Bandera obradorista
El combate contra la corrupción política es la bandera obradorista. En los días que corren, por ejemplo, por enésima ocasión López Obrador se ocupa del avión presidencial para seguir cacareando el lujo en el Peñismo.
Pero en Veracruz, todo indica, la 4T, la purificación moral y la honestidad valiente se caracterizan por una lucha, digamos, discursiva y mediática, frágil, débil, insípida, incolora, inodora, contra los políticos pillos y corruptos.
Luis Velázquez
1) Cierto, en el primer año del sexenio del góber bendecido, los funcionarios guinda y marrón interpusieron montón de denuncias penales en contra de yunistas, duartistas y fidelistas, y veinte meses después, solo una ha prosperado con un político de SEFIPLAN preso en el penal de Pacho Viejo. El resto, en el limbo. Demasiadas, excesivas chachalacas, mucho ruido y pocas nueces.
2) De entonces a la fecha, el camino empedrado para la purificación moral. Por ejemplo, el nepotismo, tráfico de influencias y conflicto de intereses. Desde el góber para abajo, imponiendo a los suyos (parientes, amigos, aliados, conexos y anexos) en cargos públicos. En primer lugar, Cuitláhuac García. En segundo, su primo, Eleazar Guerrero. En tercero, el doctor Roberto Ramos Alor en la secretaría de Salud. Y en cuarto, el profe Zenyazen Escobar en la secretaría de Salud. Todavía ahora, el góber precioso imponiendo a la jefa jurídica de la secretaría de Seguridad Pública, Ailett García Cayetano, hermana de la diputada federal por dedazo, Dorheny García Cayetano, como magistrada del Tribunal Superior de Justicia luego de su fracaso soñando con la Fiscalía Anticorrupción. El cinismo autoritario en su más alto decibel. El Veracruz “de un solo hombre”. “Aquí mando yo” diría la Fiscal General cuando tomara posesión.
3) El dedazo como método infalible para otorgar obra pública. El primer caso, la compra de las patrullas de Seguridad Pública. El segundo caso, la compra de medicinas al negocio del delegado federal en Jalisco, y quien fue cesado por López Obrador, mientras aquí, en Veracruz, “dejaron hacer y dejaron pasar” al secretario de Salud, quizá porque fue muy obediente cumpliendo órdenes superiores.
CABECEADAS DEL GÓBER FIFí
4) El dedazo para la compra de las ambulancias. El visto bueno para que la Fiscal General se comprara dos camionetas, ambas blindadas, además de las camionetas escoltas, temerosa quizá de un susto.
5) La denuncia sistemática de las compañías constructoras documentando que el gobierno de Veracruz favorece a empresas foráneas, sin ninguna duda, primero, porque así lo dispuso
Cuitláhuac García, y segundo, porque acaso habría recibido órdenes superiores. El resultado, montón de constructoras quebradas, cerradas, con el despido de cientos de trabajadores.
6) Las denuncias del tráfico de influencias para otorgar obra pública en la secretaría de Educación y lo que significó el despido de un funcionario del Instituto de Espacios Educativos por incómodo pues anduvo rastreando pistas. Y aun cuando en los dimes y diretes fue denunciado por el equipo del titular, Zenyazen Escobar, en la Fiscalía General, nunca fue detenido. Puro reality-show. Fuego pirotécnico. Elementos distractores. Las cabeceadas.
7) El subejercicio en que cayeron la mayoría de las secretarías del gabinete legal y que significara la devolución de los recursos federales a la secretaría de Hacienda y Crédito Público. Pero, oh paradoja, el político Carlos Ronzón Verónica está convencido de que se trató de un juego a valores entendidos para que así el góber precioso quedara bien con López Obrador, quien lo ha vitoreado, levantado la mano, declarado el más honesto y bendecido.
8) El despido, cambio, enroques y nombramiento de montón de funcionarios sin rendir cuentas. Una, las razones del cese. Dos, las razones de las nuevas designaciones, como si el gobierno de Veracruz fuera una hacienda porfirista con un capataz con látigo. En menos de un sexenio, Javier Duarte cambió a ochenta y cinco funcionarios, sin jamás rendir cuentas.
FRíVOLA, INSULSA, VANIDA
9) Los convenios del gobierno de Veracruz con medios sin ninguna circulación comprobada, otorgados en base a las relaciones políticas y amicales. Incluso, medios impresos, por ejemplo, regalados en las oficinas públicas y en los restaurantes y en donde por lo general es la hora de la cena y ahí siguen, amontonados en un rincón para que un mesero se los lleve y los venda en la tienda de su colonia popular.
10) La frívola vanidad en que ha caído el góber bendecido publicitando los espectaculares donde un extraterrestre le da las gracias por una obra pública, ajá, pero sin que nadie firme, y lo que expresa el grado más alto de la perturbación neurológica.
11) Veinte meses después, ninguna obra pública sólida y trascendente.
12) El cabildeo, mejor dicho, la orden a la bancada de MORENA en la LXV Legislatura para las reformas electorales. Una, anular la revocación de mandato. Dos, achicar a la mitad las prerrogativas a los partidos políticos. Y tres, lo peor, la desaparición de los consejos municipales del OPLE y así, y de acuerdo con los líderes del PAN, PRD y PRI, orquestar el fraude electoral a mediados del año entrante, temerosos en MORENA de una derrota inminente.
13) Sin un combate a fondo contra la corrupción, el crecimiento exponencial de la inseguridad (los carteles y cartelitos), los secuestros, las extorsiones y los feminicidios. Y de ñapa, la impunidad. En el mes de diciembre del año 2018, el góber prometió acabar con la delincuencia organizada en dos años. Faltan tres meses y cacho. Y estamos peor. Veracruz, un tiradero de cadáveres y un tiradero de impunidad.
14) Lo peor entre lo peor: decenas, cientos de padres de familia siguen buscando a sus hijos desaparecidos en el duartazgo, la yunicidad y la cuitlamanía. El oleaje de incertidumbre se explica a partir de la incapacidad, la ineficiencia y la ineficacia y que también se consideran hechos y acciones corruptivas.
15) Más lo que se ignora, pues los políticos tienden, por lo regular, a ocultar trastupijes y pactar en lo oscurito, tras bambalinas, conscientes de que “tu mano izquierda no sepa las travesuras de la mano derecha”.
El combate a la corrupción en Veracruz, la esencia superior de la 4T y la purificación moral del obradorismo es una vacilada. “Mucho ruido y pocas nueces”. Demasiado cacareo. “Tomadura de pelo”. Por eso, el desencanto social en tan poco tiempo.
Tierra fértil, sin duda, “para movilizar a una sociedad indignada” como dice Cuauhtémoc Cárdenas.