Carpetazo en Fiscalía a violación sexual
Carlos Hernández/Foto: Yerania Rolón
Un año y siete meses han pasado desde que Amairany denunció ante la fiscalía la violación sexual que la que fue víctima, a pesar que entregó pruebas contundentes del acto, no hay avance en las diligencias, la Fiscalía General de Veracruz ha sido omisa, el agresor continúa libre asechando a otras mujeres.
Los hechos ocurrieron en abril de 2019, cuando Amairany, originaria de Acayucan, convivió con su “amigo” Habimael T. M. y este abusó de ella cuando él era estudiante de la facultad de Derecho de la Universidad Veracruzana. Los hechos constan en la carpeta de investigación UIPJ-1/DXI/FES2/814/2019 radicada en la Fiscalía Coordinadora Especializada en Investigación de Delitos de Violencia Contra la Familia, Mujeres, Niñas y Niños y de Trata de Personas a cargo de la fiscal María Etelvina Santiago Hernández.
En entrevista, Amairany precisó que por protocolo fue enviada a realizar un estudio psicológico con personal de la Fiscalía, sin embargo, tras varios meses que acudió a las oficinas a preguntar sobre la entrega de los resultados estos no fueron integrados a la carpeta de investigación. Lamentó que al momento de la denuncia presentó pruebas contundentes del ilícito y a más de un año y siete meses el agresor continúa libre.
Recordó que después del delito, su agresor continuó acosándola “pidiendo disculpas”, incluso -expresó la agraviada- vía WhatsApp éste le dijo que lo que sucedió “ni siquiera había sido violación”. “Éramos amigos, casi hermanos, me tomó fotografías, me desnudó (...) es injusto que él siga con su vida como si nada”, reprochó. Indicó que al momento de la violación ella se encontraba inconsciente, sin embargo, expuso que fue a través de cámaras espías que se percató que fue ultrajada.
Explicó que las cámaras las colocó debido a que “desaparecía” su ropa, principalmente la íntima. Dijo que el mismo día que se enteró que fue violada reclamó a Habimael los hechos y solo le respondió negando los hechos, a pesar que en la grabación se observa cuándo le quita la ropa, toma fotografías y ultraja. Precisó que el video fue extraído por un perito de Servicios Periciales para integrarlo a la carpeta de investigación, sin embargo, las fotografías las envío por correo electrónico, pero jamás recibió el acuse de las mismas. Agregó que una trabajadora social solicitó fotografías de su vivienda, mismas que envió a la “licenciada Aleida”, pero que ella tampoco integró las fotografías a la investigación excusando “estar ocupada”.
En octubre de 2019, dijo, su agresor continuó acosándola por medio de llamadas telefónicas y mensajes de texto, por lo que optó por bloquearlo de sus redes sociales y evitar cualquier tipo de contacto con él. Amairany exige justicia y que reanuden las investigaciones, puesto que entregó pruebas fehacientes a la fiscalía para construir un caso sólido de violación y el responsable sea detenido para que responda por el delito, además que con ello se evita a que continúe asechando a otras mujeres.