Libros baratos
•Libros muy caros
•Librerías quebradas
ESCALERAS: Al ritmo marcado por el Fondo de Cultura Económica, F.C.E., de Paco Ignacio Taibo II, de publicar libros de hasta cien pesos o menos, el cierre de más librerías en Veracruz resulta inminente.
Y es que, y por ejemplo, y solo para citar una referencia, en la librería “Mar adentro”, hay libros que valen hasta 600, 700, 800 pesos, mientras en la librería Educal, instalada en el Zócalo jarocho, hay libros ofertados en 50 pesos, por ejemplo, uno del escritor Martín Luis Guzmán, quien fuera secretario particular de Pancho Villa.
Luis Velázquez
PASAMANOS: Ya de por sí, y de acuerdo con la encuesta nacional, cada mexicano lee, promedio, un libro cada año, y en el mejor de los casos, libros de autoayuda y para hacerse millonario en un dos por tres.
Y como el FCE tiene el apostolado de convertir a cada ciudadano en un fervoroso lector de libros, digamos, como en Europa donde leen a toda hora y en todo momento, lanzaron su programa social de edición libros impresos con papel revolución, el más barato, y con pasta sencillita, para ofrecerlos a cien pesos.
CORREDORES: En la librería “Mar adentro”, por ejemplo, hay unos 5 libros de Octavio Paz, su obra completa, y cada librito vale 600 pesos.
Pero también hay un libro de Víctor Hugo, Los miserables, con un costo de 900 pesos.
Incluso, hay libros viejos, olorosos a humedad, que valen 125 pesos, el caso de “Política y movimientos sociales en el Tejedismo” de la académica Olivia Domínguez Pérez.
Además, un libro maltratado, casi deshojado, y rayado por todos lados, a tono, quizá, con la máxima de Gabriel García Márquez de que “libro leído, libro rayado”.
BALCONES: En los últimos diez años unas quince librerías han cerrado en la ciudad de Veracruz.
Simple y llanamente la gente no lee.
Y lo peor, en el sistema educativo de primaria y secundaria y bachillerato, ninguna materia contempla, digamos, la inducción por la lectura y que se trata de un hábito aprendido y aprehendido en la infancia y la adolescencia.
Y es que convertir al país en una república amorosa de lectores por decreto constituye el peor desfase de la realidad.
Más difícil si se considera el precio de los libros, pues un libro de 600 pesos equivale a una quincena de salario para una trabajadora doméstica y a 3 semanas de jornal de un indígena de la sierra de Zongolica.
PASILLOS: El F.C.E. ha tenido un acierto singular con la impresión de libros baratos.
Al mismo tiempo lanzó su apostolado religioso de un país de lectores. Y de entrada, resulta una utopía sin posibilidad en un sexenio.
Es una tarea a largo plazo siempre y cuando, además, exista continuidad en la secretaría de Educación Pública.
Y es que el hábito de la lectura ha de enseñarse y adquirirse desde la infancia, pues de lo contrario, simple y llanamente son “golpes de pecho” de los Siervos de la Nación…
VENTANAS: Por ahora, las pocas, escasas y limitadas librerías que restan en las ciudades urbanas de Veracruz (unas 5 en la ciudad jarocha) necesitarán reinventarse e incorporar en su oferta libros baratos, pues de lo contrario, si el F.C.E. actualiza su estrategia mercadotecnia para tener una mejor distribución, en automático desplazará a todas ellas.
Hay libros, por ejemplo, en Educal que llegan a la librería local, si llegan, 5, 6 meses después. Todo, porque la cultura sigue centralizada en la Ciudad de México y la provincia les vale.