Historias Memorables
•Sueño frustrado
•Morir de COVID en E.U.
•La peor orfandad
Héctor Fuentes
Procedentes de Nueva York, fueron entregados a familiares los cadáveres de 6 paisanos de Veracruz, migrantes en Estados Unidos, fallecidos por el COVID. Los seis, originarios de las ciudades de...
Veracruz, Tlalixcoyan y San Andrés Tuxtla.
En total, y por ahora, 65 paisanos han muerto en EU.
La mayoría de ellos ubicados y concentrados en Nueva York, Texas, California y Chicago.
Muchos también en Carolina del Norte.
El peor dolor y sufrimiento para sus familias.
Un millón de paisanos andan de migrantes sin papeles, la mayoría, en el país vecino según estudio de unos académicos de la Universidad Veracruzana interesados en la cuestión migratoria.
Las remesas de todos ellos, convertidas en el sostén de la económica estatal por encima de los ingresos derivados por la caña de azúcar, el café y los cítricos y que en el siglo pasado significaron la gran fuente de vida.
La errática política económica y social para arraigar a la población en sus municipios y regiones.
El desempleo, subempleo y salarios insultantes cada vez más recrudecidos.
Casi un millón de paisanos en el desempleo a partir del COVID.
Pero ni modo, "¡aquí nos tocó vivir y qué le vamos a hacer!" exclama un persona novelesco de Carlos Fuentes Macías.
La vida así está canija.
Primero, partir a Estados Unidos y Canadá de indocumentado.
Segundo, desafiar la política xenófoba, racista y segregacionista de Donald Trump.
Tercero, la constante persecución policiaca.
Cuarto, morir de COVID.
Y quinto, poner la Guardia Nacional al servicio de Donald Trump para corretear a los migrantes de América Central en su paso por el país y evitar lleguen a la frontera norte.
LA PEOR ORFANDAD
Los migrantes partieron de Veracruz con el sueño personal, familiar y colectivo de una vida mejor.
Los 65 paisanos fallecidos por el virus allá permanecieron durante los últimos diez años empujando la carreta con vientos favorables.
Cada mes enviaban el dinerito a las familias, incluso, en muchos casos, suficiente para construirse una casita tipo norteamericano pues hasta las fotos remiten sobre el estilo arquitectónico, mínimo, la fachada.
Ahora, los primeros 6 del total de 65 muertos regresados en un féretro, en urnas, cenizas que se volvieron.
Sus familias, en el desamparo económico y social que habrán quedado, que estarán, que seguirán.
La vida, como una pesadilla y un infierno cuando el jefe de familia muere y en circunstancias inesperadas, insólitas, inconcebibles, una gripecita recrudecida, un virus procedente de una provincia de China.
65 familias de Veracruz, en la peor orfandad de sus vidas.
Ta´canijo, por ejemplo, que de pronto suene el teléfono celular o convencional en casa para avisarte que tu padre, tu hermano, tu tío, tu primo, etcétera, murieron por el COVID.
Y que se alisten todos porque el cadáver será enviado a Veracruz.
De norte a sur y de este a oeste de Veracruz, "la muerte tiene permiso".
Más grave todavía, cuando nadie ha librado el estrago mortífero de la pandemia.
Nadie puede gritonear que está exento... por más pachangones en Tlacotalpan, Xico y Jamapa, entre otros pueblos visibles con sus fiestones, el Super Saturday le llamaron los chicos de Londres.
En abril y mayo, reporta el Banco de México, se perdieron 12.8 millones de empleos por la pandemia.
El país necesita hoy, hoy, hoy treinta y cuatro millones de empleos.
Doce millones y medio más de mexicanos quedarán cesantes hacia el final (si final existiera) del COVID.
La población de Veracruz en la miseria, la pobreza y el desempleo solo continúa teniendo la migración a Estados Unidos, con todo y los grandes riesgos y peligros.