Policías, con amistades peligrosas
•Si la SSP está obligada según la ley a garantizar la seguridad en la vida, ¿cómo, de qué manera explicar tantos policías detenidos por los marinos por ligas con los carteles de la droga?
•Lista de los elementos policiacos detenidos por los marinos bajo sospecha de relaciones con los carteles de la droga
Si es como cierto de que de acuerdo con la ley, la Secretaría de Seguridad Pública garantiza la seguridad en la vida en las calles, pueblos y carreteras, entonces, una parte, digamos, de las corporaciones policiacas están mal.
Y si el mal está adentro, los 8 millones de habitantes de Veracruz estamos a la deriva, con la vida prendida con alfileres.
Por ejemplo.
Los siete policías detenidos por marinos en el palacio municipal de Tuxpan cuando Alberto Silva Ramos era alcalde, acusados del asesinato de un marino cuyo cadáver apareció flotando en el río Tuxpan.
Los 15 policías levantados por marinos en Peñuela, a un ladito de Córdoba, acusados del secuestro y desaparición de un profesor del SNTE, cuyos familiares y amigos se amotinaron en el palacio del entonces presidente municipal, Francisco Portilla Bonilla, al que sitiaron.
Los 17 policías levantados por marinos en Cosamaloapan, Homero Arróniz alcalde, acusados de ligas con los carteles. Incluso, 3 de los 17 policías fueron sacados de la residencia del presidente municipal, donde estaban asignados para garantizar la seguridad de la familia.
Los policías levantados en Tierra Blanca, y hasta el comandante, Tito Delfín alcalde, señalados de amistades peligrosas con los malandros.
Los policías, con su comandante, levantados en Tres Valles, acusados de sus relaciones amicales con los carteles.
Los policías estatales y municipales que llevan el primer lugar en atropellos a los derechos humanos en la estadística de la Comisión Estatal de Derechos Humanos.
Los policías estatales y municipales involucrados con los malosos para vejar los derechos humanos de los migrantes de América Central (Nicaragua, Honduras, Salvador y Guatemala) camino a Estados Unidos, en su paso por Veracruz.
El miedo pavoroso que el ciudadano tiene a la policía, más, mucho más que a un ladrón, porque el ladrón roba y huye y el policía esquilma, atropella, madrea y acusa de ofensas a la autoridad.
De acuerdo con el informe oficial del zar antidrogas, seis de cada 10 policías estatales de norte a sur de la tierra jarocha reprobaron el examen de calidad.
El alarde de la secretaría de Seguridad de que tienen policías hasta con maestrías y doctorados, como si tal significara una garantía a prueba de bomba de que con el título universitario son íntegros y honestos.
El informe de Latinobarómetro de que los policías se ubican en el sótano de la confianza ciudadana.
La fama pública de que con todo el sistema técnico de investigación, la policía continúa llegando tarde al lugar de la tragedia humana, y luego, con el niño ahogado, sólo pasean y pasean en la colonia, en el fraccionamiento, en el centro de la ciudad, cuando el daño ya está hecho.
La fama pública de que una parte de la policía está metida hasta el tuétano con los malosos, como por ejemplo, el asesinato del ex presidente municipal de Soledad de Doblado, el panista Enrique Marín, donde unos policías y agentes de tránsito sirvieron de carnada y espionaje.
Los policías merodeando en la ciudad y en la colonia trepados en la patrulla, con unos lentes negros, negros, negros, escondiendo la mirada, con un siniestro bigotito negro estilo Augusto Pinochet, con el uniforme y el tolete y el garrote… sembrando el miedo y el terror en vez de la confianza y la credibilidad en el ciudadano.
Los atropellos de los policías a fotógrafos de la prensa escrita en las ciudades de Coatzacoalcos, Veracruz, Xalapa, Córdoba y Martínez de la Torre, a uno de los cuales, Félix Márquez, corresponsal de Cuartoscuro, el mismito secretario de Seguridad Pública amenazó con la cárcel por haber tomado gráficas a las Autodefensas del poblado “El inglés”, en Tlalixcoyan, en los Llanos de Sotavento.
La orden a los policías estatales de tomar fotografía a las personas asistentes a las marchas de protesta en contra del gobierno de Veracruz y que incluso han llegado al grado de tomar fotos a los ciudadanos y políticos que asisten a los eventos de Héctor Yunes Landa, camino a la candidatura priista a gobernador en el año 2016, y a quienes, dice el senador, él mismo ha encarado y arrebatado los teléfonos celulares para que sus asistentes borren los archivos.
Por eso, si la SSP es la responsable de garantizar la vida en los calles y poblados de Veracruz, los ciudadanos estamos perdidos de antemano. (lvr)