Atrás del poder
Los dos son diputados locales y sienten que el tiempo legislativo pronto, en un año, acabará. Pero desde ahora, están pensando, digamos, en un futuro cargo público. Incluso, uno de ellos, cuando terminó su tiempo como presidente de la Mesa Directiva de la LXV Legislatura, soñó con un puesto en el gobierno de Veracruz y anduvo o anda de ofrecido.
Expriista, expanista y experredista, morenista ahora (muchos bandazos ideológicos, pues), José Manuel Pozos Castro quiere ya, de plano, brincar del Palacio Legislativo al Palacio Ejecutivo.
Luis Velázquez
De entrada, tiene a un hijo, “el orgullo de mi nepotismo” como subsecretario de Finanzas y Planeación, siguiendo el modelo del yunista Guillermo Moreno Chazzarini, cuando encumbrara a dos de sus hijos en cargos públicos.
Y al mismo tiempo, sueña, estaría soñando con la candidatura de MORENA a presidente municipal de Tuxpan, su pueblo, donde fue líder electricista y electo diputado federal por el dedazo del PRI se ligó con Raúl Salinas de Gortari, el hermano incómodo que terminara encarcelado por Ernesto Zedillo.
Ofrecido, Pozos Castro “no tiene límite ni medida” para tratar de incrustarse en el reino de Cuitlalandia por más tiempo, cuando menos, de aquí al año 2024 y que para entonces, el dios terrenal decidirá.
Le fue bien en el PRI. Le fue bien en el PAN. Le fue en el PRD. Y ahora, busca que los vientos, así sean huracanados, le favorezcan.
Incluso, de los cincuenta diputados es el más mediático. “A tiro por viaje” se enrola en los titulares, de seguro, porque tendrá buena prensa y mejor cabildero o mejor estrategia.
El caso es figurar en la prensa para rebotar al palacio principal de gobierno en Xalapa. Y esperar.
Le gusta la fama y su afán protagónico reluce por encima de sus homólogos.
TIENE BOLETO EN PRIMERA
El otro diputado es Juan Javier Gómez Cazarín, tan mesiánico que cuando anda en su camioneta se pone a cantar y cantar y se filma y trepa el video a las redes sociales para que sepan de su existencia.
Antes, mucho antes, y durante muchos años, llevaba el itacate y la torta a casa vendiendo automóviles al contado y en abonos.
Un día, se le ocurrió meterse a MORENA en el sur de Veracruz y a los 2, 3 años, fue bendecido con la diputación local.
Y encumbrado como jefe máximo de la LXV Legislatura, la Junta de Coordinación Política bajo su mando para manejar el billete público, ha defendido al góber de AMLO y los suyos, anexos y conexos, “a tiro por viaje”.
Sabe que así se abren hasta las puertas del infierno porque Luzbel también es frívolo y vanidoso.
Mínimo, sueña con la candidatura de MORENA a la presidencia municipal de Coatzacoalcos en el año 2021. Y si bien le va hasta con la diputación federal. Mínimo, un cargo público en el gabinete legal o ampliado de Cuitlalandia, pues lo importante es seguir colgado de la ubre presupuestal.
En la cancha pública se afirma que su posición la debe a su padrino, el profe Zenyazen, secretario de Educación, y bueno, si así fuera, entonces con Zenyazen, picando piedra por la candidatura de MORENA a gobernador en el año 2024 y en donde, todo indica, llevan delantera la secretaria de Energía, Rocío Nahle, y el director general de Aduanas, el ex priista Ricardo Ahued Bardahuil, se habrá sacado la lotería, y sin jugarla.
En política, se derivaría de la historia fulgurante de Gómez Cazarín, basta y sobra con “tirarse al piso” de los triunfadores para sacar boleto en primera.
EN LA MÉDULA DEL PODER
Pozos Castro ya cumplió su tiempo y ahora será uno más de los 50 diputados locales y lejos de las farolas ya se verá si las mantiene prendidas.
Gómez Cazarín todavía sigue en la jugada.
Y las circunstancias son favorables para el par en la comparecencia de los secretarios del gabinete legal del gobierno del estado para escudriñar con microscopio el primer informe de Cuitláhuac.
Será el momento cuando los diputados de oposición, sobre todo los panistas, los más aguerridos y combativos y más sólidos, se lancen con todo en contra de ellos, digamos, con la misma intensidad con que los senadores del PAN se fueron en contra de María Piedra Ibarra como candidata favorita a la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos.
Y más cuando el nuevo presidente del CDE del PAN, el expriista Joaquín Guzmán Avilés, profetizó que el PAN, su partido, se adueñará otra vez de la gubernatura en el año 2024.
Ahí se verá, entonces, si Gómez Cazarín y Pozos Castro tienen la suficiente destreza retórica y parlamentaria para refutar a sus homólogos azules “tirando su espada en prenda” por los Secretarios.
Y como el par está apuntado hacia el futuro, centrados “en la médula del poder” pues “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”, habrán de cargarse de pólvora para enfrentar a la bancada panista.
Más, mucho más, Gómez Cazarín, pues muchos años, unos quince parece, vendiendo automóviles en el sur de Veracruz habría vivido tiempos huracanados para garantizar el itacate a casa.
Y más, porque ninguno de los dos desearía volver a los peores momentos de su vida en el anonimato y en la lista de espera.
Y es que cuando el olor a poder se respira por todos lados y privilegia los días y las noches, el político se vuelve un adicto y dejar la droga está en chino.
Ellos nacieron para triunfar, ¡qué caray!