Y secuestros. Y crimen de reporteros en el pasado.
Mujeres, niños, ancianos, policías, políticos, líderes partidistas, activistas, miembros de la comunidad sexual, todos, criminalizados.
Nadie escapa. Nadie tiene segura la vida. Nadie puede cantar victoria de que es ya, ya, ya, un sobreviviente del Apocalipsis jarocho.
El director de Policía de San Juan Evangelista, emboscado en la carretera federal, a la altura del poblado La Cerquilla.
El policía del IPAX, asesinado en Cosoleacaque, para robarle el dinerito que llevaba de la empresa donde laboraba.
Y el tiroteo entre policías y malandros en Boca del Río y que se volviera persecución en la carretera, con un par de malandros, cierto, muertos, pero también un trío de oficiales.
Y el asalto a mano armada de los malandros contra policías y marinos en íngel R. Cabada (19, 3, 20) con dos elementos heridos.
Se dirá que, ni modo, y como “la violencia es inevitable” (Agustín Acosta Lagunes), los policías están muriendo. Veinticinco en los últimos 16 meses.
Pero al mismo tiempo, los malandros parecen un ejército en tiempo de guerra, la guerra de Vietnam, por ejemplo.
Y están mejor armados, mejor capacitados y entrenados para morir.
Con todo, mal fario. Pésima vibra para una población doliente y en sufrimiento perpetuo y eterno por tantos tantos tantos secuestros y desaparecidos y crímenes.
BAMBA VIOLENTA
Los días y noches huracanadas y torrenciales rebasan a los días felices, con todo y “La bamba” y “El tilingo lingo”.
Incluso, quizá hasta convendría que así como Amlove está súper protegido con los amuletos y las estampitas de la Virgen de Guadalupe y Jesucristo que le regalan (“Detente enemigo/ que el corazón de Jesús está conmigo”), cada ciudadano, cada familia, también habría de tener en su cartera, en vez de la foto de la persona amada, algunas estampitas.
Y de extra, hasta un dólar como el dólar que, dice Amlove, le regalara un migrante.
Y es que nadie en Veracruz (tampoco en el país) mira dieciséis meses después de MORENA en el poder político una lucecita alumbrando el peor túnel en la historia y en la vida.
Por ejemplo, además del montón de huérfanos y viudas y viudos en Veracruz, los 25 policías asesinados también dejaron hijos huérfanos y parejas viudas.
Y los camposantos llenándose de cruces, más el número incalculable de personas secuestradas y desaparecidas y dado que muchas tienen demasiados años en el limbo quizá hasta sepultadas en fosas clandestinas.
Algo está fallando en la política de lo que llaman la Comisión por la Paz.
Cierto, todos los días, por ejemplo, en el palacio de gobierno de Xalapa, las partes se unen. Y escuchan el informe del día y la noche anterior. Y programan y reprograman nuevos operativos, pero siempre con una política reactiva. Y reactiva, porque los carteles imponen la agenda setting y el gobierno los va siguiendo, rastreando sus pasos, pero sin resultados sociales.
Claro, una cosita es el festín oficial predicando que el índice de violencia está a la baja y en caída libre, y otra, mil años luz de distancia, la realidad avasallante.
Los niños huérfanos. Las mujeres, viudas. Los hombres, viudos. Todos ellos sentirán que cuando el sexenio guinda y marrón les dice que el tiradero de cadáveres está bajando más bien es una vacilada, una pitorreada, una burla, una ofensa, una humillación, una cachetada.
Además, de la impunidad. Por fortuna, desde que tomó posesión, la Fiscal ha nombrado a unos sesenta funcionarios y está feliz. Y con la felicidad de ella, antigua reina de belleza en su pueblo tuxtleco, basta y sobra.
LOS REYES DESTRONADOS
Los 25 policías asesinados (jefes menores y rasos) formaban parte del ejército de los pobres y jodidos, clase baja, y a quienes Charles Chautebriand llamada “los reyes destronados”, Franz Fanon “los condenados de la tierra”, Luis Buñuel “los olvidados”, Oscar Lewis “los excluidos” y a quienes, ¡vaya utopía!, Carlos Marx y Federico Engels miraron como “la dictadura del proletariado”, raza cósmica les llamaría José Vasconcelos.
Y se metieron de policías, porque, y en términos generales, “no quedaba de otra” para llevar el itacate y la torta a casa, además, ninguna duda de que la vocación les llamaba.
Pero desde varios sexenios, en Veracruz, como en el resto del país, ser policía es sacar boleto y derecho de pasaporte al infierno.
Todos los días y noches cuando salen a trabajar, sus familias quedarán en la orfandad emocional, angustiados por si regresarán a casa “vivos y sanos”, pues la muerte está a la vuelta de la esquina.
Y por eso mismo quizá la única salida sería aceptar que las tropas norteamericanas se instalaran en México, considerando que desde aquí, dicen en la Casa Blanca, llegan a Estados Unidos los peores males de la caja de Pandora como son la droga y los migrantes.
Nieves Sanchez Gomez 01 Abr, 2020 - 10:31
Mi Admiración , Respeto y Profundo Afecto MAESTRO!!!