Revire de Cuitlalandia al nepotismo
El nombramiento de Quetzalli, la hija de la secretaria de Trabajo y Previsión Social, Guadalupe Argí¼elles Lozano, como jefa del Departamento Jurídico y de Amparos de la misma secretaría donde la madre es la jefa máxima, duró unas cuantas horas.
Anunciada la designación a través de un audio donde la madre explicaba y justificaba el nepotismo a los jefes de la dependencia, el gobernador "lo detectó a tiempo", ajá, (pues ni modo lo haya ignorado) y cuando vieron en el gobierno de Veracruz el mundo cibernético encima con el audio circulando en las redes sociales dieron marcha atrás.
El góber lo justificó de la siguiente manera, lleno de "la ternurita" de que habla AMLO, el presidente:
"La secretaria de Trabajo... buscaba apoyo en alguien de mucha confianza.
Y encontró que la hija todas las cartas credenciales".
Y la nombró.
¡Vaya justificación!
¡Bendito el Nuevo Niño Dios del país que así presentó en sociedad el sacerdote José Alejandro Solalinde Guerra a Andrés Manuel López Obrador!
Por lo pronto, la izquierda en Veracruz ha puesto de moda un nuevo nepotismo:
A: anunciarlo por las redes sociales.
B: anunciarlo a los empleados y jefes.
C: justificar el nepotismo diciendo que "se busca apoyo en alguien de mucha confianza".
D: dar marcha atrás si hay protestas, molestias, irritaciones y encabritamientos.
Total, si el gobernador se equivoca vuelve a mandar y nada pasa.
Javier Duarte, por ejemplo, cambió a ochenta y cinco (85) funcionarios en menos de seis años y nunca, jamás, rindió cuentas a nadie y si lo criticaban le valía, jefe de jefes, tlatoani, gurú, el Veracruz de un solo hombre, el jefe del Poder Ejecutivo Estatal, el jefe del billete oficial, el jefe de las corporaciones policiacas, el jefe nato de su partido político, el jefe de una parte del Congreso y de una parte del Poder Judicial.