Desastre anunciado
El desastre en los seis años de Javier Duarte fue maquinado. En todo caso, se trató de un desorden bien planeado. Planeado, exprofeso.
Todo comenzó en la secretaría de Finanzas y Planeación, SEFIPLAN, con siete secretarios en el sexenio.
Tomás Ruiz, Carlos Aguirre, Fernando Chárleston, Salvador Manzur, Mauricio Audirac, Antonio Gómez Pelegrín y Clementina Guerrero.
Luis Velázquez
Incluso, la séptima y última fue bateada por el góber interino, Flavino Ríos Alvarado.
Por ejemplo, en los 15 días de noviembre que asumió la titularidad, Flavino le echaba el chorizo, diciéndole que cabildeara en la Ciudad de México apoyos extraordinarios, en tanto él se agandallaba, al mejor estilo duartiano.
Incluso, el día en que la Procuraduría General de la República, PGR, le entregó el cheque millonario por un dinero recuperado, el góber interino le puso de custodia a los guardias israelitas que por lo regular cuidaban a Javier Duarte cuando viajaba a la Ciudad de México.
El penúltimo día de noviembre, el 29, un flavinista pidió al yunista Adrián Viccon Basto, ya designado tesorero de SEFIPLAN (ahí donde estuvieran Tarek Abdalá, Juan Manuel del Castillo y Vicente Benítez) que pagara un chequecito millonario a un proveedor consentido.
--No, le dijo Viccon, quien ya traía callo como Contralor en el Ayuntamiento de Boca del Río y a quien en tan pocos días sus coleguitas le llamaban “Tarecito”, de cariño, en referencia a Tarek Abdalá, y más ahora cuando ya retiró la canasta de basquetbol que tenía en su oficina, pero dejó la gigantesca pantalla que tenía el diputado federal, consentido de Karime Macías, para mirar los juegos de básquet.
--Ahora que haya juegos de fútbol invitas a tu oficina, dicen a Tarecito.
“ENVíAME CIEN MILLONES DE PESOS”
El desorden empezó en la SEFIPLAN con la llamada “Operación licuadora” que en resumidas cuentas significa el arte de desviar recursos oficiales a otros programas, a otras regiones y/o a otros bolsillos.
Luego, se disparó con la creación de las empresas fantasmas que como ha revelado el excontralor, Iván López, “El burro”, llegaron a sumar seiscientas.
Entonces, el gabinete legal y ampliado miró el desorden y todos “metieron la mano al cajón”.
Por ejemplo, cada año, el Congreso local aprueba un presupuesto para cada secretaría.
Y en tales circunstancias, los secretarios del gabinete legal gastaban el presupuesto asignado y en la SEFIPLAN se lo iban dando, sin ningún control, sin ninguna fiscalización.
Un viernes de carnaval, por ejemplo, Javier Duarte habló por teléfono a un secretario de Finanzas.
--Envíame cien millones de pesos.
--Perdón, señor, ¿cuánto dijo?
--Cien millones de pesos.
--¿Dónde está, gobernador?, preguntó el secretario pues escuchó una voz pastosa, mejor dicho, aguardientosa.
--Aquí, en “El faunito”, con mis amigos, y nos vamos al carnaval.
--Disculpe, señor, pero no tengo los cien millones.
--Lo estoy ordenando. Agarra del fideicomiso.
--¿De cuál fideicomiso, señor, si no hay dinero en ninguno?
Irritado, colérico, Duarte colgó el teléfono, y el lunes siguiente, cesó al secretario de Finanzas.
“EL HERMANO” DE KARIME MACíAS
El despapaye se agravó cuando por encima del titular de la SEFIPLAN en funciones, el tesorero era mano porque tenía la confianza absoluta del mundo.
Karime Macías, por ejemplo, llamaba “mi hermano” a Tarek Abdalá, y Tarek hacía y deshacía.
Incluso, tomaba el pelo a los presidentes municipales a quienes citaba a una hora determinada de tal día y los hacía esperar tres, cuatro, cinco horas, mientras él se la pasaba jugando básquet en su privado.
Un día, la alcaldesa de Rodríguez Clara, Amanda Gasperín Bulbarela, se metió al privado y lo encaró.
Vicente Benítez, “El hombre de las maletas voladoras”, ordenó desaparecer las pensiones a los jubilados del Instituto de Pensiones, porque ya lo tenían “hasta la madre” con sus plantones.
El colmo: según las versiones, Karime Macías asistía a las reuniones del gabinete, daba órdenes, rectificaba las acciones y regañaba a los secretarios, y todos calladitos, salvando el pellejo y el cargo.
