Jodida democracia en Veracruz
•El poder, regalito a hermanos
•Nepotismo en Úrsulo Galván
PASAMANOS: El peor tiempo para la democracia se vive y padece en Veracruz.
Antes, por ejemplo, los políticos solían heredar el poder a los hijos, a tono, digamos, con el relato bíblico.
El testimonio más conocido es con Plutarco Elías Calles, el fundador del partido abuelito del PRI, el PNR, quien nombró, por sus pistolas, gobernador de Nuevo León a uno de sus hijos y a otro lo impusiera, primero, de diputado federal, y luego encumbrara como Ministro.
Luis Velázquez
Ahora, los políticos dieron el siguiente paso y están imponiendo y sueñan con seguir imponiendo, como si el poder público fuera de su propiedad, a las esposas y a los hijos.
Y algunos, a las novias y amantes.
Y tal fenómeno social se da por igual en las demarcaciones grandes y pequeñas.
Pero en Úrsulo Galván, el presidente municipal en funciones impuso a su hermano Pedro Domínguez, de unos 44 años, como candidato priista para heredarle el trono imperial y faraónico, y así, tapar, digamos, la posible corrupción, pues ni modo que el edil sea un ángel de la pureza.
Y más, en un municipio con una fama pública de impunidad, pues ahí en el duartazgo fueron secuestrados y desaparecidos, hasta la fecha, ocho policías municipales, sin que nunca, jamás, la justicia fue procurada.
El alcalde, claro, se cree y siente el gurú y el tlatoani del municipio, el político non plus ultra, todo, porque el diputado federal, Érick Lagos Hernández, lo protege.
Y lo protege en el duartazgo lo impuso como candidato del Frente Cardenista a la presidencia municipal.
Y tiempo, además, en que Javier Duarte, el único político mexicano preso en una cárcel militar de Guatemala, asistiera a una comelitona en su casa en Xalapa para amarrar el voto a favor de Adolfo Motita Hernández como candidato a diputado federal.
Ahora, hijo del autoritarismo de Duarte y Érick Lagos, el alcalde sólo reproduce la misma cultura y por eso lanzó a su hermanito.
BALAUSTRADAS: El PRI fue lanzado de la gubernatura y del Congreso el año anterior y están mirando la tempestad y ni así aprenden.
Y lo peor, han llegado al cinismo como bien predijera José López Portillo en el siglo pasado.
Por ejemplo, Renato Alarcón presidente del CDE del PRI y Lorena Martínez delegada del CEN, permitieron que el alcalde de Úrsulo Galván impusiera a su hermanito de candidato.
Con todo y el hartazgo ciudadano cada vez multiplicado en contra de un priista, Javier Duarte, y los suyos (secretarios del gabinete legal y ampliado, familiares y socios, aliados y cómplices), han dado la espalda a la experiencia popular y les ha valido y siguen trepados en su absolutismo.
Por eso, cuando Renato Alarcón aparece en el spot con su vocecita tipluda tipo Francisco Franco y Duarte, preconizando la llegada de un nuevo tiempo, la sangre le escurre de la lengua y “en el pecado llevará la penitencia”.
Por ejemplo, y toda vez que el nepotismo se reprodujo en otras entidades municipales, la bruja de los Llanos de Sotavento (que tanto sabe de profecías) apuesta veinte y las malas a que el PRI sólo ganaría entre treinta a cuarenta alcaldías.
Y lo peor, todas las chiquitas, pues las cabeceras municipales fuertes y poderosas en población electoral y en el presupuesto están perdidas de antemano.
Y entre ellas, Úrsulo Galván, donde, caray, resulta insólito que Alarcón y Lorena toleraran que el alcalde impusiera a su hermanito.
Por eso, el peor de los tiempos para, digamos, lo que pudiera denominarse, quizá, la vida democrática en Veracruz.
Y por eso mismo, la posibilidad de que el candidato del PES, Partido Encuentro Social, el ingeniero Víctor Arroyo Flores, gane en las urnas.
Ex secretario del Ayuntamiento, ex síndico, ex director del Colegio de Bachilleres Tecnológico Agropecuario, egresado del Instituto Tecnológico de Úrsulo Galván, Víctor
Arroyo está en el ánimo social y electoral por encima de los candidatos del PRI, del PAN y de MORENA.
El tricolor de Renato Alarcón con la derrota anunciada, todo, porque son tan democráticos que siguen apostando a la imposición como en los mejores tiempos en que el tricolor estaba solito en el mundo electoral.
ESCALERAS: Nunca pudo convencer Renato Alarcón. Tampoco Lorena Martínez, la fallida candidata priista a la gubernatura de San Luis Potosí, la amiguita de la doctora Elizabeth Morales, a quien impuso de delegada federal del ISSSTE.
Uno y la otra marcaron su raya y cada uno a mostrar el músculo.
Los dos, llenos de euforia peñista, soñando con descabezar a los delegados federales, a tal grado que hasta elaboraron su listita y fueron obligados a recular.
Los dos, tratando de imponer a sus recomendados, como el reality-show, por ejemplo, en Veracruz donde lanzaron, de manera fallida, a varios aspirantes.
Los dos, obedeciendo a intereses políticos encontrados, y más, porque el tricolor es partido de oposición en Veracruz, una entidad federativa clave, digamos, para ganar la elección presidencial del año entrante.
Los dos, mirando incapaces las contras que les jugara Fidel Herrera Beltrán con el PVEM y sus candidatos, incluso, hasta llegar a la locura de promover a su hijo, el diputado federal, Javier Herrera Borunda, como candidato priista a la alcaldía jarocha, sólo para enfrentar a su ex amigo y enemigo público número uno, Miguel íngel Yunes Linares.
Así, y ante “el río revuelto”, el alcalde de Úrsulo Galván se salió con la suya.
El poder edilicio, listo para entregarse a su hermanito Pedro Domínguez, quien según la fama pública nunca, jamás, en su vida, ha trabajado.