"El pez por su boca muere"
El secretario de Desarrollo Económico, el empresario Enrique Nachón, ha puesto en moda una nueva política.
Se llama "Mejor que nada".
Consiste en otorgar créditos de diez mil pesos a los pequeños empresarios, ajá, en el tiempo del coronavirus.
Y como por ahí hubo protestas, entonces reviró con frase célebre, memorable, imborrable y citable:
"Diez mil pesos son mejor que nada".
Luis Velázquez
"El mejor que nada".
A tono, claro, con los grandes Estadistas en Veracruz en el tiempo de la 4T, la purificación moral y la honestidad valiente.
El estilo personal de ejercer el poder a través de frases bíblicas para delatar la experiencia política, social y económica, y, claro, manifestar la filosofía existencial de cada quien.
Además, la experiencia de cada uno para sacar a Veracruz del barranco y el hoyanco en que está sumido y en donde 6 de los 8 millones de habitantes están declarados en la miseria, la pobreza y la jodidez.
El titular de la SEDECO, entrando, pues, en las grandes ligas de los pensadores, estrategas y políticos universales.
Por ejemplo, compitiendo con sus colegas en el gabinete legal y ampliado de MORENA en el palacio de gobierno de Xalapa.
Entre otros, los siguientes:
"Veracruz se antoja". La secretaria de Turismo.
La política del machete y la moruna. El góber.
"Aquí mando yo". La Fiscal General.
Soy stripper y qué. El secretario de Educación.
La pistola al cincho. El secretario de Seguridad Pública.
"A los reporteros ningún chile embona". El secretario de Salud.
Soy honesto. El secretario General de Gobierno.
Los taxistas, halcones. El góber precioso, fifí, sabadaba, salsero y machetero.
Yo no compro camionetas de lujo. El secretario de Desarrollo Social.
No soy "el orgullo de mi nepotismo". El subsecretario de Finanzas y Planeación, el primazo de lujo, Eleazar Guerrero, funcionario con Javier Duarte y Fidel Herrera Beltrán.
No vendo lotes en Medellín. El diputado local de MORENA, ex priista y ex panista, José Manuel Pozos Castro.
Mister Jeringa. El diputado local, Juan Javier Gómez Cazarín, titular de la JUCOPO.
"Me siento solo". El presidente del CDE del PRI, Marlon Ramírez.
El PAN es de la militancia, no de Yunes Linares. Joaquín Guzmán Avilés, presidente.
Yo admiro a Cuitláhuac García. El presidente municipal de Catemaco.
Yo no maquillo cifras... de muertos. La Fiscal General, Verónica Hernández.
AMARRASE LA LENGUA
Las frases célebres anteriores expresan la más alta filosofía política y social de la 4T en Veracruz.
La experiencia y la madurez que cada uno ha alcanzado en la vida, derivada del fogueo en el campo de batalla, lidiando con los adversarios y enemigos.
Un sicólogo diría que hasta allí les llegan las neuronas, pero también el hígado.
Son frases, digamos, a la altura del general Mc Arthur, aquel de "Volveré".
En los últimos veintidós meses, la única gran obra pública son las frases debido a las que han trascendido en la historia local ganándose un espacio en la galería de los inmortales.
Y si por "mi raza hablará mi espíritu" (José Vasconcelos Calderón), también "el pez por su boca muere", y ellos, como el pececito de la parábola.
De seguro nunca han leído, ni por casualidad, tampoco en el tiempo de tormentas y huracanas desenvainados, el Eclesiastés en la parte aquella de que el ser humano "ha de amarrarse la lengua" y hasta ponerse un bozal como deseaba la bancada de MORENA en la LXV Legislatura.
Incluso, la caricatura de Pinocho diciendo a los niños del mundo que antes de hablar respiren y cuenten hasta diez.
A punto de cumplirse los dos primeros años como jefes máximos de la política en Veracruz, ninguna obra pública trascendente de ellos se conoce, más que sus frases.
Frases, por cierto, y en la mayoría de los casos, frívolas, vanales, insulsas, fifís, sabadabas y salseras.
Casi casi como aquella de Carlos Salinas de "No se hagan bolas".
De Ernesto Zedillo, "no traigo cash" que dijera a una señora pidiendo limosna en la calle.
Vicente Fox: "Y yo por qué?" cuando un trabajador le pidió resolver una huelga.
O la otra foxiana de "Comes y te vas".
Felipe Calderón, autodeclarándose "El hijo desobediente".
Enrique Peña Nieto: "No te preocupes, Rosario".
En el siglo pasado, un escritor, Efraín Huerta, escribió 2, 3 tomos intitulados "México a través de sus siglas".
Un académico de la facultad de Literatura y hasta de Sicología de la Universidad Veracruzana bien pudieran escribir un libro titulado "Veracruz a través de sus lenguas políticas", o en todo caso, convocando la frase recurrente de "Por su lengua... los conoceréis".
SU MAJESTAD, LA LENGUA DE ORO
Con todo, los morenistas han acuñado frases memorables para "salir del paso en cualquier ocasión emergente".
Incluso, y como por delante quedan 4 años y dos meses y cacho, entonces, algún estudioso, sicólogo o sociólogo, podría documentar el archivo de los días y las noches de frases célebres que le darían para un libro, aunque fuera libro virtual a tono con el desastre epidemiológico.
Es más, si la academia sueca otorga el Premio Nobel de Literatura, y la de Hollywood el Oscar, alguna ONG de Veracruz podría crear el premio anual de "La lengua de oro" para reconocer la chispa, el fósforo bitacal y la bilirrubina de algún secretario del gabinete legal y ampliado del gobierno del estado con su frase memorable y citable.
Hay y existirá mucha tela de dónde cortar, pues como la lengua no tiene huesos, entonces, resbala como "en la casa del jabonero".
Más cuando los políticos, como los seres humanos, se dejan gobernar por el hígado en vez de las neuronas, por el corazón en vez de la frialdad cerebral, y hasta por el sexo, en vez de la prudencia, la mesura y la cordura.