escuchar, porque sienten identificación con alguien que pese a lo que sea, hay que reconocer, que se ha formado ya en los últimos veinte años como un lí­der carismático, que sabe mentir y decirle a sus seguidores, lo que éstos desean escuchar.

No ha justificado el lider de Morena, ¿de qué ha vivido los últimos veinte años? (1998-2018); puesto que si de las regalí­as de sus libros hubiera vivido, ya habrí­a exhibido sus declaraciones fiscales para acreditar los ingresos suficientes para sostener a sus hijos y a su cónyuge con la suficiencia que se requiere para sufragar los gastos de una vida cómoda y los gastos del turismo polí­tico del que AMLO se ufana, cuando dice que es el único candidato presidencial que ha recorrido en varias ocasiones los 2446 municipios diseminados en todo el territorio nacional.

Algunos chairos han pretendido comparar al tabasqueño, con el ex presidente de Uruguay, José “Pepe” Mujica, quien dejó su cargo, habiéndole cumplido a su pueblo ya que al terminar su mandato fue reconocido en todo el mundo como “el presidente más humilde”; reconocido también por su visión polí­tica en su lucha “por la felicidad de todos”; y al mismo tiempo demostrar que a pesar de su encargo polí­tico, podí­a vivir “como vive la mayorí­a y no como la minorí­a”, lo que desde luego ni practí­ca el tabasqueño ni mucho menos los cuatro aspirantes restantes a la Presidencia de la República.

Pepe Mujica llegó a la presidencia de Uruguay, terminó su cargo y salió con el mismo automóvil con el que llegó un Volkswagen azul modelo 1987, por el que algunos coleccionistas le han llegado a ofrecer hasta un millón de dólares, sin que el ex mandatario aceptara ninguna oferta. Se sabe que el embajador mexicano Felipe Enrí­quez le ofreció a cambio de su Volkswagen DIEZ CAMIONETAS DE DOBLE TRACCIÓN, oferta rechazada por Mujica a quien le disgustan esas “excentricidades”.

En polí­tica, vale la pena recordar las palabras sacramentales de Jesús: Por sus Frutos los Conoceréis. Así­ se descubren los falsos profetas.

De ahí­ que a los polí­ticos se les conoce como: Lobos rapaces con piel de oveja; y AMLO es realmente lo que parece.