Carlitos, la terrible historia del niño desaparecido, bloqueado por su madre en Facebook
•Menor de 12 años se suma a los rostros de las hombres y mujeres desaparecidos en Coatzacoalcos en medio de una ola de violencia de los cárteles y del gobierno
•El niño fue abandonado por su madre y vivía con sus abuelos en Las Barrancas; estaba ilusionado en que su mamá se lo llevaría a vivir con él
•El pasado 15 de febrero desapareció en el poblado de Las Barrancas, en Cosoleacaque; ya se han dado diligencias para buscarlo en posible fosa clandestina
Ignacio Carvajal
Carlitos es un niño de 12 años que vivía en el poblado de Las Barrancas (Cosoleacaque), cuando tenía apenas 4 años, su mamá lo abandonó para irse a trabajar a Coatzacoalcos.
Ahí, con otras chicas, ofrecía sus servicios de compañía y era habitual verla drogándose o bebiendo en la vía pública.
En una humilde casa en Las Barrancas, el pequeño estaba creciendo al cuidado de su abuela y tías, hasta que el pasado 15 de febrero, desapareció de manera inexplicable.
La familia piensa que Carlitos tal vez se marchó a buscar a su madre , Karen García González. El chico estaba ilusionado en que llegara el día en que viviría de nuevo con su mamá y su hermano mayor. Los dos niños resultaron abandonados por Karen en casa de su abuela materna.
A sus 12 años Carlitos ya sabía manejar el teléfono y redes sociales.
Se hizo un perfil de Facebook donde comenzó a buscar a su mamá y cuando la encontró, cuentan los familiares del pequeño, la mujer entabló una breve comunicación con él, pero ante la insistencia del chico, la madre lo eliminó de sus amigos y lo bloqueó. Desde entonces, salió de su vida y estaba no localizable.
Durante varios días el pequeño estuvo muy triste esperando que mamá apareciera por la puerta con algún pastel o regalo.
Habitualmente, la joven Karen García González iba al pueblo de Barrancas para llevar dinero o regalos a sus pequeños, pero de un tiempo a la fecha, las visitas ya eran menos, incluso, ya no se paraba por el lugar y Carlitos la extrañaba profundamente.
Las tías y la abuela de Carlitos están sumidas en la depresión desde el pasado 15 de febrero. Han transcurrido ocho meses desde el día que desapareció, en el contexto de una fiesta de la iglesia. Siempre temen que haya tenido un destino trágico.
Desde que Karen abandonó a Carlitos con su abuela, se desentendió de la educación y formación del pequeño para dedicarse de lleno al oficio más antiguo del mundo y a la drogadicción.
Pero quienes la conocieron, cuentan que Karen García cargaba una profunda vergí¼enza tras haber sido ultrajada cuando apenas tenía 9 años, y a los 12, decidió abandonar el hogar para establecerse en Coatzacoalcos y comenzar a salir adelante por su cuenta , enrolada (por adultos )en los duros y aciagos caminos de la venta del placer carnal.
A favor de ella, cuentan, saben que tomó decisiones duras y alejó a su familia para escapar de ese pasado tormentoso, sin darse cuenta que lastimaba a sus seres amados, especialmente a sus hijos.
En Coatzacoalcos vivía al día, entre drogas y alcohol, pasando la noche bajo puentes, en las escolleras del malecón, en las bancas del paseo ribereño o en edificios abandonados. Es ahí donde contrajo el virus mortal.
FISCALíA LOS IGNORA
Cuando desaparece el pequeño, la familia indígena es ignorada por el personal de la Fiscalía General del Estado que trabajan en la sub unidad de Cosoleacaque.
Pese a que insistían en que se lanzara la alerta ímber para encontrar pronto al pequeño, los fiscales resultaron indolentes.
Fue gracias a que se acercaron al Colectivo de Madres en Búsqueda de Coatzacoalcos, que se logra lanzar la alerta de búsqueda para menores de edad.... dos días después de la desaparición.
Al paso de los días, a la familia llegó el dato de que un hombre en Cosoleacaque, borracho, alardeaba de haber asesinado a un niño.
Es por eso que se asienta en la denuncia por su desaparición y se comienza a investigar a sujeto. Hay testigos declarados en la carpeta quienes afirman haber escuchado a ese hombre mencionar que el cadáver del niño fue lanzado a una fosa clandestina.
