El más grande reportero
•“Era pobre, pero muy feliz”
•Un hombre jodido en París
EMBARCADERO: El más grande reportero y escritor en la historia de la humanidad es Ernest Hemingway... Y aun cuando hacia el final de su vida era dueño de una mansión en Cuba con alberca donde nadaban desnudas sus mujeres en turno, muchas de ellas artistas, y de un yate, y otra mansión en Estados Unidos, en los primeros años de su vida periodística y literaria, fue “pobre, muy pobre, pero muy feliz”
Luis Velázquez
ROMPEOLAS: El tiempo de pobreza y estrechez económica más conocida de Hemingway fue en París cuando a los veinte años de edad lo enviaran de su periódico para cronicar la Guerra Mundial… Entonces, incluso, y con su esposa de la misma edad, buscaban a los reporteros consagrados de la época, todos norteamericanos y asignados en París, para que los invitaran a comer… Tanta era la jodidez que padecían que, por ejemplo, Hemingway llegó a la conclusión de que se escribe mejor cuando se tiene hambre y cuando las tripas chillan y solo queda pasar frente a un restaurante o una panadería para oler la comida y el pan y hacerse ilusiones…
ASTILLEROS: Por ejemplo, con el estómago vacío, Hemingway y su primera esposa, quien también era reportera, llegaban a la exposición de un pintor para cronicar el acto cultural, pero más aún, para atragantarse con los bocadillos y el buen vino… Luego, adictos al café lechero si tenían unos centavitos iban a un café donde cada uno agarraba su cuaderno escolar y escribían el texto periodístico para enviarlo a sus periódicos en Estados Unidos…
ESCOLLERAS: En medio de aquella pobreza, Hemingway aseguraba que su narrativa estaba llena de tripas chillando necesitadas de un mendrugo y aunque fuera, un vino barato… Un día, integrados los originales de sus cuentos su joven esposa viajó en un tren a otro pueblo y de pronto, ¡zas!, descubrió que se los habían robado los manuscritos originales y las copias… Y en medio de aquella pobreza, Hemingway intentó escribir algunos relatos, pero solo rescató uno o dos, de igual manera como sucede en la película “Palabras robadas”, con Irom Jeremy…
PLAZOLETA: Hemingway siempre se mantuvo fresco entre el periodismo y la literatura… Pero con frecuencia, dejaba de reportear para escribir sus cuentos y novelas… A los 24, 25 años de edad, estando en París, renunció a la corresponsalía del periódico de EU que cada mes le enviaba su salario y para sus gastos… Y quedó en la nada, sin recibir el sueldo… Entonces, la pobreza alcanzó los niveles de la miseria y muchas noches se acostaba con su esposa sin cenar, pero eran felices, porque mirando la noche estrellada en París se amaban en la madrugada escuchando los gritos desaforados de los gatos haciendo el sexo… Incluso, Gabriel García Márquez decía que el cuento más hermoso de Hemingway es, precisamente, de un gato escondiéndose bajo la lluvia…
PALMERAS: De aquella pobreza quizá Hemingway aprendió que la vida nunca consiste en acumular bienes materiales, sino tener lo necesario para vivir y consagrarse a la vocación personal… Pero además, tener confianza en sí mismo, conscientes y seguros de que cuando hay disciplina y talento, algún día los vientos huracanados se vuelven aliados y se alcanza la más alta satisfacción y felicidad… Cierto, a los 62 años de edad agarró una de las escopetas que utilizaba para cazar leones y tigres en ífrica y a las 6 de la mañana, mientras su última esposa dormía, se pegó un tiro en la boca pues era muy depresivo…