“Usted disculpe”
•Doctora victimizada
•Abusos del poder
EMBARCADERO: La tarde del lunes 16 y la mañana del martes 17 de septiembre, el café de La Parroquia, 207 años, estuvo a reventar, como si fuera, digamos, día turístico... Y más allá del servicio normal, los meseros fueron los más solicitados... Pudiera escribirse que en el 90 por ciento de las mesas, los clientes se la pasaron preguntando los detalles sobre el reality-show escenificado el lunes 16 en la mañana, hacia las 7:45 de la mañana, en que un par de agentes ministeriales
Luis Velázquez
persiguieron a una doctora, a la que confundieron, y a quien, además, arrastraron de palomita en la calle por un delito que nunca, jamás, cometió… Cada comensal quería saber la película, y como el cliente manda, entonces los meseros contaban los detalles desde el momento en que la señora se detuvo y estacionó enfrente, sobre la avenida Ruiz Cortines, en Boca del Río, hasta cuando bajó de la unidad móvil y entró corriendo al café y se metió a la cocina y buscó la salida por la puerta que da al estacionamiento y salió a la calle y la detuvieron… De una mesa a otra se veían a los meseros ademaneando paso a paso lo que ya antes se conocía en las redes sociales… Los meseros se habilitaron, entonces, como reporteros ciudadanos, y habría quienes, al fin una característica de la comunicación, cada uno le fue agregando un ingrediente de su propia cosecha para hacer más interesante el relato… Se reprodujo así el origen del periodismo, cuando los jilgueros andaban de pueblo en pueblo contando los hechos del pueblo anterior y reporteando los sucesos prominentes de la comunidad donde estaban… Incluso, y como el Fiscal había anunciado que en automático despidió al par de agentes ministeriales, los meseros concluían su historia asegurando “veinte y las malas” que tal cese fue una salida de Jorge Wínckler, pues en automático habrían sido reubicados en otro municipio… Los meseros, pues, y como todas las personas que viven a orilla del mar, se volvieron más comunicativos de lo normal, porque ellos también circularon sus memes…
ROMPEOLAS: El martes 17, el show de los agentes ministeriales fue publicada como noticia principal a 8 columnas en primera plana en la prensa escrita… “Un yerro de la Fiscalía”, intitularon unos… “Una pifia del Fiscal” escribieron otros… Un titular en La Jornada decía así: “Temor en el Puerto por repetidas ocasiones parecidas que terminan en secuestros”… El caso es que tanto el Fiscal como el gobernador solicitaron una disculpa a la víctima, una doctora de Boca del Río, cuando, caray, la mitad de la población y la otra mitad estaba segura, cierta, de que los abusos y excesos del poder se habían ido con Javier Duarte… Mucho tendrían que confesar los agentes policiacos autores del atentado a la doctora, pues más allá de la (posible) equivocación, habría de conocer el origen de la orden correspondiente… Pero además, si en todo caso fracasó la orden de aprehensión se debió a que los agentes nunca imaginaron la destreza de la doctora para manejar y su valentía para salir huyendo y bajarse de su unidad y meterse al café… Y también, claro, la oportunidad con que un reportero estaba en el café y filmó el desaguisado y luego enseguida lo boletinó a otros medios, de tal forma que en los noticieros televisivos del mediodía de la Ciudad de México lo exhibieron como noticia calentita y hacia la noche la mitad de la población del país y la otra mitad ya lo conocían… Y si algunos detalles faltaban en los medios, los meseros de La Parroquia se encargaron de narrar el episodio, de igual manera, digamos, como sucede en muchas películas donde la persona perseguida huye por la cocina de un restaurante… Con todo, fue un día bueno para los meseros que habrían merecido una buena propina…
ASTILLEROS: En la leyenda policiaca y de la procuración de justicia siempre se habla del famoso “usted, disculpe”… Y en el tiempo borrascoso y huracanado que vivimos y padecemos, lleno de secuestrados, desaparecidos, asesinados y fosas clandestinas, el “usted disculpe” es una atrocidad… Y más, como en el caso, cuando el par de agentes ministeriales estaban armados según cuentan los meseros… Y más, cuando la doctora victimizada es una persona, parece, de baja estatura, delgadita y menudita, en tanto uno de los policías tiene el cuerpo de un gorila, alto y trabado, y con lo que el abuso y el exceso alcanza su dimensión estelar… El antiguo relato de que se le tiene más pavor a un policía que a un ladrón caminando en la misma calle se ha multiplicado de manera bochornosa en Veracruz… De por sí los policías inspiran miedo, incertidumbre y zozobra… Con todo que desde el lado oficial alardean de una policía respetuosa de los derechos humanos, el incidente del lunes 16 derrumba la posibilidad de creer que se tiene una policía confiable… Y más porque cada ciudadano sabe que nadie está seguro de que algún día enfrente la misma circunstancia y con la sicosis real de que bien puede tratarse de que los agresores sean policías o malandros… Muchas personas así desaparecieron en Veracruz durante el sexenio anterior… Por eso el manotazo del gobernador ha de ser lleno de firmeza, aplicando la ley, para que el resto de los agentes ministeriales y policías estén conscientes de que si cometen abusos y atropellan los derechos humanos serán castigados, al grado de perder el trabajo…