El tequio oaxaqueño, ajá
El góber jarocho de AMLO festina un hallazgo legendario, histórico y mítico. El tequio, la organización indígena a tono con "los usos y costumbres" para construirse ellos mismos, sin la autoridad pública, servicios públicos. Una cultura tan vieja como el relato bíblico.
El descubrimiento fue revelado por el presidente de la república en su última gira en los pueblos indígenas de Veracruz, en el norte, en la Sierra Madre Oriental, en el eje de Huayacocotla-Chicontepec.
Luis Velázquez
Entonces, puso como modelo de desarrollo social a los pueblos indios de la Oaxaca del gobernador priista, Alejandro Murat, y ni hablar, como "donde manda capitán nunca gobernará marinero", el góber jarocho viajará a Oaxaca para conocer, sorpresas que da la vida, aquel modelito social y reproducirse, qué caray, en la tierra jarocha habitada por un millón de indígenas en las regiones de Huayacocotla-Chicontepec, Otontepec, Papantla, Zongolica, Soteapan y Valles de Santa Martha y Uxpanapa.
Es decir, que el sexenio será insuficiente para lanzar el tequio y para cacarear el insólito, ajá, hallazgo social.
Buen viaje, entonces, pues irá acompañado de su secretario de Infraestructura y Obra Pública, un junior de Poza Rica, hijo de un magnate hotelero y amigo de Miguel Alemán Velasco quien lo ungió presidente municipal en su sexenio... de igual manera como ahora, y para repetir la historia, bien podría soñar con la alcaldía del pueblo petrolero.
Será, pues, viaje de placer y asueto, y de conocimiento histórico y que, digamos, bien podría impartir en una clasecita el súper delegado federal, el sociólogo Manuel Huerta Ladrón de Guevara, y quien de seguro conoce la historia al dedillo.
EL TEQUIO DE CARLOS SALINAS
El presidente de la república tiene en las neuronas y el hígado a un trío de políticos incómodos e indeseables.
Uno, Carlos Salinas. Dos, Vicente Fox. Y tres, Miguel íngel Yunes Linares.
De Salinas, por ejemplo, ha advertido a la mitad del país y a la otra mitad, en mensaje directo al Ejército Zapatista de Liberación Nacional opuesto al proyecto del Tren Maya, que "yo no soy Salinas".
Cierto, ni de guasa.
Pero resulta que Salinas de Gortari aplicó el tequio en su exacta dimensión a través del programa social llamado Solidaridad.
Tiempo aquel cuando en el país fueron construidos servicios públicos aportando la comunidad la mano de obra y el gobierno los materiales de construcción.
Bastaría referir, por ejemplo, que Dante Alfonso Delgado Rannauro fue el gobernador del cuatrienio en el tiempo de Salinas y realizó con Solidaridad, es decir, a través del tequio, la más insólita obra pública que nunca antes ni después ha sido superada.
Ahora, caray, sorpresas que da la vida, el tequio ha sido declarado el modelo social por excepción y adoptado como eje básico en el gobierno de Veracruz.
Con todo, más bien parece un gobierno de ocurrencias, pues en todo caso, entre la declaratoria de gobernador electo en el año 2018 a la toma de posesión en el mes de diciembre, pasaron unos 5 meses en que la dinastía de MORENA en Veracruz pudo revisar el pasado, analizar perspectivas y posibilidades y entre otras cositas, adoptar el tequio como forma sublime.
Pero, bueno, ya decía León Felipe, "se hace camino al andar" y lo importante "es llegar todos juntos y a tiempo".
ESTILO PERSONAL DE EJERCER EL PODER
Ya de por sí, al gobierno de Veracruz escasea el fósforo bitacal. Y lo peor, un año después, cuando, se entiende, habría cubierto "el costo del aprendizaje".
Por ejemplo, algunas características del estilo personal de ejercer el poder y gobernar:
Una. Una política reactiva que solo actúa luego de consumado el hecho. Por ejemplo, los secuestros, los asesinatos y los feminicidios.
Dos. Una política rosácea, un mundo creado "a imagen y semejanza" donde "no pasa nada" (Javier Duarte) y los disidentes, adversarios y enemigos tienen sus cuentitas, pero el gobierno tiene las suyas, y por ejemplo, "la violencia baja y baja y todos estamos contentos, muy contentos".
Tres. La culpa de tantos pendientes sociales es de los ex gobernadores, incluso, hasta de Fidel Herrera Beltrán, cuyos secretarios de Salud han sido acusados de "la crisis humanitaria". Y si hay tanta violencia, inseguridad e impunidad es culpa del ex Fiscal Jorge Wínckler Ortiz.
Cuatro. La defensa apasionada de AMLO de su góber jarocho ante las denuncias en contra de los suyos creyendo que "tirando la espada en prenda" la población electoral queda convencida.
Cinco. Interponer más y más denuncias penales en contra de la administración anterior sin que al momento la Fiscalía aterrice una sola. Y sin embargo, algunos secretarios del gabinete legal en la locura total. Más y más y más denuncias.
Seis. Un gobierno de ocurrencias. Soy fifí, sabadaba, salsero y catrinero. El besucón. El secretario con la pistola al cincho. Soy honesto. Amo a Veracruz. Hay una conspiración contra el gobernador (senadora Gloria Sánchez). Yo nací para servir a los campesinos (titula de la SEDARPA).
Siete. La destitución de la Contralora Leslie Garibo sin rendir cuentas, igual, igualito que como Javier Duarte, ochenta y cinco funcionarios cambiados "por sus pistolas" y sin detallar razones de peso.
Y ahora, el tequio.
Vamos todos, pues, a Oaxaca para conocer, ajajá, "los usos y costumbres" de los más de quinientos municipios indígenas de la tierra de Benito Juárez y Ricardo Flores Magón, pero también de Porfirio Díaz Mori.