El otro Julio Scherer
•Confidencias de su esposa
•Crónicas de sus hijas
EMBARCADERO: Don Julio Scherer García, el fundador del semanario Proceso, el gran director del periódico Excélsior en el siglo pasado y que lo convirtiera en uno de los mejores diarios del mundo, cumplió 5 años de fallecido... En el canal televisivo de la UNAM transmitieron viejos programas hablando de su trabajo reporteril y periodístico, la parte estelar cuando el presidente Luis Echeverría ílvarez orquestara un golpe de Estado al Excélsior y que terminara con la destitución de don Julio
Luis Velázquez
En la revista Proceso número 2253, sus hijas Ana y María Scherer Ibarra publicaron par de crónicas donde cuentan historias familiares y que agigantan mucho más la estatura moral del padre…
ROMPEOLAS: Por ejemplo, publicaron algunas de las cartas que su señora madre, doña Susana Ibarra de Scherer, enviara a un amigo cuando la angustia económica era terrible y espantosa, y ellos tenían nueve hijos y don Julio ganaba ocho mil pesos mensuales… Y estuvo a punto, pensaba, sopesaba, calibraba, si mejor renunciaba al periodismo y buscaba quizá hasta un trabajo burocrático… “Fue el licenciado Agustín Yáñez (secretario de Educación Pública) quien le propuso que de no salir don Manuel Becerra Acosta director de Excélsior o de no estar a gusto le proporcionaría un empleo de mayor remuneración económica a su lado”…
ASTILLEROS: En otra parte, la señora Susana Ibarra cuenta al amigo familiar que en los días difíciles ofrecieron a don Julio la dirección del periódico Novedades y le ofrecían veinte mil pesos de sueldo mensual… “Mi visión de mujer realista y angustiada clamaban por decirle: ¡Vete! ¿Y nuestros sentimientos, nuestra lucha, mis ambiciones, dónde quedan?”…
ARRECIFES: Además, Scherer, un reportero honesto “a prueba de bomba” que nunca pactó con los presidentes de la república y los secretarios de Estado y los gobernadores y los empresarios poderosos, enfrentaba el enemigo en casa, es decir, en Excélsior… “Ahí, en el Excélsior, no nos quieren… Los que nos invitan y sonríen, nos valoran, pero amigos por quienes se parte el alma en la batalla, son bien pocos”… Escribe doña Susana: “Me preocupa oírlo hablar de renunciar, de dedicarse a otra cosa que no sea el peri
PLAZOLETA: Escribió la esposa de don Julio: “Julián cuenta con muchas malas voluntades que con gusto le aplastarían… Ser auxiliar de un director antidiluviano no me parece estable… Temo que con la falta de éste, la ola de animosidad detenga a Julio y, lejos de acercarle a su meta, lo friegue… Él se desploma cuando siente que hay pura animadversión y envidia alrededor de su trabajo… Los amigos en tiempos difíciles, lejos de animarle, parecen querer quedar al margen…
Los amigos de Julián dentro del periódico, yo sinceramente creo poder contarlos con los dedos de la mano”…
PALMERAS: El escritor Carlos Fuentes Macías decía que don Julio era el Francisco Zarco del siglo XX… Su vida periodística se resumiría así… Uno de los mejores reporteros del mundo, aun cuando él mismo decía que Gabriel García Márquez era el mejor… El más grande director de un periódico en el país y en el mundo… El gran escritor… Un periodista honestísimo… El único trabajo de un reportero, decía, era contar los hechos de cada día como son, con su descarnada realidad por más dura que sea… Un día, en Monterrey, en un foro donde cada quien (académicos, empresarios y políticos) se fue presentando y todos se “tiraban incienso”, don Julio fue el último y lo dijo así: “Lamento decepcionar a todos… Soy un simple reportero”... Y el aplauso fue arrollador…