Las mujeres de Yunes Linares (12)
•Lucía Lara Carmona, fiscal para investigación de delitos financieros: la experiencia del priismo al servicio del panismo
•Encargada de llevar a la cárcel a Dante Delgado, Gerardo Poo y Porfirio Serrano
•Ocupando diversos cargos ha sobrevivido a ocho procuradores y un fiscal/Reportaje de Itzel Loranca
Tuvieron que pasar más de 20 años para que el nombre de Lucía Lara Carmona tuviera un rostro ante la opinión pública. Su primera fotografía en medios fue rindiendo protesta como la Fiscal Especial para Investigación de Delitos Financieros en la Fiscalía General...
del Estado (FGE).
Lucía casi de frente, con la derecha extendida en señal de juramento, el rostro impenetrable. Junto a ella, el entonces encargado de despacho de la FGE, ahora fiscal, Jorge Winckler Ortiz, mirando hacia la cámara con inquietud.
La imagen revela cierta incomodidad y una anomalía.
A diferencia de cientos de servidores públicos y burócratas que se mantuvieron con cada administración priista y perdieron su puesto con la llegada de la alternancia, Lara Carmona sobrevivió la transición.
Y ascendió.
De coordinadora de fiscales auxiliares con Luis íngel Bravo Contreras, tras la partida de éste fue designada para “combatir la impunidad y dar soporte a las indagatorias que se inicien en contra de quienes resulten responsables de actos de corrupción, enriquecimiento ilícito y prácticas deshonestas”.
Lucía Lara, al frente de la “cacería” en contra de los políticos corruptos del duartismo.
DANTE, EL PRIMER “TROFEO” DE CAZA
La “persecución” de exfuncionarios no es nueva para Lara Carmona.
En su labor durante la administración de Patricio Chirinos, primero bajo órdenes de Eduardo Andrade Sánchez y luego de Rodolfo Duarte Rivas, llevó a la cárcel al exgobernador Dante Delgado Rannauro y a dos de sus colaboradores.
La tarea, plagada de irregularidades en su ejecución según observaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), encerró durante 15 meses en el penal de Pacho Viejo a Dante Delgado. Corrieron con la misma suerte su exsecretario de Finanzas, Gerardo Poo Ulibarri, y a su exsecretario de Desarrollo Urbano, Porfirio Serrano.
La denuncia por peculado, abuso de autoridad e incumplimiento de un deber legal, de la Contraloría General del Estado con fecha de 24 de noviembre de 1993, ante la PGJ, tardó tres años en decantar en orden de aprehensión.
El 17 de diciembre de 1996 Dante fue apresado. El 15 de enero de 1998, presentó una queja ante la CNDH.
La comisión emitió la recomendación 83/1998. En ella hace observaciones numerosas a la función que Lucía Lara Carmona desempeñó en el caso.
La CNDH señaló que Lucía Carmona ejerció funciones de agente del ministerio público sin serlo; designó peritos sin prever los requisitos de ley; y no involucró a ningún agente en el caso.
Además nunca se notificó al acusado de la denuncia en su contra ni se le requirió ante el MP y el caso carece de fe pública de los anexos presentados el día de la denuncia.
La comisión reitera, en numerosas ocasiones, que todos los procedimientos que Lucía llevó a cabo tienen visto bueno de “El secretario”, funcionario fantasma del que aparece la firma. pero nunca el nombre.
La CNDH, tras elaborar el expediente CNDH/121/98/VER/I.19, concluye que el procedimiento violó los derechos a la legalidad y a la seguridad jurídica del imputado.
La recomendación llegó en el último año de Chirinos en el gobierno del estado, período en el que Lara Carmona también buscó deshacerse de la prensa incómoda, interponiendo una denuncia penal por difamación en contra del periodista Raymundo Jiménez García.
Con las primeras luces de la administración de Miguel Alemán Velasco, Lucía era archivada cual expediente, en una oficina como agente del ministerio público auxiliar.
UNA HISTORIA DE SUPERVIVENCIA
Lucía Lara comenzó su larga carrera en la Procuraduría General de Justicia (PGJ) como agente tercero del ministerio público (MP) investigador en la ciudad de Veracruz el 16 de enero de 1992. Cuatro meses después fue designada como agente cuarto en el MP en Xalapa.
Su camino trazó una ruta en ascenso. Para diciembre, Lara Carmona ya era directora general de Averiguaciones Previas de la PGJ.
La licenciada en Derecho por la Universidad Veracruzana (UV) y maestra en Derecho Constitucional y Juicio de Amparo, migró de una administración a otra y sobrevivió a los titulares de la procuraduría durante 18 años.
Laboró en la era Alemán, con Pericles Namorado Urrutia, durante el fidelismo, bajo las órdenes, primero, de Emeterio López Márquez, posteriormente de Salvador Mikel Rivera.
En el duartismo permaneció aun después de que Reynaldo Escobar Pérez y Felipe Amadeo Flores Espinosa fueron removidos. Con Luis íngel Bravo Contreras ascendió a coordinadora de agentes del MP auxiliares, llamados fiscales, tras la modificación al nombre de la dependencia en 2014.
Aun después de la renuncia de Bravo Contreras, argumentando haber sido nombrado por un gobernador “severamente cuestionado”, Lucía Lara Carmona se mantuvo.
Se había salvado de recibir “carpetazo”.
De los grises archiveros de la oficina de fiscales auxiliares y tras más de 20 años de gobiernos priistas, la alternancia le brindó los reflectores.
Su consigna: combatir a los colaboradores corruptos de la administración para la que había laborado apenas dos semanas antes.