Desaparecidos dos hermanos y la esposa; la peor pesadilla familiar
•Truncaron policías de Ixtaczoquitlán el sueño de unos tianguistas
•”Nos han dejado muertos en vida” dicen familiares de las víctimas
•Lamentan cerrazón del gobernador para atenderlos
Por ANTONIO OSORIO OJEDA
Ciudad Mendoza, Ver.- Los hermanos Jorge Obet y Joel Reyes Flores llegaron de Reynosa, Tamaulipas, hace 30 años para establecerse en la zona de Ciudad Mendoza trabajando en la venta de ropa, como tianguistas, formaron sus familias y querían sacar adelante a sus hijos, pero hace casi dos meses, los hermanos -y la esposa de uno de ellos- fueron desaparecidos por policías de Ixtaczoquitlán, por lo que hoy sus familiares viven la peor pesadilla al no saber nada ellos y les espera una triste Navidad.
Jorge y Joel fueron desaparecidos junto con sus compañeros tianguistas identificados como Ricardo Montesinos Núñez, Daniel García Reyes, Humberto Gil García y Jorge Alducin, de 20, 25, 32 y 45 años, respectivamente.
Joel, junto con Daniel, Ricardo y Humberto habían viajado de Ciudad Mendoza a Fortín, para dejar una camioneta cargada de ropa en un almacén, pero al regresar en un taxi fueron detenidos por los policías municipales de Ixtaczoquitlán y trasladados a la comandancia, presuntamente por órdenes del director de Gobernación, Octavio Alejandro Pérez, hoy señalado por los familiares de las víctimas.
Posteriormente, la esposa de Joel, Luisa Carrera, junto con su cuñado Jorge Obet, acompañados por Jorge Alducin y un abogado, acudieron a pagar la multa y los liberaron, pero cuando se retiraban fueron “levantados” y ya no se ha vuelto a saber nada de ellos.
JORGE ES UN PADRE AMOROSO, PERO TRAS SU DESAPARICIÓN HASTA SUS HIJOS TUVIERON QUE DEJAR LA ESCUELA
Jorge pertenece a varios grupos de futbol de la región, ya que desde que era chamaco le ha gustado este deporte y hasta la fecha lo seguía practicando. Sin embargo, ahora que desapareció, pocos amigos de sus equipos se han acercado a la familia para ofrecerles su ayuda.
El comerciante es considerado una buena persona, muy amoroso con sus hijos; tiene uno de 22 años, una hija de 18 y otra de 10, pero por el momento han dejado la escuela, a consecuencia de lo que están viviendo, la pérdida de su padre, que para ellos es algo terrible.
A casi dos meses de la ausencia de los hermanos, en varias viviendas de la colonia El íguila, de Ciudad Mendoza, priva un ambiente de tristeza, de incertidumbre y de temor. En esa zona fría de las altas montañas, los familiares de los comerciantes desaparecidos
han formado una especie de hermanamiento y constantemente se reúnen para tomar acuerdos.
Ahí crecieron los hermanos Jorge Obet y Joel, rodeados de sus amigos, pues por el juego de futbol se allegaron de muchos conocidos, aunque por ahora muchos de ellos se han alejado, aparentemente porque tienen miedo.
Jorge Obet Reyes Flores, de 41 años, es tianguista, considerado gente de trabajo, sin problemas; hace más de 30 años llegó de Reynosa, Tamaulipas, con sus padres y sus hermanos a la zona de Ciudad Mendoza, donde se dedicó a comprar ropa al mayoreo para después comercializarla en mercados de los municipios de la región. El motivo de su traslado fue venir a abrir mercado en esta zona.
Así ha vivido con su familia todos estos años, en el negocio de la ropa, los días miércoles y domingos venden en Fortín y en el lugar conocido como “La Quebradora”, mientras que los lunes venden en Coscomatepec, los martes en la plaza de Ciudad Mendoza y los jueves en Vicente Guerrero, en Río Blanco.
Ese fue el camino que les enseñó su padre, Joel Reyes Hernández, un señor de 72 años, que tiene su casa aparte y vive solo desde hace 12 años, cuando murió su esposa y madre de sus hijos. Don Joel, fue el que puso la denuncia en la Fiscalía por la desaparición de los hermanos, y tampoco ha parado de buscarlos.
SE EXTRAÑAN LAS REUNIONES FAMILIARES QUE CADA FIN DE SEMANA ORGANIZABA JOEL
Joel es el hermano mayor, tiene 43 años y es considerado como un guía de la familia, tanto que le apasionaba mucho verla unida.
A Jorge también le gusta mucho el futbol y las reuniones entre familia, cuentan sus seres queridos; a él se le extraña porque cada fin se semana hacía reuniones en su casa, con carne asada y buena música.
“Normalmente nos reuníamos en su casa, por lo regular los días viernes, a convivir todos entre familia; a él le gustaba mucho eso, que tanto mi papá, como mis hermanos y sobrinos estuviéramos siempre en su casa, donde casi siempre estaba viendo la televisión”, dice su hermana con un sesgo de tristeza.
Con su esposa, Luisa Carrera Valdés -actualmente también desaparecida- tiene dos hijos, un niño de 11 años y una niña de 10, mismos que ahora han quedado bajo el cuidado de la abuela materna, ya que normalmente se quedaban con ella, y sólo los viernes, cuando descansaban sus padres, convivían con ellos.
En otro matrimonio, Joel procreó otros dos hijos, una niña de 11 años y un hijo de 23, quien ahora vive en Cozumel, Quintana Roo, donde trabaja, y también ha sido alcanzado por la desgracia que significa la desaparición de su padre.
