En el mismo comunicado especifica que la autorí­a del bloqueo a la autopista en ningún momento fue de los pobladores del municipio o de la región, digamos, como en aquellos tiempos cuando en el duartazgo los vecinos de la sierra de Zongolica, Soledad Atzompa, caminaban a Xalapa para exigir el cumplimiento de servicios públicos ofrecidos.
En el caso, el boletí­n establece con claridad que el bloqueo fue cometido por "un grupo de presuntos delincuentos de una organización conocida como Zepaniah", casi casi, y digamos, como las protestas que en la montaña de Papantla suele organizar el grupo de "Los Pelones", del presidente municipal de Coxquihui, Reveriano Pérez Vega, y quien tiene un grupo de choque para así­ mantener privilegios y canonjí­as, como por ejemplo, las seiscientas concesiones de taxis que le han otorgado los diferentes gobernadores en turno desde hace unos quince años de que data su cacicazgo.
El grupo conocido como Zepaniah en la zona centro de Veracruz, y que con Coatzacoalcos encabezan el más alto nivel de violencia, ha escenificado los siguientes atracos:
Uno. Asaltos al ferrocarril en la zona de Acultzingo, lí­mites con Puebla.
Dos. El robo de combustible, de tal manera que Veracruz, por ejemplo, ocupa uno de los primeros lugares nacionales en los chupa-ductos.
Tres. La extorsión a empresarios de la zona de Córdoba y Orizaba, a quienes amenazan con clausurar sus empresas si no les entregan recursos económicos.
Por eso, el gobernador dio la orden de "liberar inmediatamente las ví­as de comunicación y actuar con todo el rigor de la ley".
Simple y llanamente, "hacer valer el Estado de Derecho en Veracruz" y que tanto fue desdibujado en el duartazgo, además de la creciente violencia, con el saqueo despiadado que nunca conoció la vergí¼enza.

ESTADO DE TERROR, ESTADO DE DERECHO

El hecho de que un presunto grupo delincuencial haya bloqueado la autopista Orizaba-Puebla el domingo expresa que los malandros se están recrudeciendo, de igual forma como en el resto del paí­s.
Y es que en otras entidades federativas, y desde hace rato, los barones de la droga suelen organizar a una parte de la población para lanzarse a las calles y avenidas y carreteras en contra del gobierno en turno, creando y recreando la sensación y la percepción de una gran inconformidad social.
Desde luego, está claro que el paí­s está incendiado. Bastarí­a referir los casos trágicos de Ayotzinapa con 32 estudiantes normalistas desaparecidos, y San Fernando, Tamaulipas, con los 72 migrantes ejecutados con tiro de gracia.
Y los veintidós civiles asesinados en Tetelcingo, según, por militares.
Y los nueve muertos de Nochixtlán, Oaxaca, cuando la inconformidad magisterial de la CNTE.
Pero aprovechando tales desórdenes sociales, los malandros también suelen azuzar a la población, mostrando un brazo social que los respalda, ajá.
Por eso, y de acuerdo con el boletí­n de Seguridad Pública, los malosos han decidido aplicar tal estrategia de barbarie, bloqueando la autopista y quemando dos patrullas policiacas.
El puño y el músculo en su más alta dimensión, luego de que en el bienio azul que corre transgredieron mucho más los lí­mites sembrando el horror y el terror y la incertidumbre y la zozobra con el asesinato de cinco niños en colonias populares de Coatzacoalcos (los cuatro primeros, todos hermanitos, y la última niña baleada la semana anterior), y el niño asesinado con su maestra en Tantoyuca y la niña asesinada en una plaza comercial de Córdoba.
Quieren así­ malandros imponer su Estado de Terror y de Sitio frente al Estado de Derecho.
Nada fácil será que a partir del domingo anterior continúen organizando bloqueos a las carreteras y autopistas para confundir más a la población, y ni hablar, la seguridad pública deba fortalecerse, y al mismo tiempo, seguir denunciando "con pelos y señales" (como en el comunicado de Seguridad Pública) el estado de cosas, simple y llanamente, la verdad.

MíS ACORRALADOS QUE NUNCA

Durante seis años, Felipe Calderón Hinojosa envió al Ejército a las calles y avenidas y pueblos a combatir a los malandros y el resultado fue atroz, pues el saldo fue de veinte mil muertos, en tanto los carteles se multiplicaron.
Y si al principio del felipismo, los malandros operaban en el centro y el norte del paí­s, hacia el final se habí­an extendido a otras regiones, entre ellas, Veracruz, entrando por Tamaulipas, y en donde dos ex gobernadores priistas, Eugenio Hernández Flores y Tomás Yarrington, se aliaron con ellos, a tal grado que ahora están presos acusados de delincuencia organizada.
Cada ocho dí­as, los domingos (en domingo fue el bloqueo de la autopista Orizaba-Puebla), el gobernador se reúne con el gabinete de seguridad y con las autoridades militares y navales para revisar el avance semanal en contra de la delincuencia organizada.
Se ignora, entonces, si van por el camino correcto, aun cuando el hecho de que los malosos hayan recurrido al bloqueo de la autopista expresa que se sienten más acorralados que nunca y que las fuerzas de seguridad "les están pisando los talones".
Y por eso mismo, hay regiones de Veracruz, como en Córdoba y Coatzacoalcos, donde todos los dí­as hay uno o dos muertos.
Diez meses y medio después de la yunicidad, la seguridad sigue como el gran tema pendiente.
Y más, cuando el proceso electoral para la elección de los diputados federales y senadores y presidente de la república de hecho y derecho ha iniciado en el INE, con tanta efervescencia que, por ejemplo, al momento se han registrado siete mujeres y 39 hombres como candidatos independientes a Los Pinos, como si se tratara, digamos, de una kermés popular donde todo mundo puede casarse (aunque sea de a mentiritas).
Y si de aquí­ al mes de julio del año entrante cuando se efectuará la elección en las urnas, la inseguridad sigue causando tantos estragos, ya se verá si el pendiente incide en el voto.
Por eso, cuando los malandros han recurrido al bloqueo de una autopista el domingo 15, quizá sea la hora de cambiar de estrategia, y más si se recuerda el gran fracaso de Felipe Calderón con los carteles.

ENTÉRESE RíPIDO

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