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Diario de un reportero
Sábado 30 junio, 2018

Los amigos que se fueron

•Panteón de periodistas
•Vivir con intensidad

DOMINGO
Panteón de periodistas



Muchos reporteros se han ido. El cementerio particular de periodistas es amplio. Y a riesgo de omitir a unos, la lista es así, sin obedecer una cronología:
Alfonso Valencia Ríos, Bartolomé Padilla, Francisco Gutiérrez González, Gregorio Navarrete Cruz, Enrique Huerta y José Murillo Tejeda.
Santiago González Natall, Ignacio Ramírez, Horacio Aude, Miguel Guevara, José Miranda Virgen, Miguel Ángel López Velasco y Jorge Malpica Martínez. Regina Martínez Pérez, Juan Mendoza, Ricardo Monlui Cabrera, Joaquín Gerardo Toriz, Memo Cerecedo, Othón Hernández y Yolanda Ordaz de la Cruz. Ignacio Oropeza López, Javier Zea Salas, Juan Zanoni de la Garza, Javier Robles Barajas, Joe de Lara, Mario Alcántara, Porfirio Rojas, Regina Martínez y y Susana Herrera, entre otros.
Ellos, los más, fueron contemporáneos. Y la relación se acercó y distanció con los raspones normales de la vida.

Luis Velázquez

Cada uno cubrió un tiempo y un espacio en la historia reporteril de los dí­as y los años.
Un dí­a preguntaron al filósofo Jean-Paul Sartre qué era lo más importante de su vida. “Vivir”, dijo.
“La vida es un gozo” le reviró su pareja durante 50 años, Simone de Beauvoir.
Ellos, vivieron y gozaron. Y cumplieron con el principio bí­blico del Eclesiastes, “cuenten lo que vean”.

LUNES
La vida, un gozo


Nadie como Miguel íngel López Velasco (Milo Vela) vivió la vida con tanta alegrí­a. Su vida era un gozo. Todos los dí­as como una constante.
A su lado, la vida era, más que un incendio que electrocuta, que arde y despide incienso.
Imborrable, por ejemplo, su carcajada, gozo total de los dí­as y las noches.
Imborrables los encabezados que publicaba en el único periódico donde trabajara toda su vida, Notiver, caso excepcional del grueso de reporteros que suelen pasar la vida de un medio a otro.
En cada titular se pitorreaba, nunca de la persona, siempre del hecho.
Y con su inteligencia, talento e ingenio, a todo le hallaba el lado chusco. Y en un dos por tres, como se trabaja en la redacción de un periódico donde el tiempo está siempre encima, y por eso mismo, José Pagés Llergo, el legendario director fundador de la revista Siempre! decí­a que el periodismo es un oficio únicamente para neurasténicos.
El mismo, su talante, era de caricatura. Es decir, con absoluto sentido del humor. Su bigotito. La mirada llena de malicia. Mirada que escudriñaba con lupa.
Su figura delgada, quijotesca. Y la euforia con que saludaba.

MARTES
Creí­a en Dios


En el otro de la cancha, don Alfonso Valencia Rí­os. Nunca, hasta donde se recuerde si se recuerda bien, se lo miró sonreí­r. Ni en la sala de redacción, ni en las entrevistas, ni en el café de “La Parroquia” cuando tomaba todos los dí­as dos veces café, ni en el salón de clases.
Quizá, estuvimos lejos de la confianza para expresarse con una sonrisa.
Pero su capacidad periodí­stica es legendaria.
Nunca, por ejemplo, solí­a apuntar los datos en una libreta de taquigrafí­a para luego sentarse a escribir. Su ejercicio nemotécnico era mí­tico. Si acaso anotaba en hojitas de papel periódico recortadas ex profeso números, estadí­sticas, cifras.
Creí­a en Dios. Y de manera total y absoluta. Todos los dí­as luego de tomar café pasaba a la Catedral.
En su casa en Boca del Rí­o colocó un letrero con una leyenda. “Dios es amor”, decí­a, la misma frase que en su narrativa literaria publica Dostoeisky en una de sus novelas.
Fue amigo del obispo más bueno en la historia de Veracruz como don Rafael Guí­zar y Valencia.
Y cuando el Papa Juan Pablo II pasó por Veracruz, en la macroplaza se le arrodilló y le dio la bendición.

MIÉRCOLES
El gran cronista


Gregorio Navarrete fue el único gran cronista de la segunda mitad del siglo XX en Veracruz.
Un dí­a, dejó de escribir la tradicional nota informativa y apostó a la crónica como género periodí­stico.
Entonces, agarró su maleta de viaje y se fue a la montaña negra de Zongolica para contar la vida de los indí­genas.
Su primera crónica fue sobre la mariguana que estaba sembrada, incluso, a orilla de los caminos. La descubrió al pasar, trepado en una mula que habí­a alquilado ante la falta de un burro, que en todo caso era más cómodo, y cuya foto fue publicada en la portada de “El Dictamen”, donde entonces laboraba.
Y se detuvo. Y siguió la pista, pues ya desde entonces, hacia los años 60, 70, del siglo anterior, la droga florecí­a en los campos de Veracruz.
Cronista al fin, cabalgó de norte a sur y de este a oeste de la tierra jarocha. Sus crónicas bien pudieron integrarse en un libro. Se perdieron en el tráfago de los dí­as, de igual manera como tantos otros casos.
Su muerte fue trágica. Falleció una mañana en misión periodí­stica cuando manejando su volcho chocó de frente con un tráiler.