”NOS HAN DEJADO MUERTOS EN VIDA”: FAMILIARES
Desde el pasado 26 de octubre cambió la vida de la familia Reyes Flores, que pide la aparición con vida de los hermanos Jorge y Joel, así como la esposa de este. Desde entonces, no tienen descanso, no comen a gusto, no duermen tranquilos y, lo peor de todo, esperan una triste Navidad.
Incluso, familiares de otras ciudades han estado pendientes día y noche, preguntando por sus parientes, con la esperanza de tener noticias de ellos.
“Nosotros aquí hemos hecho familia por mis hermanos que se han casado, pero de hecho nuestras familias son de Reynosa, todos ellos todo el tiempo están en contacto con nosotros, todos los días hablan por teléfono para ver si ya hubo respuesta, si ya aparecieron o cómo están, todo el tiempo nos han estado apoyando, son nuestros tíos que han estado pendientes”, cuenta una hermana de los comerciantes, aparentemente cansada, pero con ánimos de seguir en la búsqueda.
Ya ha sido bastante, agrega, y muy desgastante toda esta situación, “todos los días vamos a trabajar, regresamos, hacemos algunas actividades por la tarde, nos reunimos entre familiares de los desaparecidos, platicamos qué avances han sucedido, de nuestro trabajo y la casa que hay que mantenerla en buenas condiciones, porque si no, cómo vivimos”.
Es una situación muy desgastante, insiste, “más que nada en la parte emocional, que despiertas a todas horas, a cada rato, por mi reloj biológico todos los días despierto a las 03:26 de la mañana, me levanto y les prendo una veladora, porque desde que ellos desaparecieron, en mi casa tienen luz”.
La mujer habla de una fuerza espiritual que se requiere para que todos los días se pueda levantar y seguir con la idea de que sus hermanos y su cuñada van a aparecer, esperando todos los días esa llamada por parte de sus familiares, que le digan que sus hermanos ya regresaron.
Sintiendo como si la vida de sus seres queridos pendiera de un hilo, los afectados saben que el próximo 26 de diciembre cumplirán ya dos meses desaparecidos, y no hay ninguna pista, ningún resultado de las investigaciones, a pesar de las evidencias y la detención de dos presuntos responsables.
En medio de las desavenencias por la cerrazón del gobernador para atenderlos, comenta que quienes desaparecieron a los comerciantes “nos han dejado muertos en vida, pero estamos de la mano de Dios, pidiendo porque ellos aparezcan; muchas veces al llevarnos algo de comer a la boca, a veces nos limita el hecho de pensar en dónde estarán nuestros familiares, si ya habrán comido, si estarán golpeados, y lo que nos aterra es saber que a la mejor ya no están vivos, que les haya pasado algo, o que los torturen cada vez que nosotros hacemos alguna acción por pedir la justicia”.
Algo favorable es que mucha gente se ha acercado a las familias, para darles el apoyo, aunque sólo sea moralmente, pues no siempre apoyan las acciones que realizan, aun cuando los comerciantes son muy conocidos en la zona de Río Blanco y Ciudad Mendoza.
PIDEN AFECTADOS QUE EL GOBERNADOR CUMPLA PLIEGO PETITORIO
En una vivienda de material, donde habitan niños y adultos, todos con los mismos rostros de tristeza y la incertidumbre, es donde constantemente se reúnen las familias para dialogar y tomar acuerdos sobre las acciones que emprenderán.
Ahí, los familiares siguen con la convicción y la fe de que sus seres queridos están vivos y van a aparecer, por eso todos los domingos van a misa a pedir por ellos y están en la fe de Cristo, conscientes que se trata de una prueba que se les ha puesto en la vida y no es nada fácil.
Por ahora, analizan el pliego petitorio que le hicieron al gobernador, Cuitláhuac García Jiménez, donde exigen, primero, la presentación con vida de los siete comerciantes desaparecidos.
Otro de los puntos que piden es que sea destituido del cargo el director de Gobernación de Ixtaczoquitlán, Octavio Alejandro Pérez; también, que sea investigado el alcalde, Miguel íngel Castelán Crivelli, porque tiene que hacerse responsable de los funcionarios públicos a su cargo y que, si a manos viene, sea retirado del cargo, hasta que se presente el director de Gobernación.
También, exigen que constantemente haya mesas de trabajo, donde se den informes de los avances en la investigación, y que el caso sea atraído por las autoridades federales, porque el Gobernador no ha dialogado con ellos, ni ha brindado su ayuda, por eso exigen ser escuchados por el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador.
Además, los familiares de los comerciantes desaparecidos, exigen que se termine la “guerra sucia” que hay dentro de la Fiscalía, “porque obstaculizan el trabajo de la fiscal de Desaparecidos, Martha Lilia Pérez Gumercindo, ya que ella ha sido un gran apoyo, al dar avances y con ello un poco de tranquilidad porque vemos el trabajo que está haciendo, pero desgraciadamente las autoridades la limitan y tenemos tres semanas sin saber nada del caso, porque no le dan el recurso para que venga”.
Los afectados también piden seguridad y hacen responsable al alcalde de Ixtaczoquitlán, Miguel íngel Castelán Crivelli, y al director de Gobernación, Octavio Alejandro Pérez, de lo que les pueda pasar a ellos y a sus familiares, ya que, debido a las marchas, a los plantones, a las exigencias que han realizado, temen por sus vidas, debido a que se han percatado de personas desconocidas que les toman fotografías y videos, para intimidarlos y hacer que desistan de sus objetivos.