Derrumbe en Veracruz
La inseguridad, los feminicidios y los secuestros, además del desempleo y el subempleo, entre otros factores, restan credibilidad a la figura del góber de AMLO como padre y protector de Veracruz en el siglo XXI.
Además, claro, de la megalomanía del secretario General de Gobierno.
Y la frivolidad del secretario strippero, Tarzan Boy, de Educación.
Luis Velázquez
Y la superficialidad de la secretaría de Turismo, con sus ocurrencias sin sentido de “Veracruz se antoja”.
Y los golpes de pecho del secretario de Finanzas y Planeación describiendo la deuda pública cuando ellos mismos siguen endrogándose y de ñapa, anunciando el fin del mundo con el colapso del Instituto de Pensiones y que desde el siglo pasado es tema recurrente, sin consumirse ni consumarse, del dueño del F.E.S.A.P.A.U.V., Enrique Levet Gorozpe, anexos y conexos.
Y el bajo perfil del secretario de Seguridad Pública, teniendo como su jefe de prensa al propio góber.
Y de la obsesiva obsesión del titular de la Junta de Coordinación Política, ansioso de legitimarse y volverse verosímil.
Y del protagonismo del diputado local, expriista, expanista y experredista, morenista sexenal, José Manuel Pozos Castro, para refundir su pasado.
Y el silencio atroz del secretario, mejor dicho, del subsecretario de Infraestructura y Obra Pública, el junior de Poza Rica, quizá haciendo negocitos.
Así, MORENA, la izquierda de AMLO en su segunda patria chica, Veracruz, rayando en el desencanto y la desesperanza social.
Con todo, una realidad avasalla:
Una derrota de MORENA en el año 2021 con la elección de presidentes municipales y diputados locales y federales abriría la puerta al peor priismo y panismo con políticos sedientos de venganza por encima de la vocación social.
Y es que con el paso que caminaron durante los últimos doce meses, el góber de MORENA corre el riesgo de convertirse en el político más odiado de la izquierda en el Golfo de México, con todo y ser y estar glorificado y bendecido por AMLO.
AMLO SERíA CRUCIFICADO
La historia de los pueblos, dice el viejillo del pueblo, se construye y desconstruye y vuelve a erigirse con ilusiones.
Pero luego de tantas expectativas sociales levantadas en el año anterior, tiempo electoral, treinta millones de votos en las urnas, el derrumbe del obradorismo en Veracruz es mitológico.
Incluso, nadie dudaría de que AMLO sería crucificado de norte a sur y de este a oeste de la tierra jarocha por tanto desencanto originado por su dinastía política aquí.
Y si alguna duda existiera valdría la pena que “los orejas” del gobierno de Veracruz (tan denunciados y satanizados por los reporteros jarochos en las redes sociales el 20 de noviembre del año desventurado a punto de terminar) escucharan la voz popular, el clamor general, de las quejas con el desencanto.
Las mujeres en la tarde pastelera, por ejemplo, y en los desayunos amicales y en el gimnasio y en el ejercicio al aire libre, y los hombres en el café y en los bares y cantinas al calor de las copitas, sudando la decepción causada por la elite política de MORENA.
Es más, llegando al pitorreo sobre la figura del góber con adjetivos calificativos peores que aquellos acuñados por él mismo de que soy fifí, salsero, catrinero, el góber más honesto, honesto, honesto, en la historia local, partiendo de una falacia tan repetida en la conferencia mañanera:
Si yo, AMLO, soy político probo, el resto de mi gabinete, incluidos mis gobernadores, también.
Tantito peor, la fuerza telúrica social evidenciando el estilo personal de ejercer el poder y gobernar de los Morenistas en Veracruz es superior en electricidad de los llamados “chairos” y Siervos de la Nación, y que un año después han quedado, digamos, en la inutilidad cibernética, pues fueron útiles un tiempecito y ahora son nostalgia.
“NO HAY MíS RUTA QUE LA NUESTRA”
Está claro: los Morenistas han creado y recreado un mundo rosáceo desde el palacio principal de gobierno de Xalapa. Un mundo para/lelo, donde la regla universal es negar la realidad y ofrecer un escenario alterno donde solo dominan y predominan sus palabras.
Su verdad histórica.
Casi casi como adoptando el lema de David Alfaro Siquerios (intentó asesinar a León Trotsky, asilado por Lázaro Cárdenas) de que “no hay más ruta que la nuestra.
Y sin cordura ni prudencia política, y sin autocrítica, dueños del poder sexenal, encumbrados en el nivel más alto de la vida pública, mientras AMLO les levante la mano y glorifique, el resto de los mortales están en libertad de decir y hacer y deshacer con sus críticas y pitorreos.
Ya lo decía Javier Duarte de que el deporte favorito de las elites y militancia política en Veracruz era la especulación, sea ante un café o una cerveza o un trago de whisky.
Hubo el primer informe. Hubo comparecencia de secretarios del gabinete legal en la LXV Legislatura. Pero igual que en el tiempo panista (tan efímero) y el priista (tan dictatorial por eterno y perpetuo), para la complacencia pura. El mundo color de rosa pincelado por la izquierda. Antes y después de ellos.
En el otro lado del charco, la inseguridad, los feminicidios, los secuestros, el desempleo y el subempleo, restan credibilidad a la figura del góber.
De cara a la historia inmediata y futura, el único descrédito es y será para Cuitláhuac, el profe que teniendo todo se quedaría hasta sin prestigio.