Los dueños de la pelota
•Se reparten el poder
•Elites ricas, pueblo jodido
ESCALERAS: Hay en Veracruz 8 millones de habitantes, de los cuales 6 millones están en la miseria y el hambre.
Y en contraparte, hay unas cuantas tribus políticas, elites, cúpulas, que cada periodo electoral se reparten el poder y convierten en dueñas del destino común durante 6 años (gobernador y gabinete legal y ampliado), 4 años (alcaldes, síndicos y regidores) y 3 años (diputados locales y federales).
Luis Velázquez
Ellos son los poderosos. Los grupos de presión. Los propietarios de los recursos públicos y negocios lícitos e ilícitos. Los mandamases.
PASAMANOS: Ahora, la elite de MORENA ostenta el poder. En lo más alto del pináculo, el grupo del gobernador, entre otros, las Dorheny y las Ailett, los Zenyazen, los Iván Luna, los Cisneros, los Eleazares, primazazo del alma.
Luego enseguida, la tribu del secretario General de Gobierno, el más ambicioso coleccionista de cargos públicos, entre otros que controla y regula, el Tribunal Superior de Justicia, el ORFIS, el DIF, el IVAI, la Fiscalía General, la delegación federal de la Fiscalía General de la República, la Contraloría, varios diputados locales y pronto, la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas.
CORREDORES: Además de pertenecer al grupo del góber, el profe Zenyazen tiene el suyo. El gabinete legal y ampliado de la secretaría de Educación. Parte de los diputados locales de MORENA, donde también maneja la oficina de prensa. Una posición singular en la LXV Legislatura con su esposa.
Una elite pequeña, quizá, el secretario de Seguridad Pública. Pero con un poder inmenso. Controla, por ejemplo, las más de veinte mil policías estatales, las delegaciones de Tránsito, los penales, las comandancias policiacas y la Fuerza Civil.
El resto del gabinete gravita alrededor del góber y los titulares de la SEGOB, SEV y SSP.
BALCONES: En la LXV Legislatura hay otras cúpulas, entre otras, las siguientes:
Las elites de MORENA, sobre todo. El más cabezón, Juan Javier Gómez Cazarín. Desde la JUCOPO, Junta de Coordinación Política, maneja el billete. Y quien en política opera la lana se vuelve todopoderoso, pues tiene espacio de sobra para negociar lealtades, lealtades ciegas, claro.
El adagio popular es infalible. “Con dinero baila el perro”, reza para refrendar lealtades perrunas.
PASILLOS: Otras cúpulas del poder están jefaturadas por presidentes municipales. Por ejemplo, los más influyentes, los de Veracruz y Córdoba (PAN), y Coatzacoalcos, Xalapa y Poza Rica (MORENA).
De ahí en adelante hay unos caciques, “señores de horca y cuchillo” operando parcelas del poder político, económico y social.
Los caciques de Pánuco (Ricardo García Guzmán), Tantoyuca (Joaquín Guzmán Avilés, presidente del CDE del PAN), Papantla (Basilio Picazo), Zongolica (Mario Zepahua Valencia y Tomás Landero), y Acayucan (las hermanas Vázquez Saut).
Ellos, entre otros, también son élites. Jefes de jefes. Los privilegiados de la fortuna.
El primer paso lo dieron desde hace varias décadas cuando se apropiaron del poder político y que luego derivara a otras latitudes, la más importantes, el poder económico.
VENTANAS: En total, las tribus políticas anteriores significarán un aproximado de unas dos mil gentes y ellos son los únicos jugando la pelota sexenal, sin invitar a extraños ni arribistas, pues el poder, dice el viejito del rancho, nunca se comparte.
Lo comparten con los familiares, los amigos, los socios, aliados y cómplices en los negocios lícitos e ilícitos.
Por eso, basta y sobra con que un amigo llegue al poder para que la puerta se abra para los cuates, con todo y que amigo encumbrado amigo que se pierde.