7 meses de impunidad
•El secuestro de un chico
•Encapuchados en acción
ESCALERAS: El 10 de agosto del año 2019, el primero de MORENA en el palacio de gobierno de Xalapa, un campesino de Las Choapas, Saúl Ixmel Elvira Alegría, descansaba en la casa de la familia de su esposa en el ejido La Peña, de Isla, allí mismo donde en el mes de diciembre de 2018, el primer mes de Amlove en la presidencia de la república, unos migrantes de Guatemala fueran emboscados y asesinada una mujer.
Luis Velázquez
De pronto, unos sicarios, armados todos, pero más aún, encapuchados, "máscaras con rostros de la muerte" escribió el cronista Ignacio Carvajal García, entraron al pueblo.
Y se fueron derecho, derechito, a la casa donde Saúl Ixmel estaba con su familia y se lo llevaron.
Desde entonces, han transcurrido 7 meses y la familia ignora su destino y paradero.
Por un lado, la errática política de la secretaría de Seguridad Pública. Y por el otro, la Fiscalía General en su principio de Peter.
Un mes después del secuestro del campesino en Isla, caería el Fiscal Jorge Wínckler y Verónica Hernández asumiría el mando.
PASAMANOS: Según el cronista, los más de cuarenta pistoleros (casi casi un ejército para plagiar a un campesino) pertenecen al grupo criminal conocido como "Las piñas", una célula del Cartel Jalisco Nueva Generación, y a la que en la región atribuyen desapariciones y asesinatos.
Saúl Ixmel tenía, o tiene, 27 años, y se lo llevaron en la madrugada, en tanto la familia se abstuvo de interponer la denuncia que por temor a represalias.
La vida, pues, sujeta con alfileres. Por un lado, el miedo. Y por el otro, "el miedo al miedo", el temor justificado de que los malos vuelvan y cometan peores fechorías con el resto de la familia.
CORREDORES: Casado y con una hija, el joven campesino migró de Las Choapas, otra región conflictiva y polvorienta, a Playa Vicente, buscando chamba, desesperado por un ingreso para sostener a los suyos.
Durante mucho tiempo trabajó en el corte de hojas de palma en el monte para construir palapas y cuando la chamba escaseaba como ocurre siempre en el campo, entonces, se contrataba para cuidar ganado y arreglar corrales.
Hasta que el diez de agosto del año anterior se le aparecieron los encapuchados, cuarenta ni más ni menos, contra un solo chico... como si fuera, digamos, peligroso delincuente.
BALCONES: El sur de Veracruz está demasiado polvoriento. "La muerte tiene permiso" (Edmundo Valadés) todos los días y noches. Y madrugadas.
En la región de Isla, Rodríguez Clara, Playa Vicente y Azueta, colindantes algunos municipios con Oaxaca, a veces una calle dividiendo a unos pueblos de otros, la delincuencia organizada está desatada.
Incluso, el tiradero de cadáveres de Oaxaca a Veracruz y viceversa.
"Tierra de nadie" podría llamarse la película si la filmaran los hermanos Almada.
PASILLOS: En las últimas semanas las ONG y la autoridad han localizado fosas clandestinas, ranchos y casas de seguridad en la zona.
Y los delitos endilgados a los malandros son, entre otros, el secuestro, el robo de ganado, el huachicoleo y el cobro del llamado derecho de piso.
Muchos meses después, la familia sigue esperando a Saúl Ixmel Elvira Alegría, y por desgracia, la misma esperanza (fallida) de cientos, miles quizá de familias esperando el regreso de los suyos, secuestrados y desaparecidos desde el año 2011, el primero del góber preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México y condenado a 9 años de cárcel.