El escritor que aullaba
•Concierto de perritos
•Se burlaba de los políticos
EMBARCADERO: Con Curzio Malaparte se pasan horas y días fascinantes... Por eso quizá, el siempre digno Mario Vargas Llosas suele decir que el día anterior, por ejemplo, estuvo con León Tolstoi y la pasó muy bien... Se refiere, claro, y como en el caso, a las horas leyendo sus novelas y cuentos, pues nada más feliz en la vida...Más, mucho más, incluso, que leer periódicos o noticias en el celular
Luis Velázquez
Además, con el gran sentido del humor, fino, muy fino, del escritor italiano que fue soldado en la Segunda Guerra Mundial y militara en la Resistencia y estuviera preso y confinado en los campos de concentración y era reportero y escritor…
ROMPEOLAS: Un día, Curzio publicó un artículo evidenciando al dictador italiano, Benito Mussolini… Enfurecido, ordenó a su policía que lo detuvieran y lo llevaran a palacio… Y cuando el escritor estuvo ante el político, le ganó la jugada y de entrada le refirió en la oficina presidencial el mal gusto que tenía para elegir corbatas… Tomado por sorpresa, Mussolini preguntó las razones por las cuales su corbata desentonaba del traje… Y el escritor se las dijo una por una y a tal grado quedó convencido que le ofreció trabajo como su asesor de imagen… Curzio le dijo: “Soy reportero”… Y se retiró del palacio con muchísima dignidad…
ASTILLEROS: En una de sus crónicas, Malaparte cuenta que en cada pueblo gustaba de aullar como un perrito y que era, digamos, su afición favorita, de igual manera como, por ejemplo, a Ernest Hemingway le gustaban los toros, el boxeo y la cacería en ífrica… Y cuando andaba de gira y se hospedaba en un hotel en la noche salía al balcón y comenzaba a aullar… Y seguía aullando hasta que desde algún lugar un perro le contestaba… Y Curzio le reviraba el aullido y el perro también, convencido de que otro perro le ladraba… Y al ratito, el escritor disfrutaba el concierto de aullidos…
ESCOLLERAS: Una noche caminó en la ciudad… Y anduvo buscando un perro para ponerse a aullar… Y cuando lo encontró se detuvo y aulló y aulló hasta que el perro le contestó… Y a medianoche, el concierto de aullidos… Entonces, apareció un policía y lo quiso detener… El escritor le dijo que ningún delito estaba cometiendo porque su gusto y felicidad era aullar como otros tomar una cerveza o bailar o ir al cine o a los toros…
PLAZOLETA: Y el escritor siguió aullando delante del policía cuando otros perros se habían sumado en la noche… El policía quedó fascinado y de pronto, ¡zas!, también aullaba al lado del escritor… Y la noche se volvió un concierto maravilloso de aullidos y Curzio Malaparte fue el hombre más feliz de la tierra porque, además, tenía de aliado a un policía…
PALMERAS: El escritor italiano también publicó otro libro de crónicas… Se llama Kaput y cuenta las historias de los soldados italianos en la Segunda Guerra Mundial y la historia de los pueblos y su gente víctimas de la locura de Adolf Hitler de crear la raza pura asesinando a los judíos en todos los pueblos europeos… Todo, porque Hitler era hijo de un judío donde su señora madre trabajaba como doméstica y lo desconoció… Y leyendo y releyendo Kaput, además del curso intensivo de literatura para contar historias que cuajen en el corazón humano, el lector pasa las mejores horas de su vida… José Vasconcelos decía que lo mejor es leer a los escritores muertos porque con sus libros han trascendido el tiempo y probada está su alta calidad…