CADA SECRETARIO “IBA AL MONTE”
De acuerdo con la ley, el subsecretario de Egreso está para controlar el gasto público y sanear las finanzas.
Pero guardó silencio. Se hizo tonto. Dejó hacer y dejó pasar…ante el gasto impresionante y excesivo y el desorden se volvió regla universal.
Ningún procedimiento para el control interno.
Cada área, cada subsecretario, por su lado, sin una comunicación interna, cada uno dueño de su parcela.
Incluso, los secretarios del gabinete se gastaban, digamos, el presupuesto asignado, pero pidiendo prestado, sometiendo a los proveedores y prestadores de servicios, a quienes el duartismo heredó deuda millonaria.
Y el dinero oficial, por añadidura, desaparecía.
Y aun cuando todos sospechaban se hacían tontos, digamos, para mantenerse en el cargo y quedarse con unos litritos de la vaca ordeñada…
Y como cada quien secretario jalaba por su lado porque así convenía a Javier Duarte, nunca habrían conocido entre ellos los trastupijes.
LOS NUEVOS CAPITANES DE LA NAVE
Ahora, nuevos tripulantes comandan la SEFIPLAN:
Clementina Guerrero, secretaria. Antigua relación amical del góber azul desde el tiempo estudiantil en la UV. Jefe de Glosa del Congreso local en el sexenio de Patricio Chirinos Calero.
Bernardo Segura Molina, subsecretario de Finanzas y Administración. Trabajó en el ISSSTE en el tiempo de Felipe Calderón, Miguel íngel Yunes Linares al frente.
Ramón Figuerola Pinera, subsecretario de Planeación. Trabajó en el ISSSTE de Yunes y en PEMEX. Un hombre reservado, discreto y serio, y a quien corresponderá renegociar la deuda pública.
Alejandro Salas, subsecretario de Ingresos. Era director de Ingresos del Ayuntamiento del alcalde boqueño, Miguel íngel Yunes Márquez. En su tiempo de diputado local subió 140 veces a la tribuna para defender sus principios, sus valores, su concepción de la vida pública. Y en la ex SAS (Sistema de Agua y Saneamiento de Veracruz) como director fue rabiosa e incómodamente honesto.
Francisco Javier Jiménez Rocha, subsecretario de Egresos. Asesor del senador Fernando Yunes Márquez.
Adrián Viccon Basto, tesorero de la SEFIPLAN, por donde pasaron como “estampida de búfalos” Vicente Benítez, Juan Manuel del Castillo y Tarek Abdalá. Era Contralor en el Ayuntamiento del alcalde Miguel íngel Yunes Márquez. Le apodan ya “El Tarecito”. Especializado en auditorías.
Dos años, ajá, para, digamos, enderezar la nave o terminar de arruinar el bienestar social.
ENTÉRESE RíPIDO
De última hora título de abogado de la Universidad Veracruzana a Rogelio Franco Castán.
Arrodillada Universidad Veracruzana ahora ante Rogelio Franco Castán. Falta conocer calificaciones año por año y cédula profesional
Cuarto día de Yunicidad. Robo a gasolinera, un muerto. Carretera Veracruz-Xalapa.
Otro feminicidio en Yunicidad. Asesinada a machetazos en Santiago Tuxtla.
Coatepec: un muerto en fuego cruzado en retén.
ílamo: dos crímenes. A balazos. Cabezas cubiertas con bolsas.
Minatitlán: otro joven perdió la vida a balazos. Que desconocidos.
Jesús Carranza. Otro fuego cruzado. Tres muertos.
En cuarto día de Yunicidad, nueve muertos en unos cuantos municipios.
Igual que Hernández Ochoa, Yunes Linares, a sierra de Zongolica.
Oh sorpresa: dos meses antes de nombrarlo secretario de Gobierno, Rogelio Franco se tituló en Universidad Veracruzana.
Me la rifo por Veracruz proclama mesiánico Yunes Linares. Recemos por él...
Me criticaron por nuevo bulevard y el tiempo me dio la razón: Miguel íngel Yunes Márquez, alcalde de Boca del Río.
Bailan la bamba en Xalapa en récord Guiness.
Mesiánico, contralor Memo Chazzarini anuncia auditorías. Es su deber.
Según Téllez Marié, sur de Veracruz, más conflictivo. Lo mismo decía Bermúdez.
Van 30 mil desaparecidos en el país por narcoguerra. 20 mil de Felipe Calderón.
Última de Javier Duarte: su prestanombre, Moisés Mansur, operaba en Querétaro.
14 muertos en Suchilapan, Jesús Carranza. La Yunicidad operando.