Con unos 80 alcaldes caminó en la avenida Reforma de la Ciudad de México reclamando el pago de las participaciones federales desviadas, en su tiempo, por Javier Duarte. Tocó puertas en el Senado.
Y en la secretarí­a de Gobernación. Y en los noticieros televisivos.
Desde entonces, lí­der de los alcaldes de Veracruz con el sello priista, pero también de los ediles de la república, ha insistido en que las participaciones federales sean entregadas en tiempo y forma.
Ahora, sigue en los caminos de la ley. Y ha interpuesto una controversia constitucional en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, SCJN, en contra del gobierno de Veracruz y en contra de la secretarí­a de Finanzas y Planeación, ocupada desde el 15 de noviembre por la funcionaria de la yunicidad.
Hay, expresó por escrito en la SCJN, una “retención indebida de diversos fondos federales”.
Lo mismo, lo mismito que en el duartismo. Lo mismito que en el siglo pasado con sus antecesores. Yo, dirí­an aquellos, gobierno Veracruz y Xalapa, la capital, me pertenece.
Ajá.
Pero Américo Zúñiga, licenciado en Derecho, hijo de un exalcalde, ex diputado local y expresidente del CDE del PRI, mantiene su legí­tima defensa.
Yo, dijo, me debo a los xalapeños. Yo, precisó, soy institucional con el gobierno que se fue y el gobierno que acaba de llegar.
Sin tomar ni sitiar el palacio central de Xalapa, sin ofender ni injuriar ni amenazar ni calumniar, pelea. Lo que es de Dios de Dios y lo que es del César del César.

BALAUSTRADAS: Por eso, está de pie. Y cierra la pinza.
En la demanda en la SCJN pide que la secretarí­a de Hacienda y Crédito Público entregue “en forma directa los recursos adeudados al Ayuntamiento y sus intereses”.
Sí­, señores, los intereses que suman muchos porque la deuda es millonaria.
Y de paso lo establece: los recursos federales ha de enterarse en la cuenta bancaria del Ayuntamiento, sin intermediarios que, digamos, como en el duartismo, caigan en la tentación de la famosa llamada “Operación licuadora” y que ahora podrí­a, digamos, derivar en una trituradora.
“Más claro… ni el agua”.
Y sin rodeos.
De frente, frente a frente.
Y es que ya con la séptima titular de SEFIPLAN del duartismo y la primera del bienio gubernamental, “la retención indebida de diversos fondos federales” incluye los siguientes:
Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social, FISMDF: 35 millones de pesos.
Fondo de Proyectos de desarrollo Regional, PRODERE: 19 millones.
Fondo para el Fortalecimiento Financiero, FORTALIN: 4 millones.
Los recursos federales de la participación de la recaudación del impuesto sobre la renta: 15 millones.
Remanentes del Fideicomiso de la bursatilización: 9 millones.
Y es que el alcalde de la capital checó en Hacienda el estado de tales pendientes y resultó que los depositaron en tiempo y forma a SEFIPLAN.
Y ahí­, oh paradoja, los detuvieron y retuvieron y, digamos, habrí­an desviado, a menos, claro, que de igual manera como en el sexenio de Agustí­n Acosta Lagunes habrí­an sido puestos a “sudar”… que intereses y ganancias dejarí­an con genio bursátil y suerte, buen karma, mejor vibra.

ESCALERAS: Los ediles de la alianza PAN y PRD sitiaron el palacio. El puño por delante. 18 dí­as después les pagaron una partecita, abonitos, pues. Los espejitos y un collarcito de cuentas de vidrio de Hernán Cortés al prí­ncipe Moctezuma Xocoyotzin en 1519. El sometimiento del Estado mexica al conquistador sifilí­tico.
Pero el pendiente sigue igual o peor. Peor, porque de por medio se concitó el engaño, la palabra vacua, pues por aquí­ tomó posesión la primera titular de la SEFIPLAN de la yunicidad aplicaron la misma rasuradora.
Y si en su movimiento municipalista Américo Zúñiga está provocando al dinosaurio bastarí­a rescatar una sola circunstancia: el gobernador entró a palacio a las cero horas de ayer primero de diciembre con el puño por delante.
El puño cerrado y apretujado. La sonrisa apretujada y la aorta contraí­da. El puño de Gustavo Dí­az Ordaz a los estudiantes del 68, como un emblema, un sí­mbolo que en el lenguaje corporal alcanza significado absoluto.
Más todaví­a: minutos después, circunspecto y expectante, quiso escuchar a los lados el delirio de los suyos con los dedos haciendo la señal de la victoria, la “v”, la “v” que también es de vasallaje, de valentonada, de vanagloria y de vapulear.
El góber, impetuoso en el carácter, el temperamento y los genes y las ví­sceras, y el alcalde paciente y reposado, serí­an la fórmula ideal en un matrimonio, digamos, para el contrapeso.
Pero la polí­tica es pasión desbocada. Lo peor de la naturaleza humana a plenitud. Con frecuencia, el campo de concentración y el exterminio como destino. La ley sometida por la negociación.
Carlos Padilla Becerra y Rafael Hernández Villalpando, por ejemplo, enfrentaron a los gobernadores en turno y terminaron huyendo de Xalapa.
También anduvo “a salta de mata” Efrén López Meza, ex alcalde jarocho, perseguido en el chirinismo, “haiga sido como haiga sido”.