Funcionarios levitando
•Feligreses de capillas
•Cisneros y Zenyazen
UNO. Políticos levitando
El colmo de la egolatría, el súper ego, la frivolidad, la vanidad total y absoluta, políticos que levitan y gravitan en el espacio cósmico y terrenal de Veracruz puede ubicarse en los secretarios General de Gobierno y de Educación.
Luis Velázquez
Los dos, “en la plenitud del pinche poder” en las comparecencias en el Palacio Legislativo escuchando enfrente y a los lados el grito de “¡Gobernador, gobernador!”.
Primero, cuando faltan unos quince meses, aprox., para el presunto destape y que, claro, incluye el súper dedazo presidencial, y/o del candidato de MORENA a la presidencia de la república.
DOS. Fans y feligreses
Segundo, cuando ambas partes se engolosinan con los gritos estertóreos de su gente, sus fans, digamos, los feligreses de sus capillas, sin duda y como premisa universal, gente subvencionada ex profeso.
Tercero, porque los gritos desafinados de “¡Gobernador, gobernador!”, únicamente los satisfacen a ellos y ningún hecho concreto y específico se deriva para el bienestar social.
Cuarto, porque en el duelo entre las partes lleva bastante tiempo en la cancha pública y todo indica, sin ningún final a corto y largo plazo hasta que de plano el Dedazo Presidencial se consuma.
TRES. Constitución modificada exprofeso
Los gritos de “¡Gobernador, gobernador!” también han sido lanzados al delegado federal, Manuel Huerta, y a la secretaraa de Energía, SE, la zacatecana Rocío Norma Nahle García.
Más, en el caso de Nahle, luego de que la Constitución Política de Veracruz fue modificada ex profeso para ungirla candidata de MORENA a la jefatura del Poder Estatal y que antes tipificaba como requisito inevitable haber nacido en Veracruz y/o ser hijos de padres nacidos en Veracruz.
CUATRO. Dioses sexenales
El cántico de “¡Gobernador, gobernador!” endulza los oídos, los corazones, las neuronas, el hígado y hasta el sexo del par de secretarios del gabinete legal y del delegado y de la titular de la SE.
Y al mismo tiempo expresa la llamada democracia partidista dado que falta mucho, demasiado tiempo, y muchas cositas pueden ocurrir en el camino, entre ellos, la muerte inevitable.
Pero, bueno, el emperador Calígula lo decía de la siguiente forma contundente, bíblica, lacónica y maciza:
“Hay días cuando me siento Dios”.
CINCO. La silla de montar caballos briosos
Eufemio Zapata, el hermano menor de Emiliano, el Caudillo del Sur, entró al Palacio Nacional acompañando a su carnal y a Pancho Villa y lo primero que hizo fue buscar la silla presidencial.
La buscaba creyendo que era una silla de montar caballos briosos.
Emiliano Zapata le preguntó qué buscaba con tanto afán cuando estaban en la oficina presidencial.
--Esta es la silla presidencial, le dijo.
--Yo pensaba que era una silla de montar caballos porque a todos enloquece.
En el caso del terceto de Veracruz camino a la gubernatura la silla los hace levitar, descarrilados y derruidos por la vanidad y el súper ego.
SEIS. Caray, hasta se la creen…
El súper ego del cuarteto se interpreta como una soberana vacilada.
En todo caso, el grado más elevado, profundo y arraigado de la frívola vanidad.
En el siglo pasado, Heberto Castillo lo expresaba de la siguiente manera describiendo a Porfirio Muñoz Ledo:
“Si va una boda quiere ser el novio. Si a un bautizo, el niño. Si a un velorio, el muerto”.
¡Vanidad de vanidades, pues!
Más que el ego, el súper ego.
La última manifestación fue con Zenyazen Escobar cuando en el Palacio Legislativo los profesores “acarreados” y a quienes regalaron tortas y refrescos le gritonearon a su paso: “¡Gobernador, gobernador!”
Y Zenyazen se la creyó…