Yunes está de vuelta…
•El Veracruz de un solo hombre
•El culto a la personalidad
PASAMANOS: Desde hoy, en el argot político social, la idolatría a los Yunes azules.
Yunes padre está de vuelta. Otra vez en el poder sexenal.
Y si en diciembre de 1992 con Patricio Chirinos Calero inició como el segundo y luego enseguida mudó de hecho, pero sin derecho constitucional, en el uno, ahora será el uno.
El jefe de jefes.
Luis Velázquez
Los compañeros de generación, algunos en el poder que comienza, le llaman “Migue”, de cariño y afecto.
La segunda generación yunista le dice “don Miguel”.
Uno que otro priista le llama Miguel, a secas.
“Yo soy un perro fino de Yunes hijo, el alcalde” suele decir Carlos Valenzuela, el regidor y secretario General del CDE del PAN que, soberbio y prepotente, como avanzada que se cree y siente en el partido azul, vive para derrocar al presidente Pepe Mancha, a pesar, incluso, de que la vieja guardia de panistas asegura que es un joven “con traumas…en vez de con tablas”.
Jorge Winckler, de hecho y derecho el nuevo Fiscal, suele contestar con frase célebre al Yunes azul cuando le expresa, digamos, una consulta:
“Lo que usted diga, gobernador”.
El tiempo político que comenzó esta madrugada puede calibrarse por lo siguiente:
El diputado federal, Francisco Gutiérrez, rindió su informe legislativo la semana anterior en el Club de Leones.
Ninguno de los tres Yunes (el góber, el senador y el presidente municipal) asistieron, en tanto unos dos mil panistas lo aclamaron.
Y, en correspondencia, el coordinador de la bancada panista en el Congreso de la Unión y secretario General del CEN, Marko Cortés, destapó a Paco Gutiérrez como el inminente candidato azul a la alcaldía jarocha el año entrante.
Con todo, incluso, que al senador Fernando Yunes Márquez ya le escrituraron el Ayuntamiento para los próximos cuatro años en que, caray, gracias a la ley Javier Duarte, podría, de llegar, reelegirse durante 16 años consecutivos, pues si alguien sueña con crear la revocación de mandato en Veracruz está fuera de órbita.
BALAUSTRADAS: La idolatría a los Yunes incluye ya un presidente del CDE del PAN arrodillado.
La enfermedad política que descarrila a todos los políticos se ha adueñado de Pepe Mancha. Está desesperado por tener más y más y más poder como aquel César descrito por Suetonio que un día cuando descubre que ningún feudo le queda por absorber, piensa, está seguro, de que lo están intrigando y lanza la peor Edad Media en contra de todos.
Incluso, su biógrafo asegura que a Pepe Mancha le ha funcionado ser un arrastrado y sumiso ha conseguidos posiciones políticas.
Por ejemplo, la penúltima, su carga-maletas, Sergio Hernández, candidato a diputado local pluri.
Y la última, el nombramiento de Sergio Hernández como coordinador de la bancada panista en la LIV Legislatura.
Así, y con tal de coleccionar más y más cuotas de poder aguanta todo, como que le hayan impuesto al secretario General, ansioso ya, como todos los políticos automáticos, de brincar a la presidencia.
Igual que él, otros más.
Julen Rementería, secretario de Infraestructura y Obra Pública, y la curul para su hijo Bingen, a cambio de postergar hasta el fin de los siglos su legítimo sueño de la candidatura a gobernador y para que el año 2018 se reduzca, digamos, a la senaduría.
Y por tanto, como otros, deje de significar un dolor de cabeza para la Yunicidad.
Y más, porque a los jefes tribales del PAN (los Mancha, los Julen, los Enrique Cambranis, etcétera) el góber les concesionó probaditas de miel con el nombramiento de unos panistas al Consejo Nacional y fueron felices.
Mendrugos, pues, que así se resignaron.
ESCALERAS: La idolatría a los Yunes azules incluye todo.
Por ejemplo, en la campaña electoral de la alianza PAN y PRD, el patriarca dijo que gobernaría con el PAN y el PRD.
Pero en la designación del gabinete ya se vio. Gobernará solo, compartiendo honores con los hijos.
También dijo que sería un demócrata en el ejercicio del poder y por lo pronto, otorgó algunas concesiones a las tribus (la secretaría General de Gobierno a Rogelio Franco Castán), pero acotado en el esqueleto administrativo.
Y mientras en campaña, y desde antes, muchos panistas se fajaron, una parte del gabinete nunca se apareció en la jornada cívica, a menos, claro, que hayan operado con bajo perfil, digamos, desde el clóset político, pues, dice un experto electoral, los comicios se ganan, cierto, en las urnas, pero también con el billete aportado y/o desde el complot.
Bastaría, incluso, referir otro hecho indicativo y significativo:
El 29 de noviembre, el presidente municipal de Xalapa, priista Américo Zúñiga Martínez, tan activo en su movimiento municipalista, un día y otro insistiendo en el pago de los fondos federales ya depositados a SEFIPLAN por la secretaría de Hacienda, cabildero para que desde este mes de diciembre Hacienda deposite las participaciones federales directo a los ediles, denunció un complot.
“Hay una campaña negra en mi contra”, dijo.
Y aun cuando en el Maximato fidelista -- de Fidel Herrera a Javier Duarte -- las redes sociales tuvieron un uso perverso y siniestro, nadie dudaría del replique yunista de los medios.
--¿Te atreverás a heredar el poder político a tus hijos?, le preguntó más o menos Adela Micha.
El gobernador de Veracruz contestó, más o menos:
--¡No! Es prematuro. Pero ellos tienen su carrera.
Miguel Alemán Valdés nunca permitió que su hijo Miguel ocupara un cargo público mientras él estaba en el poder absoluto. Alemán Velasco fue senador y gobernador de Veracruz cuando el padre había muerto.
Pero los tiempos suelen cambiar. Y el culto a la personalidad, pulido y repulido con la concentración del poder, es canijo, perturba, transforma, desorbita.
La idolatría suele vapulear al político más prudente.
El Veracruz “de un solo hombre” diría Enrique González Pedrero parafraseando a Antonio López de Santa Anna.
Hay panistas que, incluso, dicen asombrados que han escuchado al Yunes azul desafiando al Dios católico, quizá, porque él profesa la religión griega, tan llena de dioses y héroes, oráculos que hablan con un ser superior, creencias y rituales de la Grecia antigua, en donde con todo y varias divinidades alrededor, cada persona es un dios en sí mismo. Su propio dios.
marco antonio 01 Dic, 2016 - 14:11
buen dia, con todo respeto, ya choca leer tanta crÃtica tirando calabaza a los nuevos integrantes del gobierno, hay que proponer estrategias para ejercer el poder que tenemos como pueblo y exigir cuentas desde inicio para poder calificar al próximo candidato.