De Val´Quirico pa´Veracruz
•Excelente centro histórico
•Palos de ciego en MORENA
UNO. De Val´quirico pa´Veracruz
En vez de irse a España con austeridad, ajá, para promover el turismo europeo a Veracruz, la secretaria del ramo bien pudiera, digamos, darse un viajecito a Val´quirico, un completo turístico en Santa ígueda, municipio de Nativitas, estado de Tlaxcala, conurbado con Puebla, donde hay un
Luis Velázquez
emporio creado solo con la imaginación.
Se trata de una vieja hacienda porfirista convertida en un centro recreativo donde el atractivo fundamental son un montón de paredones viejos y rústicos, a punto de desmoronarse en unos casos, polvoreado con un montón de restaurantes y puestos de artesanías.
Y todos los días, más, mucho más los fines de semana y días feriados, es una romería. Los automóviles se amontonan buscando espacio, además de una inmensa, gigantesca cola de coches en la carretera.
El único atractivo, digamos, más que los paredones que en nada se comparan con el castillo de San Juan de Ulúa o el Baluarte de Santiago o con el Tajín o con la belleza exuberante de Los Tuxtlas.
Pero que debido a la publicidad de la nada levantaron Val´quirico y significa una fuente inagotable de ingresos, más allá de ponerse un vaso en la cabeza y con pantalón de mezclilla ponerse a bailar “La bamba” en España para jalar el turismo a Veracruz.
DOS. Más historia en Veracruz
Val´quirico está conurbado con la ciudad de Puebla y para trasladarse hay, aproximadamente, que manejar unos treinta o más minutos.
Y cuando el visitante llega al poblado, la verdad, nada que ver, más que pura fantasía.
El turista da vueltas y vueltas a diestra y siniestra y paredones por todos lados. Y una fila gigantesca para ir al único baño público.
Y un montón de restaurantes, donde, en uno de ellos, la figura de una catrina gigantesca con unas pompis exuberantes y una cara fea, fea, sirve de atractivo para que la mitad del mundo quiera tomarse una selfie a su lado y enviarla a los amigos para la envidia.
Más, mucho más, por ejemplo, tiene de atractivo e interés histórico el viejo castillo de San Juna de Ulúa, donde Antonio López de Santa Anna encarcelara a Benito Juárez y Melchor Ocampo, porque sentía que eran una amenaza para tumbarlo.
Y Ulúa también con “Chucho el roto”, y ni se diga, el tiempo siniestro y sórdido aquel de Porfirio Díaz cuando ordenara tirar desde el castillo al mar los trescientos cadáveres de los obreros masacrados en Río Blanco el 7 de enero de 1907.
TRES. Turismo de la nada
Quizá existan un par de atractivos en Val´quirico. Uno, por ejemplo, que antes de la entrada al llamado complejo turístico hay una tiendita a orilla de carretera bautizada con un nombre fifí y salsero. Se llama “Se vende pendejada y media”.
Y cuando el turista pregunta le dicen que venden, cierto, de todo, desde llantas y bicicletas hasta pulque y mole poblano.
Y el otro, digamos, atractivo, es que en los restaurantes hay parejas, jóvenes y seniles, sentadas a la mesa con un porta-bebé donde en vez de un niño tienen un perro recién nacido al que dan de comer con la mano y hasta platillo le piden, por ejemplo, unas chalupas insípidas que en nada pueden compararse con las picadas y las gordas del legendario barrio jarocho de La Huaca.
El caso es que Val´quirico fue creado de la nada, mejor dicho, de la ficción, y que más, mucho más, “con un poquito de gracia y otras cositas”, bien pudiera la secretaría de Turismo y los presidentes municipales convertir los pueblos históricos de Veracruz en un gran complejo turístico… en vez de andar con sus locuras vejestorias de los Pueblos Mágicos.