Cuando Veracruz se jodió…
•De Bermúdez al Fiscal
•Panteón de los malosos
PASAMANOS: Hace un par de años, de Felipe Amadeo Flores Espinoza en la procuraduría de Justicia de Veracruz, y de Luis íngel Bravo Contreras en la Fiscalía, y Arturo Bermúdez en la secretaría de Seguridad Pública, la ong “El Solecito Veracruzano” descubrió unas fosas clandestinas en un terreno adjunto al Frac. “Colinas de Santa Fe” en el puerto jarocho gobernado por Ramón Poo Gil.
Luis Velázquez
Entonces, recolectaron cinco restos de cabezas humanas, pero el gabinete de seguridad y procuración de justicia ni pío.
Mejor dicho, guardaron silencio, con todo y que el silencio también es un lenguaje, quizá el más expresivo.
Así, “dejando hacer y dejando pasar” cuando Arturo Bermúdez Zurita estaba “en la plenitud del pinche poder” en la secretaría de Seguridad Pública, el lugar siguió operando como un cementerio particular de los malandros.
En las noches, cuentan los vecinos, a veces en el día, sólo miraban las camionetas ir y volver, con frecuencia acompañadas de patrullas policiacas, señal inevitable de que algo se cocinaba en un terreno gigantesco donde cabrían diez estadios de fútbol tipo el “Luis "Pirata" de la Fuente” de Boca del Río.
Ahora, el Solecito ha escarbado parte minúscula del terreno y hallado más de 60 cuerpos en más de 28 fosas clandestinas.
Osamentas completas, restos de personas con brazos, piernas y cabezas, cráneos y tórax, huesos, multiplicidad de restos humanos de todo tipo, han engrosado la lista negra, sórdida, turbulenta y revolcada del terror en un paraíso terrenal, de cara al Golfo de México, que era Veracruz, mudado en una sucursal del infierno.
Y en contraparte, la voz oficial, proclamando que “aquí no pasa nada”.
Y lo peor, un gobernador asegurando en su entrevista en portada en El Universal que se irá contento porque dejará un Veracruz seguro.
BALAUSTRADAS: Se fue Flores Espinoza de la procu y nada dijo. Se fue Arturo Bermúdez y nunca una palabra. Mejor dicho, la evasión. Está Bravo Contreras y el mismo rechazo a la realidad.
Lo dice el sacerdote José Alejandro Solalinde Guerra: el hallazgo del Solecito en el puerto jarocho apenas y explica la punta del iceberg.
Y aun cuando una vez más revela tener información concreta y específica de más cementerios clandestinos dice que mientras Javier Duarte gobierne Veracruz, ni una palabra, porque todo lo niega de forma sistemática.
Así, confía en que el góber electo lo escuche, pero además, y sobre todo, proceda.
Y más, porque cuando menos en campaña fue el único de los 7 candidatos a la gubernatura en reunirse con las ongs de padres de desaparecidos en una cumbre estelar en Coatzacoalcos.
Ya se verá, entonces, el alcance de la caja de Pandora.
Mientras “son peras o manzanas… podridas que han de caer”, habría de preguntarse como el reportero Zavalita de la novela “Conversaciones en la catedral” de Mario Vargas Llosa, en qué momento, cuándo, Veracruz se jodió.
Pero más aún, por qué Veracruz sigue jodiéndose, con todo y la llamada Fuerza Civil local y el más alto presupuesto, luego de la secretaría de Educación, en Seguridad Pública, y las fuerzas federales y la Gendarmería.
Además, toda la vida han significado una interrogante las razones por las cuales los carteles del norte del país se desplazaron a Tamaulipas y Veracruz, luego de la acometida de Felipe Calderón en el centro de la nación y la frontera norte.
Aquí, y al mismo tiempo que Tamaulipas, los carteles han encontrado el paraíso terrenal, operando día y noche como en casa.
Veracruz, la región geográfica donde ha florecido el narcotráfico hasta con fosas clandestinas, y si en efecto han descubierto algunas como en Tres Valles, Cosamaloapan, Tierra Blanca, Las Choapas, Coatzacoalcos y Veracruz, la lógica de Solalinde es que hay un tiradero subterráneo de cadáveres en cada municipio, incluídas las regiones indígenas.
Un Solecito en cada uno de los 212 municipios sería ideal.
ESCALERAS: La señora Lucía de los íngeles Díaz es la vocera del Solecito, integrado por madres y padres de familia con hijos secuestrados y desaparecidos.
Su mística de trabajo reconforta el corazón de los desamparados de la justicia, y quienes ninguno desearía que los malosos plagiaran a un familiar de un político, pues a nadie se le desea el mal.
Con todo, incluso, con que el Fiscal ha extendido boletines de prensa desacreditando a la ONG, como si su palabra oficial estuviera llena de credibilidad y polarizando más, mucho más a la sociedad, y de paso, pisoteando y agraviando la dignidad y el dolor y el sufrimiento humano.
Ha sido, no obstante, su estilo personal de gobernar y ejercer el poder.
Por ejemplo, un minuto después de tomar posesión se lanzó a la yugular de su antecesor, Flores Espinoza, para decir que había encontrado ratas y cucarachas en su oficina, señal de la indolencia con que despachaba en el edificio recién estrenado, pero síntoma peor de que si así estaba la oficina, peor estaría la integración de expedientes.
Al día siguiente, envalentonado con el cargo declaró que por aquí tomara posesión los carteles en desbandada huyeron de Veracruz a las cuevas de las montañas sórdidas de otros estados para evitar que los capturara.
Los carteles, sin embargo, aquí están y convirtieron, entre tantos otros terrenos, un terreno anexo al fraccionamiento Colinas de Santa Fe en su panteón particular, mucho cree el Solecito con la bendición de Seguridad Pública, malos policías les llamaría Javier Duarte, ajá.