Deudos demandan justicia
•Familiares de obreros de FERMEX, fallecidos en accidente por culpa de un operario que, de manera imprudencial, hizo maniobras de rebase, reclaman justicia
Por IGNACIO CARVAJAL
Minatitlán y Cosoleacaque están de luto. Ayer sepultaron a los obreros de FERMEX que fueron víctimas del accidente mortal ocasionado por un operario de la línea Sotavento, que de manera imprudencial hizo maniobras de rebase en Las Matas; los deudos reclaman justicia.
Los familiares de Alonso Hernández Reyes, de la colonia Las Fuentes, dicen que a sus 33 años deja muchos sueños incompletos, entre ellos, terminar su carrera de Derecho, y sacar adelante a sus cuatro hijos.
Se casó antes de los 18 años, en la escuela conoció a quien hoy es su viuda y dejó el estudio para meterse a trabajar.
La última vez que estuvo con su familia, el pasado domingo, se reunieron para nadar en la alberca que le compró a sus hijos.
La madre del joven Petra Reyes dice que temía a un accidente en la carretera, pues ya sabían que estaba en mal estado y ella siempre le daba su bendición.
Su hermano, Idelfonso Hernández Reyes, cuenta que era un ser humano muy amable, entregado a su familia, y a quien le cortaron de golpe sus aspiraciones de superarse.
Alfonso Hernández, su padre, corrió al lugar de los hechos al saber del accidente.
Con premura gritaba el nombre de su hijo pero nadie le daba razones.
"¿Dónde está?, Era el chofer, por favor, díganme que está vivo", decía pero su hijo ya estaba dentro de la unidad del forense.
Mismo caso el de Ricardo Andrés Alor Ramírez, de 21 años, originario de Barrio Segundo de Cosoleacaque. Se casó muy joven al terminar la prepa y se metió a trabajar.
Deja un hijo huérfano de unos cuantos meses de nacido.
Su madre, inconsolable, grita en el funeral que Dios le quitó al único hijo que le había dado hace 21 años.
Cosme Alor Mateo, su padre, rememora que lo vio el pasado 28 de septiembre. Era su cumpleaños y se reunieron para celebrar. Profesaba la religión católica y le gustaba salir a predicar o participar en las rondallas tocando la guitarra para alabar al ser celestial.
La casa donde vivía con su familia se queda en completa tristeza pues él era la alegría, sumaba año y medio trabajando para la empresa FERMEX.
María Elena Cruz Martínez, esposa del soldador especializado José Sulvarán Luna, de 59 años, dice que se marcha dejando dos hijos, aunque ya son grandes, eran muy apegados al padre, siempre estaban pendientes de sus consejos y enseñanzas para salir adelante.
Nativo del Barrio Primero de Cosoleacaquez, Sulvarán Luna era conocido por la destreza que tenía en las manos al momento de realizar sus trabajos en soldadura y herrería.
En la casa donde se celebra su funeral, muestran con orgullo unos "molinillos" para preparar el popo, la bebida tradicional de Cosoleacaque.
Ella cuenta que vio por última vez a su esposo a las cinco de la mañana de ese lunes fatal, "le puse de lonche unos chanchamitos y popo, dijo que no quería comer mucho, pues se iba a hacer unos estudios por la empresa. Cada seis meses se los practicaban.
Irónicamente, siempre salía bien de salud y esa mañana los médicos también lo vieron normal, pero murió en la carretera junto a seis compañeros más.
Hasta ahora las autoridades veracruzanas no dan con el conductor de la línea responsable de la maniobra que de golpe dejó en luto a dos ciudades del sur del estado.
Sergio Lagunes ílvarez, hermano del ingeniero naval Jerónimo Lagunes ílvarez, relata que era el mayor de tres hermanos, y siempre lo ponían como el ejemplo, ya que era un hombre íntegro que se dedicaba a trabajar y a la iglesia.
Diariamente leía la Biblia y los fines de semana dedicaba un día para ir al servicio a su templo, en la colonia Insurgentes.
"Tenía muy metido lo que era su religión, nunca faltaba, y le gustaba salir a predicar con sus hermanos de los Testigos de Jehová", expresa su hermano.
El entrevistado dice que las autoridades deben investigar a fondo el accidente, pues son muchos los hogares enlutados.
Exigió que la fiscalía general del estado vaya tras el supuesto responsable y que el gobierno repare la carretera Las Matas, pues llevan meses con esos trabajos que ahora cobraron siete vidas.
En la iglesia del Infonavit Paquital se congregaron docenas de compañeros de FERMEX para darle el último adiós a Javier Hermosilla Cisneros, de 63 años, quien contaba con 14 años en FERMEX y sus distintos cambios de razón social.
Era analista químico y siempre tenía tiempo para apoyar a las personas que le pedían algún consejo sobre los procesos que se desarrollaban en el centro de trabajo.
Sin hijos, apoyaba a su familia en todo lo que podía. Moralmente y con economía.
Sus deudos se congregaron en su casa para despedirlo, pero en determinado momento, eran más sus compañeros lamentando la pérdida de tan amado obrero.