Funcionarios humanizados
•Sensibilizar el corazón
•Tiempo de escuchar...
UNO. Funcionarios humanizados
Hay días que ante tantos secuestros, desapariciones y asesinos, el ciudadano común y sencillo se pregunta, por ejemplo, si el secretario de Seguridad Pública y la Fiscal conocerán la historia de vida de algunas personas víctimas del tsunami de violencia atroz, bárbaro, sombrío,
Luis Velázquez
sórdido y siniestro que se está padeciendo de norte a sur y de este a oeste de Veracruz, sin que, vaya sorpresas, ningún municipio esté libre de la incertidumbre y la zozobra.
Y es que, como premisa universal, si el par de funcionarios del sexenio de MORENA conocieran a profundidad la historia de algunos de los plagiados y desaparecidos y asesinados, quizá, quizá, quizá, otros aires estarían respirándose.
Y se respirarían, porque luego de conocer la historia del día con día y noche con noche de cada una de las víctimas se humanizarían, y por añadidura, pondrían toda la voluntad política y social para vivir con tranquilidad en el infierno que es Veracruz y el paraíso terrenal que fue en el tiempo histórico y legendario.
Además, si tuvieran voluntad para sentarse a dialogar con los familiares de los niños, mujeres, hombres y ancianos que han desaparecido para siempre, parece, y ejecutados, entonces, mucho ganarían en su forma de ser y actuar, y más aún, en su ejercicio personal de ejercer el poder y gobernar.
DOS. Sensibilizar el corazón humano
Sin entrar en polémica, la historia de vida de cada persona victimizada sensibiliza el corazón humano y el funcionario público se vuelven, digamos, solidarios. Y actuando. Y dando hechos y resultados.
Además, conocer la historia de los niños huérfanos y de las mujeres y hombres viudos que ha venido dejando el tsunami de inseguridad desde el año 2011, el primero de Javier Duarte.
Mucho darían, por ejemplo, las ongs integradas con familiares de los desaparecidos para ser escuchados en el relato familiar por el secretario de Seguridad y la Fiscal en sus historias de vida personal, antes y después de la tragedia.
Pero más, mucho más, ganaría el gobierno de Veracruz si de vez en vez se reunieran con los familiares de las víctimas para escuchar un tiempecito lo que cada familiar secuestrado y desaparecido y asesinado significa y significó para cada uno de ellos.
Y de paso, para evitar los dimes y diretes que durante mucho tiempo han compartido los políticos con las O.N.G., en la mayor caso de los casos negando, por ejemplo, tantos asesinatos y tantos feminicidios y tantos infanticidios y tanta matanza.
TRES. Escuchar con mesura
Alguna vez, parece, y solo durante un tiempecito, la presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (presidenta de la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas en el duartazgo, tirando incienso, entre otros, a Arturo Bermúdez Zurita, ex titular de la SPP) ideó reunirse con las madres de algunos Colectivos, y hasta las acompañaba en desayunos y hasta se ponía a bailar con ellas y hasta, de ser necesario, lloraba con ellas.
Ninguna razón hay para que entre las O.N.G. y los padres de las víctimas y las autoridades anden como perritos y gatitos en el mismo costal y como sucediera en el tiempo de Javier Duarte y Miguel íngel Yunes Linares, tiempo, además, cuando desde el gobierno los padres, más, mucho más, las madres, tan activistas, fueron satanizadas.
Más, mucho más, se gana con el diálogo. Y con la mano tendida en vez de la mano empuñada. Y con la prudencia y la mesura para escuchar. Y con el esfuerzo de todos juntos. Y cuando en vez de la discordia, la concordia rige la vida pública.