“Pan y circo”
•Migrantes, el tema
•El chorizo puro
ESCALERAS: El actor Diego Luna ha puesto en el tendedero público el tema de los migrantes. El documental, “Pan y circo” en el nuevo capítulo lo expone. Pero en su mayor parte habla de los ilegales de América Central en vez de los migrantes nacionales. Mira hacia el continente, en vez del país.
Luis Velázquez
Unos 6, 7 expertos participan. “Pan y circo”, porque por un lado, comen y toman vino, y por el otro, teorizan como los amigos en el café donde suelen pasar varias horas, el café enfriándose, componiendo el mundo.
Mucho se duda de la trascendencia social en las políticas públicas.
PASAMANOS: Los expertos tienden hipótesis universales.
Que todos los pueblos del mundo (unos doscientos) fueron fundados por migrantes. Que los migrantes siempre buscan la tierra prometida. Una, por falta de oportunidades en sus lugares de origen. Y dos, por la violencia, más que doméstica, la delincuencia organizada y común.
Que las caravanas de centroamericanos caminan exponiendo la vida tanto por los carteles y polleros como por las policías. La Guardia Nacional, dijeron, utilizada en el obradorismo para regresar a sus pueblos a los migrantes de América Central (Honduras, Guatemala y Salvador) porque así lo exigió Donald Trump, y aquí, en el país, tan obedientes que somos.
CORREDORES: Que las mujeres migrantes son detenidas, secuestradas, desaparecidas, ultrajadas, prostituidas por los malosos. Que hay secuestros masivos de migrantes, hasta de cien personas, a cargo de los malandros para cobrar cuota millonaria a las familias.
Que los malosos están aliados con los policías municipales, estatales y federales para abusar de los migrantes.
Que en la campaña presidencial, López Obrador garantizó visas para los migrantes y trabajo en México y aun cuando en los primeros meses se aplicó luego con Trump reviró.
Y que en el sur del país la policía de todos los niveles comete con los migrantes de América Central con los mismos atropellos a los derechos humanos que los policías de Estados Unidos a los migrantes paisanos.
BALCONES: Que en los dos últimos años, unas dos mil 500 familias han sido separadas en EU de sus hijos. Y los hijos, quedados a la deriva. Y en el mejor de los casos, concentrados en una iglesia.
Es decir, asuntos conocidos por todos y cacareadas desde hace muchísimo tiempo sexenal y que por desventura, de nada ha servido, porque las cosas siguen igual o peor.
PASILLOS: La mayor parte del documental fue centrado en los ilegales del continente. Poco, de manera excepcional, de los migrantes de México, donde la errática política económica y social, más que la guerra y la violencia de los carteles y cartelitos, ha llevado a la migración.
De acuerdo con estudios de la Universidad Veracruzana, un millón de paisanos en el otro lado, además de los miles de paisanos en los campos agrícolas del Valle de San Quintín, en la frontera norte, y en Canadá, España y Europa.
VENTANAS: Se entienden los buenos deseos de Diego Luna con el documental. Pero por más que en la mesa esté invitando a varios secretarios del gabinete legal del obradorismo, de nada servirá, pues ni modo los programas oficiales sean modificados.
En todo caso, sirve para que cada político se luzca con su bla bla bla, parte de un palabrerío insustancial.
Un manual de buenas intenciones. Desde Porfirio Díaz Mori, hace más de ciento treinta años, empezó la migración de México a EU y todavía sigue. Ahora, en el peor de los tiempos, con Trump en la Casa Blanca y una pandemia acelerando el desempleo y el subempleo.