Sublevadas 9 alcaldesas
•Prendida la mecha social
•Cuitlamanía machista
ESCALERAS: 9 presidentas municipales del norte de Veracruz, el Veracruz más olvidado por todos los gobernadores en turno, integraron un frente común. Buscan, dicen, enaltecer el destino social entre todas. Pero más aún, levantar un muro Donald Trump ante la violencia, la violencia que entró a la tierra jarocha en el sexenio de Fidel Herrera Beltrán por el norte.
Luis Velázquez
Las 9 alcaldesas forman parte de la sublevación popular iniciada en Coatzacoalcos con las marchas contra la incertidumbre, seguida en Orizaba con la caminata contra el feminicidio, proseguida en Mariano Escobedo con la advertencia de que si detienen a un malandro lo linchan y continuada por el comercio ofreciendo ayudar a las mujeres si se sienten perseguidas o amenazadas.
PASAMANOS: Primera vez en la historia local en que las políticas se organizan como un ejército civil, resistencia pacífica, movimiento social.
Y trasladadas del norte de Veracruz a la Ciudad de Xalapa para una rueda de prensa y debutar en sociedad, se ignora si habrían tenido reunión discreta con alguna autoridad estatal, pero, entre tanto, mostraron el puño y el músculo.
CORREDORES: Ellas militan en todos los partidos, menos, parece, en MORENA. Y de entrada, los profetas de la izquierda dirán que son oposición, y por eso mismo, intentan, digamos, socavar a la Cuitlamanía.
Y más, porque los vientos huracanados de Veracruz en materia política y social son demasiados torrenciales.
Pero ellas, ahí están. Lisístrata, la comedia de Aristófanes en la Grecia clásica donde relata la vida en el tiempo de los atenienses, una de las primeras mujeres en rebelarse en la historia, sería su antecedente.
Ella, organizó a las mujeres a una sublevación, curiosa pero efectiva, cuando todos los hombres enloquecieron con la guerra al grado de olvidar sus deberes conyugales.
Entonces, convocó a las mujeres a una huelga sexual con el siguiente juramento:
“No tendré ninguna relación con mi esposo o mi amante… Y seré fría como el hielo”.
La huelga sexual de las mujeres para que sus hombres las tomaran en cuenta fue tan efectiva que aquella noche y las demás todos se volvieron las parejas más felices de la tierra.
BALCONES: Ahora, la lucha es cien por ciento social. Los malandros, dueños del llamado Estado de Derecho, dueños del día y de la noche, dueños de la vida colectiva.
Y más, porque gobiernan el norte de Veracruz, la parte territorial más olvidada por todos los mandatarios en turno, incluso, hasta por el mismo Patricio Chirinos Calero, originario que se soñó de Pánuco, cuando en realidad nació en Tamuín, San Luis Potosí.
VENTANAS: Las nueve presidentas municipales son Carina Lugo, Zacualpan. Eutiquia Reyes, Citlaltépetl. Rosalía ílvarez, Tantima. Elvira Cruz, Platón Sánchez. Bertha Galván, Chalma. Juana María Martínez, El Higo.
Zoila García, Castillo de Teayo. Victoria Luis Calixto, Tlachichilco. Y Citlali Medellín, Tamiahua, la alcaldesa que tiempo antes denunciara que unos reporteros del periódico “La Opinión”, de Poza Rica, la intentaron, dijo, sobornar.
Todas mujeres, serán feministas por excluir, digamos, a sus homólogos del norte? ¿Será una rebelión femenina ante el machismo? ¿Solidaridad de género y con género? ¿Hartas de los diputados locales y federales y senadores con su discurso demagógico y populista, así sean de la izquierda?
Se ignora. Ellas, allí están. Firmes. Bragadas.
PUERTAS: La mecha social está prendida.
Y cuidado, el consejo de la señora madre de Fidel Herrera Beltrán a su hijo cuando partiera de Nopaltepec a conquistar el mundo político es más efectivo que nunca:
“Nunca te pelees, le dijo, con una mujer porque es pelearse con doscientos hombres al mismo tiempo”.
Primera vez, se insiste, en que nueve alcaldesas se rebelan al olvido histórico de una región importantísima de Veracruz.
CERRADURA: Entre ellas hay profesionales y también algunas son presidentas municipales por segunda ocasión.
Es decir, guerrilleras por oficio y con oficio pues derrotaron a los hombres en las urnas, ya conocen el camino.
PATIO: En el estado de Veracruz hay un aproximado de sesenta alcaldesas. A ver si de aquí para adelante, cuando las nueve del norte logren resultados, las restantes se les unen, más, mucho más allá de la ideología y que en cosas del destino común han de proscribirse.
Y más, cuando los hombres (al fin, machos mexicanos) pretenden seguir mandando, como es el caso de tanto feminicidio en Veracruz donde el lado oficial encuentra la razón de fondo en la violencia intrafamiliar y en donde la mujer siempre lleva la de perder.
BALAUSTRES: De Poza Rica para adelante hay unos siete, ocho diputados locales, entre ellos, dos mujeres (Adriana Linares Capitanachi y Judith Pineda Andrade) y todos ellos fueron rebasados por las alcaldesas sublevadas.
Y, claro, una hermana de Joaquín Guzmán Avilés, “El chapito”, el cacique de Tantoyuca, investida como diputada federal.
Además, del par de senadoras de Veracruz, la profe de MORENA, Gloria Sánchez, y la panista Indira Rosales San Román.
Hora, entonces, de prender las farolas, pues, todo indica, el principio de Peter les alcanzó desde el momento en que nunca fueron invitadas a participar en la resistencia cívica cuyo objetivo prioritario es el bienestar social.
Y es que si las nueve ediles se organizaron significa que el olvido gubernamental en la Cuitlamanía sigue vigente, igual que en el panismo y el priismo.