JUEVES
Vivir con intensidad


Trágica fue la muerte de Bartolomé Padilla. Falleció en la estación del ADO en la Ciudad de México. Regresaba a la ciudad de Veracruz con la edición completa de su revista “Consenso” que él solo reporteaba y escribí­a y diagramaba y circulaba.
Era insólita su capacidad periodí­stica. Todos los dí­as publicaba 2, 3, 4 columnas y crónicas.
En su narrativa se conjugaban dos factores claves: uno, el rigor informativo, y otro, la pulcritud literaria en un tiempo (antes y ahora) cuando hay mucho, demasiado, excesivo desaseo en la forma de narrar los hechos y de contar las historias.
Viví­a con intensidad. Un tiempo alternó la ciudad de Veracruz con el Distrito Federal. Y solí­a iniciar su columna de la forma siguiente: “Desde mi mirador en la Ciudad de México”.
Viajaba a la capital para dar seguimiento a los hechos noticiosos.
Nunca dio el brinco a la capital del paí­s como otros reporteros que luego lo sucedieron para foguearse y probarse en la metrópoli más grande del mundo.
Pero la vivencia le permitió mirar la vida y los hechos y las noticias desde otra perspectiva.

VIERNES
Reportero con mucha suerte


Ignacio Ramí­rez fue el gran reporterazo del semanario Proceso. Además de su tesón y perspicacia, la duda siempre como eje central, su enseñanza periodí­stica fue una paciencia insólita buscando la noticia.
Y de complemento, el factor suerte. Los astros con buena vibra. Periodista sin suerte está perdido.
Una mañana amaneció crudo en Acapulco, donde andaba en misión especial. Entonces, se arregló y salió a la calle para curársela en la primera cantina que se topara.
Solitario en su mesa, envió unas cervezas a un par de albañiles que también se la curaban. Y al ratito, cuando la primera botana, ya estaban sentados juntos alrededor de la mesa.
Aquellos albañiles trabajaban en la construcción del famoso Partenón de Alfredo Durazo Moreno, en la bahí­a de Zihuatanejo, el director de Seguridad Pública en la Ciudad de México, amigo del presidente José López Portillo.
Y cuando más tarde, medio ebrios, se levantaron de la mesa, Ignacio Ramí­rez se fue con ellos para contratarse de albañil.
Durante 3 semanas fue maestro de la cuchara. Y con tanta habilidad que hasta tomó fotografí­as del Partenón en construcción que ya casi estaba lista.
En un solo puesto de la Ciudad de México, Proceso con la foto del Partenón en portada, vendió 5 mil ejemplares.


3 comentario(s)

Héctor Noguera Trujillo 24 Oct, 2018 - 02:24
Mi estimado Luis:
Como siempre, es un placer leerte
Caí en esta página en forma extemporánea,
buscando información sobre nuestro mutuo
jefe, colega y amigo: Navarrete Cruz. Una sola
observación: Él no chocó contra el tráiler, fue
el tráiler el que invadió el carril de Gregorio.
A ver cuando tienes tiempo y nos tomamos
un café (o alcohol, qué más da). Tel. de casa:
100 23 84 Cel. 2292080869
Recibe mi cordial saludo.
:

Manuel 01 Jul, 2018 - 03:40
Tristes historias del periodismo en México... lamentables muertes aún en impunidad ... el sistema político mexicano con sus incongruencias vacías: no hay derechos ni obligaciones... el derecho es monárquico... la obligación es un olvido entre papeles de burocracia... Los juzgados no alcanzan pero lo corrupción en la justicia si tiene permiso para justificar sus actos atrasados en la premisa "los casos son un cerro infinito" la demandas han rebasado nuestra capacidad, y no hay presupuesto, y cómo debe ser ahí jueces y magistrados esconden la justicia, y como el sistema político mexicano los acoge con una gracia de miles y miles de pesos, esperando la aplicación de un criterio justo que defienda no al sistema político mexicano sino a la JUSTICIA que reclama hechos y no criterios basados en la protección de los dioses del OLIMPO .... que tiemblan ante un terremoto disparado que reclama transparencia: "no sólo ladrillos y paredes sino la consciencia temerosa de jueces y magistrados que sólo se encargan de defender el palacio "ahora de cristal" de los actuales DIOSES DEL OLIMPO ... AMLO será presidente de México y acaso el sistema político mexicano corrupto lo acogerá entre sus redes???... Yo vivo ahora un caso de justicia federal, el nuevo gobierno será capaz de establecer justicia donde las instituciones federales en juicio se han cobijado en "la mafia del poder" para salir ilesas de sus actos plenos de corrupción???... UNA AMPLIA Y ENORME REVISIÓN AL SISTEMA JURÍDICO MEXICANO... JUECES Y MAGISTRADOS SON SÓLO TÍTERES DE "LA MAFIA DEL PODER"... A CAMBIO DE UNOS CUANTOS MILES Y MILES DE PESOS... Y AL FINAL DEL CAMINO NO RESUELVEN NI EL RASGUÑO QUE MI PERRO SUFRIÓ DEL GATO DEL VECINO.... ESA ES UNA HISTORIA LARGA QUE CONTAR!!!......

Federico Navarrete Cruz 30 Jun, 2018 - 15:35
Estimado Luis....como goyo estoy seguro no se puede comunicar por escrito contigo, lo hago yo con mucho gusto y convencido de lo q te diria....""""gracias por tus palabras, te afirmo q son inmerecidas""""".....sabes q asi era goyo...humilde y agradecido......mi afecto y respeto de siempre para ti y tu profesionalismo .

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