Glorificado Javier Duarte
•Incienso de la iglesia
•Espaldas a fosas clandestinas
PASAMANOS: El martes 23, las elites eclesiásticas de Veracruz se arrodillaron ante Javier Duarte, JD, en el Instituto Rougier, donde cursara los primeros tres años de la escuela primaria y en donde los compañeritos le pusieron el primer apodo de su vida, lleno de agravios y ofensas, niños traviesos al fin, pero ingeniosos.
Luis Velázquez
La cúpula religiosa glorificó a JD por la ley anti/aborto que, por cierto, fue rechazada por la ONU y la UNESCO y que condena a las adolescentes embarazadas a los abortos clandestinos, toda vez que como dice la ideóloga juvenil del PRI, Távata, conocida como la “Lady Puta/Madre”, la calentura sexual les ganó, incapaces, dice, “de cuidar sus nalgas”.
Las buenas conciencias, aplaudiendo al góber tuitero, denominado así mismo “el gobernador transparente”.
Casi casi, dice el politólogo Carlos Ronzón Verónica, la iglesia coloca a JD el palio que en su tiempo también colocaran a Francisco Franco, el dictador español, y de quien el góber tuitero es fan.
El mundo color de rosa creado a imagen y semejanza para la elite duartista.
En contraparte, ni un padrenuestro ni de las iglesias, todas, de Veracruz, por los restos óseos en 53 fosas clandestinas descubiertas por el Solecito de Veracruz en el terreno anexo al Frac. Colinas de Santa Fe del puerto jarocho (des)gobernado por Ramón Poo Gil.
Tampoco ni una avemaría por los 8 muertos (una mujer y 7 hombres, entre ellos, civiles) masacrados en Alto Lucero.
Ni por los cinco asesinados en la matanza de Soledad de Doblado.
Ni por los últimos cinco muertos del Valle de Uxpanapa que ocurriera el mismo día de la levitación de JD en el Instituto Rougier.
Feliz el arzobispo Hipólito Reyes Larios, porque mientras Veracruz está convertido en un infierno, él se refocila con el poder político.
Por un lado, todos ellos festejando la defensa de la vida, y por el otro, la vida prendida de alfileres con tantos secuestrados, desaparecidos, ejecutados y fosas clandestinas.
La cúpula religiosa, todas las iglesias, ha de repetir el viejo adagio ranchero: “De que lloren en mi casa que lloren enfrente”.
¡Alabado sea el Señor!
BALAUSTRADAS: La iglesia, dice el profe Ronzón, “tendida al piso” del político más cuestionado del país.
Y al mismo tiempo, la iglesia retratada a sí mismo, pues se regodea con el poder y le impone sus leyes, en tanto la muerte sigue teniendo permiso en Veracruz, como reza el título de una novela de Edmundo Valadés.
Nada, pues, importó a los ministros de Dios, llámense como sea, que la Auditoría Superior de la Federación tenga 53 denuncias penales contra duartistas en la Procuraduría General de la República.
Ni tampoco que algunos políticos (Salvador Manzur Díaz, Tomás Ruiz González, Gabriel Deantes Ramos y Carlos Aguirre Morales, entre otros) se ampararan, temerosos de que la PGR o el SAT, Sistema de Administración Tributaria, se les vayan a la yugular y los detengan.
El colmo del cinismo: el mismo día de la alianza JD y la iglesia festinando la ley anti/aborto, en el altiplano cacareaban de nuevo que los gobernadores de Chihuahua (César Duarte), Quintana Roo (Roberto Borge Angulo) y Veracruz (Javier Duarte) siguen ocupando los primeros tres lugares con estados endeudados hasta la coronilla, en tanto el góber de Tlaxcala es el único que la libra en el país.
El Veracruz ensangrentado nunca ha interesado a JD. Ahora, tampoco a una parte sustancial de la iglesia.
Total, en la usurpación social que vivimos la fama pública registra que a cambio el arzobispo de Xalapa obtiene más y más RVOE para el holding educativo de su hermano.
Tú me loas, yo también. Tú me críticas, aguántate.
ESCALERAS: Hay, y por fortuna, ministros de Dios que merecen respeto por su causa social.
El obispo de Córdoba, Eduardo Patiño Leal, al frente de sus feligreses en una marcha pacífica en la ciudad reclamando justicia por los desaparecidos.
El presbítero de Amatlán, Julián Verónica, un gran activista social, desde la protección del medio ambiente hasta la defensa de los migrantes.
Varios sacerdotes de la sierra de Zongolica abogando por los indígenas.
Pero en contraparte, la cúpula eclesiástica aliada del gobernador para conseguir prebendas, la primera dueña del poder celestial y el segundo dueño del poder terrenal.
Y más aún, envalentonada ahora cuando arrodillaron hasta al presidente de la república quien ordenó congelar su iniciativa de ley sobre el matrimonio igualitario en el Congreso de la Unión.
En todo caso, si el cardenal Norberto Rivera celebra su cumpleaños con banquetazo al lado de los políticos federales de todo calibre, en Veracruz sus homólogos también alternan con la elite priista.
Y mientras Hipólito Reyes avala la política de Javier Duarte, el obispo emérito, Sergio Obeso, sacado de ultratumba, se inclina reverente ante el sucesor, Miguel íngel Yunes Linares.
Cada político, entonces, con su obispo y con su iglesia.
Las buenas conciencias alabándose entre sí.
En la otra orilla, el millón de indígenas y los dos millones de campesinos en la peor jodidez social, económica, educativa, de salud, de seguridad y de justicia de que se tenga memoria.
La elite religiosa, soñando con el paraíso terrenal. Los pobres y jodidos, soñando con ganar el cielo.