A principios del mes, con el apoyo del Colectivo de Madres en Búsqueda de Coatzacoalcos, la Fiscalía General del estado encabezó una búsqueda de la posible fosa del nene en un predio en Las Barrancas, en el cual había vivido la familia del sujeto señalado.
Armadas de varillas y personal especializado, se peinó una zona del predio en busca de algún indicio. En el pueblo se corrió el chisme de que había sido localizado el esqueleto del niño, pero es falso, en esa diligencia no hubo resultados. La familia está contenta de que haya la esperanza de encontrarlo con vida pero las diligencias de la búsqueda en muerte avanzan de manera paralela.
Tratando de obtener una muestra de ADN, dentro de las acciones de búsqueda de Carlitos, un familiar de la madre la localizó en Coatzacoalcos en meses pasados.
-Nos tienes que ayudar a buscar a tu hijo, debes darnos una muestra de sangre para obtener su ADN.
-No, yo no haré eso, no los voy ayudar -contestó la madre.
Pese a la insistencia de la familia, una y otra vez Karen García González se negó a colaborar.
Lo que seguía era mandarle citatorios incluso llevarla con la ayuda de la Policía Ministerial y un juez para que compareciera y diera la muestra, pero a mediados de septiembre pasado las tutoras de Carlitos recibieron una llamada:
-Soy Karen, estoy muy mal en el hospital, necesito donadores de sangre.
Solo así la mujer aceptó entregar la muestra de sangre, sin embargo el personal de la Fiscalía dilató mucho tiempo y ella murió a los 33 años el 15 de septiembre pasado, a las 6 de la tarde, en el hospital Gómez Farias. Estaba enferma de VIH y era sospechosa de COVID-19. Estando internada, la mató una insuficiencia respiratoria en menos de 30 minutos.
Comenzaba otro calvario para la familia tratando de tener una muestra de ADN. El personal de Héctor Ronzón, director de Servicios Periciales, cometía pifia tras pifia en el caso. Resultaba increíble que teniendo el cadáver a la mano, perdieron la oportunidad de sacarle la muestra pues en lo que se demoraron para ir de nuevo a obtenerla, fue entregado a una amistad de la finada, quien lo llevó a una funeraria, y de nuevo se le perdió la pista.
Esa persona no contaba con dinero para sepultarla y pidió cooperación entre trabajadores y trabajadoras del sexo que habían conocido a Karen García en el malecón del río y es así como la familia y el colectivo de búsqueda se enteran del paradero del cadáver.
Antes de ser enterrada, Periciales tomó la muestra de ADN de un hueso de la mamá de Carlitos para establecer su mapa genético con la lejana esperanza de encontrarlo en alguna fosa clandestina; esto es lo último que quiere la familia, pues desean de corazón que el pequeño esté con vida, extraviado en las calles de Coatzacoalcos, tal vez cuando tomó la decisión de buscar a su mamá.
Se suman los meses y el personal de Verónica Hernández Giadans no ha encontrado pistas claras sobre el destino final de este niño, tampoco se sabe si investigan al sujeto que presuntamente alardea de haberle dado muerte a un menor y quien desde hace varios meses se marchó del pueblo con todo y familia.
Rosmar 25 Oct, 2020 - 18:19
Entonces para que estan las áutoridades, los derechos del niño que investiguen al sujeto porque cambio de domicilio, hagan su trabajo
25 Oct, 2020 - 17:39
Oi comentarios de que lo vieron irse del poblado con unos indocumentados ya que ese tramo es ruta de los que van en busca del sueño amerocano
Sarah 25 Oct, 2020 - 12:42
Ver la cara de este pequeño me quita la paz. Me da rabia e impotencia saber que el ser que le dio la vida, lo dejo a su suerte.
Dios ilumine su camino para que regrese a casa.
Dios lo ayude . a que este bien el nino. Es algo similar ami 25 Oct, 2020 - 02:09
Alguien de porai lo deveria buscar bien casa por casa y bien buscados con muchos buscadores mientras otros adentro otros al rededor otros por donde se pueda.
Estela 24 Oct, 2020 - 16:51
Si algo me parte el alma, es el sufrimiento de los pequeños, y mas ocasionado por quien se supone los debe de amar y proteger hasta la muerte.
Dios quiera y aparezca con vida Carlitos.
Su madre pago con creces su abandono.